Los elefantes, la felicidad de Estefania de Monaco
La pasión por los animales la heredó de su padre, el príncipe Rainiero.
La hija menor de Rainiero y Grace Kelly vive dedicada a su pasión: los elefantes. Aunque siempre ha sido muy aficionada a todo tipo de animales.
Según el Daily Mail, esta pasión está vinculada al hombre de su vida: su padre. “Desde muy joven, él seguía los principales circos europeos y conocía a todas las familias relacionadas con el sector. Así que he crecido con ello, acompañándolo a todas partes”. El príncipe creó en 1974 el Festival Internacional de Circo de Mónaco”, dijo ella.
Su amor por otro hombre, el domador Franco Knie, fue responsable de que Estefanía siguiera este camino. Rainiero conocía bien el trabajo de esta familia circense, hasta tal punto, que en 1977 el príncipe entregó el Payaso de Oro –uno de los galardones más importantes del Festival Internacional– a un tío de Knie. Veinte años más tarde, la princesa se topó con el espectáculo de Knie y decidió amadrinarlo. Rainiero, dada la buena relación que habían tenido en el pasado y el reciente interés de su hija por el espectáculo, les regaló un precioso elefante adulto.
Muy agradecido, el domador decidió invitar a la familia una semana a compartir la vida del circo. Estefanía y Franco iniciaron una breve relación en la que ella y sus hijos –Louis y Pauline– viajaron en caravana por Europa para cuidar de los elefantes y participar en la muestra. El romance terminó luego de dos años. Meses después, se casó con un acróbata portugués de nombre Adans López Peres.
En 2013, a Baby y Nepal, dos elefantes le diagnosticaron de tuberculosis terminal a los que salvó de morir porque se les había programado hacerle una eutanasia. Finalmente, se descubrió que el diagnóstico había sido falso: los elefantes sí tenían cura. Estefanía los adoptó y los llevó a vivir a la cima de una montaña sobre el Principado de Mónaco.