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Votación del Pleno
Unanimidad. Las reformas a la Ley de Movilidad Humana fueron aprobadas. La disposición transitoria para cambiar la Ley de Servicio Exterior no pasó.Asamblea Nacional

La Asamblea le dice "no" a los embajadores de 26 años

La propuesta del gobierno de bajar la edad mínima para ser embajador fue rechazada por la Asamblea casi sin debate

La idea del gobierno, se supo este jueves, era aun peor de lo que se creía: el presidente Daniel Noboa quería embajadores de 26 años. Hasta Sade Fritschi podría presidir una misión diplomática en el extranjero (a lo mejor esa era la idea). Pero no. La Comisión de Relaciones Internacionales de la Asamblea fijó una edad mínima de 30 y la coló como disposición transitoria en el proyecto de reformas a la ley de Movilidad Humana, que no tiene nada que ver con el tema pero era la única que más o menos se acercaba y estaba pendiente para segundo debate. Pero el Pleno de la Asamblea, casi sin debate, dijo no, así que el presidente de la República tendrá que conformarse con no tener a Soledad Peña como embajadora del Ecuador en Washington.

Como una política para incentivar el trabajo de los jóvenes pretendió vender el bloque oficialista la reforma. “Para fortalecer nuestro servicio en el exterior”, dijo el anónimo asambleísta Johnny Lavayen, integrante de la mesa de Relaciones Internacionales que auspició la reforma y terminó revelando que la idea original era fijar en 26 años la edad mínima para ser embajador. “El compromiso es con los jóvenes migrantes”, añadió, como si los cargos diplomáticos fueran para ellos. Su compañero de bancada, Jonathan Parra, recordó que Rafael Correa quería bajar a 30 años la edad para optar por la presidencia, y despachó un discurso políticamente correcto sobre los valores de la juventud, “nuevo estandarte del país”.

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Lo más curioso es que nadie les contradijo. 15 asambleístas tomaron la palabra en este segundo debate del proyecto de reformas a la Ley Orgánica de Movilidad Humana (el primero tuvo lugar durante la legislatura pasada, en enero de 2023) y ninguno asumió el debate. Sólo la correísta Esther Cuesta opinó que los embajadores, como representantes del presidente de la República en el extranjero, deberían sujetarse al mandato constitucional que fija en 35 años la edad mínima para ocupar la jefatura del Estado. Todos los demás eludieron el tema, incluido el asambleísta ponente, el también correísta Gustavo Mateus. Tal es la fuerza de la corrección política que nadie se atreve a decir una palabra que pueda interpretarse como crítica a la juventud.

Lo que sí hizo Mateus es mocionar tres votaciones por separado: una para la disposición transitoria sobre la edad de los embajadores, que fue negada con 66 votos en contra, 10 abstenciones y sólo 48 a favor; otra para un artículo que establecía el voto telemático como la forma oficial de participación política de los ecuatorianos residentes en el extranjero, y que también fue negado con 105 votos en contra y sólo 16 a favor, de la bancada de Construye; y una tercera votación para el conjunto del proyecto, aprobado por unanimidad.

Entre las reformas contenidas en la nueva Ley de Movilidad Humana se encuentran varias que amplían los derechos de los migrantes ecuatorianos: facilitar el acceso al crédito en el sistema financiero nacional a los residentes en el extranjero, sustituyendo el requisito del historial crediticio por el del historial de remesas; garantizar el acceso a la justicia mediante mecanismos de intermediación y servicios virtuales; garantizar el acceso a los servicios del Registro Civil; ampliar el cupo de envíos de paquetes desde el extranjero, de 24 a 36 anuales sin control aduanero; facilitar la repatriación de cadáveres; ampliar la protección consular, simplificar varios trámites...

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Ningún tema como el de la migración para dar rienda suelta a los excesos retóricos de una Asamblea ya de por sí aficionada a las declaraciones de principios, los saludos a la bandera y la palabrería hueca. Alabanzas a quienes “desde afuera del país hacen enaltecer muy en alto el nombre del Ecuador”, lamentos por “las dolencias” y “las odiseas” que afrontan los migrantes en el extranjero, promesas de “no olvidarlos jamás”, renovación de “compromisos incansables” y otras linduras oratorias ocuparon la mayor parte del debate, recordando a la audiencia lo importantes que son los votos en el extranjero en el mapa político nacional.