Premium

Leandro Norero y Rafael Correa
“Pacificación”. Probablemente el documento fotográfico más importante del siglo: Leandro Norero (centro) sella un pacto con el gobierno de Correa.Cortesía

Todo empezó con un pacto entre pandillas

Los últimos 15 días del año son los más reveladores del siglo. Los chats de Leandro Norero nos obligan a repensar el país

Año de locos, este 2023. Con decir que termina sin motines en las cárceles pero con la suficiente información como para no estar seguros de si esa es una buena noticia o una mala. Hemos aprendido tantas cosas nuevas (o hemos confirmado tantas sospechas viejas) en esta segunda quincena de diciembre, desde que la Fiscalía empezó la publicación de los chats del mafioso Leandro Norero, que apenas si nos queda algo o alguien de qué o de quién estar seguros. Y esa súbita conciencia es la única certeza, la mejor y la peor noticia del año que termina. Tanta es la información de los últimos 15 días que nos ha obligado a revisar todo lo que creíamos saber de los anteriores quince años.

(También puede leer: Roberto Aguilar: La fiscal en día de Inocentes)

Caso Metástasis

La fiscal suena todas las alarmas

Leer más

Año 2009: ¿Qué clase de “pacificación” fue aquella que acordaron los líderes de las bandas de delincuencia juvenil organizada Netas y Latin Kings con el gobierno de Rafael Correa? Fue entonces que surgió la figura de Leandro Norero, uno de los mafiosos más sanguinarios del país, convertido hoy, tras su muerte (si es que ha muerto, porque hasta de la muerte hay que dudar), en improbable hombre del año por el escándalo de Metástasis. Ahí está la foto que se sacó en esa ocasión, posando él entre el entonces presidente de la República y su factótum, Ricardo Patiño, el canciller de la narcovalija diplomática (se irritaba cuando la llamaban de ese modo: habrá que llamarla pativalija entonces); el que, años más tarde, recibiría un cargamento de diez mil kalashnikovs camuflado entre las vituallas que donaba China a los damnificados del terremoto, y se quedó sin palabras cuando fue descubierto por casualidad ante las cámaras de televisión, y dijo que era un error, como si diez mil kalashnikovs pudieran ser la equivocación de alguien. ¡Oh, benditos chats que nos obligan a revisar con nueva luz todos los hechos!

De izquierda a derecha: Patiño, Norero, Correa. Almas trillizas. A la luz de lo que aprendimos en los últimos 15 días, debe ser el documento fotográfico más importante del siglo. Porque una cosa es clara: sean cuales fueran los términos del acuerdo al que llegaron en ese lejano 2009, los delincuentes nunca pararon de delinquir. Más aún: esa dizque “pacificación” pactada con el gobierno de Correa fue el inicio de un proceso de crecimiento exponencial que los llevó a convertirse, de bandas juveniles, en franquicias del narcotráfico internacional. ¿Acordaron una tregua en las calles a cambio de oportunidades de negocios? Todo parece indicar que el bajo índice delincuencial del que se sigue jactando con cinismo el expresidente prófugo fue el origen de la pesadilla que hoy nos azota.

Hay cosas que ya sabíamos, por supuesto, que estaban clarísimas, y los chats del caso Metástasis han confirmado hasta con cifras. Sabíamos, por ejemplo, porque era público y al país entero le constaba, que el delincuente sentenciado y exvicepresidente prófugo Jorge Glas compartía abogados y estrategias judiciales con los capos de la mafia: el abogado Jonathan Aguinda, que manejaba los pedidos de habeas corpus para Norero y para Glas en una misma carpeta para evacuar en una misma semana; Edison Loaiza, que en su momento estuvo preso y sentenciado a 25 años de cárcel por tramitar y constituir compañías truchas para uso de los narcos, y que luego obtuvo una rebaja de su condena y salió antes de tiempo (por cierto que su hijo, Edison Loaiza Feijó, consiguió empleo como asesor del asambleísta Ronny Aleaga, otro de los tetones de la narcopiscina y delincuente juvenil que participó, también él, a nombre de Latin Kings, en la dizque pacificación de Correa y Patiño). Luego estuvo Harrison Salcedo, que defendió al exvicepresidente prófugo en el caso Sobornos y también fue abogado de José Luis Zambrano, alias Rasquiña, jefe de Los Choneros.

Xavier Jordán

Xavier Jordán: “Mientras esté otro gobierno vamos a estar jodidos”

Leer más

Y qué decir de los jueces: Emerson Curipallo, el juez de Santo Domingo de los Tsáchilas que puso en libertad a Glas, hizo lo propio con los lugartenientes de Norero: alias Cuyuyui y alias Madrid, sentenciados por asesinato y narcotráfico. Banny Molina, el juez que otorgó a Glas su primer y fallido habeas corpus, también excarceló a Daniel Salcedo, el cómplice de Xavier Jordán en el negociado de los insumos médicos. Pedro Moreira, que sacó de prisión a Junior Alexander Roldán, JR, jefe de Los Choneros, fue uno de los personajes (los otros eran Marcela Aguiñaga y Ronny Aleaga) que acompañaron a Glas en su primera presentación ante los jueces. Todo esto era público y conocido. Para no verlo había que ser ciego (o tonto, o sapo). Pero resulta iluminador repetirlo ahora que sabemos, por los chats de Norero con Jordán, que la liberación de Jorge Glas fue una operación largamente planificada que le costó al mafioso la bicoca de 250 mil dólares en sobornos. ¿Cuánto de esa cantidad no esperaría recuperar con creces?

Por ello, no ha habido en todos estos años ninguna empresa más interesada en el retorno de los correístas al poder que el narcotráfico. Esto no es una suposición sino una certeza cuya confirmación también encontramos en los chats de Metástasis. Preso en la cárcel de Cotopaxi, Leandro Norero extrañaba a Rafael Correa como nadie y esperaba su regreso porque, sin él, dice, estaban “perdiendo dinero”. Con todas sus letras. “Ya vamos a regresar al poder, ahí nos vamos a reír”, le tranquilizaba Xavier Jordán desde Miami. Nueva información bajo cuya luz resultaría muy interesante analizar el financiamiento de varias campañas correístas: la de la hoy legisladora Alexandra Arce para la alcaldía de Durán, por ejemplo. O las del asambleísta Roberto Cuero, fotografiado en otra piscina, en Playas, en amistosa compañía de Simón García Tello, el juez de Paján que rebajó de 20 años a 8 la condena de Rasquiña. Roberto Cuero, ¿el “negro Cuero” que aparece en los chats de Norero haciéndole los mandados en la Asamblea?

Los chats del caso Metástasis nos obligan a echar la vista atrás y reconsiderarlo todo: el levantamiento supuestamente popular de junio de 2022 y el ataque a la Fiscalía, planificado entre Norero y sus asesores legales; las estrategias parlamentarias del correísmo (algunas de las cuales Jordán y Norero discutían con anticipación) y el papel de gente como Roberto Cuero y Ronny Aleaga (este último llegó a ocupar el sillón de presidente del Poder Legislativo, estremece pensarlo) en los ataques contra Fernando Villavicencio. La oposición a la ley de extinción de dominio, la oposición a la extradición de los narcotraficantes (obvio), la violencia en las calles y en las cárceles… Los juicios políticos contra Patricio Carrillo y María Paula Romo, la conspiración permanente contra Guillermo Lasso, el papel de los impresentables operadores mediáticos de toda esta estrategia. El asesinato de Fernando Villavicencio en relación con aquella piscina de Miami… Todos estos hechos pasados adquieren un matiz diferente a la luz de los chats de Norero. Y también el presente: la fuga de Glas, la complicidad de la Asamblea, la incapacidad del presidente Daniel Noboa para unir dos puntos con una línea… “Ya vamos a regresar al poder”, soñaba Jordán. La cuestión es: ¿cuánto han avanzado en ese propósito?

Periodistas

Caso Metástasis: chats de Norero revelan planes para atentar contra periodistas

Leer más

  • Nueva luz. Los chats del caso Metástasis nos obligan a mirar hacia atrás y reconsiderarlo todo. Pero también el presente: la fuga de Glas, la complicidad de la Asamblea, el pacto de gobierno.

  • Rara paz. Una cosa está clara: después de la supuesta “pacificación” del año 2009, el poder delictivo de los pacificados creció: pasaron de bandas juveniles a franquicias del narcotráfico.

  • El hecho del año. Una vez que han quedado al descubierto los mecanismos de corrupción judicial y política con los que opera el narco-Estado, nada puede seguir siendo igual en la vida nacional. O así debería ser en un país normal. Los chats del mafioso Leandro Norero (14 mil páginas de las cuales apenas se conoce la punta del iceberg pero ya han causado un terremoto) obligan a reinterpretar algunos de los acontecimientos más importantes del país durante los últimos 15 años.

¿Te gustó esta noticia? ¡Suscríbete aquí!