Los enemigos del presidente Daniel Noboa

¿Quiénes son los enemigos del presidente? La respuesta políticamente correcta es: la pobreza, la corrupción, la delincuencia y hoy podríamos añadir los apagones. Sin embargo, para poder enfrentar esos enemigos, Daniel Noboa debe primero, o al menos simultáneamente, derrotar otros enemigos que están a la vista y ocultos otros.

Es evidente que el correísmo es la primera fuerza política del país y es el principal grupo opositor al gobierno de Noboa. Basta con ver los llamados a juicios políticos a varios de los principales funcionarios de este gobierno. Pero también sabemos que gracias a ellos Noboa consiguió subir los impuestos y aprobar la nueva ley eléctrica.

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Ellos son fijos para estar en la segunda vuelta, pero también saben que cualquiera que llegue contra ellos, muy posiblemente gane la Presidencia. Al menos eso ha sucedido en las últimas dos elecciones y esa es la estrategia de Noboa, eliminar toda posible candidatura que pueda ser una tercera opción. Podría decir que hasta el momento lo ha conseguido.

Con lo que no puede lidiar eficientemente el presidente es con los enemigos internos de su gobierno. Unos enquistados desde la época correísta dedicados a boicotear al gobierno desde el año 2017 y otros más recientes, sin experiencia o capacidad, que terminan entregados a los anteriores, que en definitiva son los que conocen el manejo de este Estado tan enmarañado desde 2008.

Siempre que escribo sobre este tema, algunos de mis lectores me piden que sea un poco más específico y que revele dónde están o quiénes son esos funcionarios; bueno pues, trataré de cumplir el pedido indicando dos áreas sensibles que han dado de qué hablar en estos días.

Crisis Eléctrica 

En el Ministerio de Energía está una persona con experiencia y capacidad al mando, pero Gonçalves depende de burócratas que no siempre actúan con sentido de país. Sin duda hay una mayoría que está haciendo todo lo posible para remediar la crisis, pero también hay aquellos que seguramente hasta disfrutan con que el ministro fracase. 

¿Dónde se detienen los permisos para que el sector privado pueda generar electricidad? Para obtener un permiso el solicitante debe pasar primero por la Subsecretaría de Generación y Transmisión de Energía Eléctrica, donde deberá contar con la aprobación de la Dirección de Expansión, después conseguir la aprobación de la Dirección de Gestión Técnica y luego obtener los títulos habilitantes en la Dirección de Títulos Habilitantes (es aquí donde está la principal traba).

Después de pasar todo este trámite debe acudir a la Subsecretaría de Distribución y Comercialización de Energía Eléctrica, donde le esperan otra Dirección de Expansión, otra Dirección de Gestión Empresarial y otra de Promoción de Proyectos. Cuando haya terminado este segundo proceso, el solicitante todavía tiene que ir a una tercera subsecretaría, la de Control y Aplicaciones Nucleares (así es, nucleares), donde le esperan las direcciones de licenciamiento y protección radiológica y la de aplicaciones nucleares y cooperación técnica. Cuando el solicitante cree haber terminado todo su vía crucis, resulta que le espera otro igual o peor en el Ministerio del Ambiente para obtener la licencia ambiental.

¿Cómo derrotar a este enemigo? Primero, los ministros de ambas carteras pueden, mediante resolución ministerial, amparados en el decreto de emergencia energética, suprimir requisitos o permitir que se cumplan posteriormente. Segundo, deberían establecer una hoja de ruta con tiempo fijo: si el funcionario detiene el proceso más del tiempo establecido para su dirección, será sancionado.

Comunicación 

En esta área ocurre algo que me resulta inexplicable. La comunicación gubernamental es algo que debe realizarse en equipo bajo parámetros unificados; es decir, una cabeza que conozca muy bien cuál es el pensamiento del mandatario, cuáles son las políticas gubernamentales y conocer en profundidad las problemáticas que atraviesa el gobierno en un momento determinado. No tengo duda de que Irene Vélez cumple con todos los requisitos para dirigir este equipo. Sin embargo, la información sobre la programación y los horarios de los cortes fue un fiasco, al igual que la información sobre cómo prepararnos contra la delincuencia durante los apagones. ¿Recuerdan la recomendación de los pitos?

Esto sucede porque los equipos de comunicación de todas las instituciones no respetan los lineamientos establecidos y cada uno cree que su estrategia de comunicación es mejor.

No soy de los que creen que hay que botar a todos los profesionales que trabajaron en gobiernos anteriores, pero sí hay que revisar su trabajo y evaluar su desempeño. Hay algunas publicaciones que dan lástima. Dentro de la misma Secretaría de Comunicación hay personal que puede ser muy eficiente, pero se corre el riesgo de que su corazón político los haga filtrar información que de manera extraña aparece en manos de la oposición, obviamente de forma tergiversada. Vélez es una excelente estratega de comunicación, pero debe revisar su equipo e imponer su mando en los equipos de las otras instituciones.

Finalmente está ese enemigo que todos llevamos dentro, nuestro ego. Ese enemigo al que debemos derrotar todos los días para pensar con claridad y serenidad en lugar de dejarnos llevar por nuestros impulsos o susceptibilidades. El presidente es un ser humano como cualquiera, pero tiene una responsabilidad única que nosotros no tenemos; mayor razón para tener a su lado gente en la que verdaderamente pueda confiar, no solo por su lealtad, sino también por su capacidad. Solamente él debe decidir con quiénes quiere trabajar y en quiénes puede confiar. Esa es la soledad del poder, otra enemiga acérrima de los gobernantes.

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