Experto en mediación: “El Estado se engaña con aparentar acuerdos de paz”
Los oscuros detalles de las firmas en cárceles levantan dudas en expertos. Afirman que el paso uno es tomar el control. No puede ser cualquier acuerdo
En un mes el Servicio Nacional de Atención a Privados de Libertad (SNAI) logró la firma de tres acuerdos de paz en tres cárceles del país. Dos de ellos, en las prisiones de Turi y de Santo Domingo que acumulan tan solo en lo que va de 2022 un total de 76 víctimas como resultado del enfrentamiento de bandas delictivas que operan en el interior de estos lugares para tratar de dominarlos por completo.
Sin embargo, la misma entidad no revela el número de reos que firman el documento y si estos pertenecen a alguna organización que ha sido partícipe de las masacres en los dos últimos años.
Es confuso porque en realidad no deberían ser acuerdos ni entre reos, ni con autoridades. Es decir, el Estado debe imponer la ley y su jerarquía para poner orden dentro de la prisión.
En marzo pasado fueron los mismos internos que comunicaron a través de la comisión de pacificación que el acuerdo de paz no podía ser concretado porque entre ellos mantenían dudas de que su similar cumpla con lo pactado.
Francisco Carrión, experto en seguridad, se mantiene “escéptico” del proceso anunciado porque llama la atención que el acelerado avance ‘hacia la paz’ no tenga detalles y una garantía palpable de que no ocurran más masacres en las cárceles.
La paz entre comillas, solo para que no revienten masacres que no pueden garantizar, Así no es. Es vivir en convivencia con deberes y derechos.
Walter Fernández, experto en procesos de mediación reitera que el verdadero paso para la paz es que el Estado asuma su responsabilidad, pero llegar a ese punto es una lucha cuesta arriba y de años porque está en ‘desventaja’ frente a las organizaciones narcodelictivas en cuestión de presupuesto, armamento y personal.
“El Estado se engaña con la lógica de aparentar un proceso de pacificación donde se es capaz de llegar a cualquier acuerdo y eso no debe ser así. ¿Bajo qué condición si el Estado está ausente ahí? ¿Cediendo la autodeterminación a un grupo? Ese es el riesgo más grande que explota con el pasar del tiempo.
El Estado ecuatoriano no existe en la cárcel, hay un Estado paralelo que tiene sus propias leyes, sus propias autoridades y se organizan al margen de lo que decida el Gobierno Nacional.
- En el exterior
El reflejo en el plano internacional
México, Colombia y Brasil han tenido problemas en su administración carcelaria y han pasado por procesos de pacificación entre los reos. Ramón Celaya, vicefiscal General de México, indica que según la experiencia en su país lo mejor es que el Estado establezca su autoridad porque las organizaciones delictivas “nunca van a dejar el crimen”. Mientras que Fernández recuerda que en Colombia y Brasil funcionó porque el Estado asumió responsabilidades olvidadas para no dar paso a la corrupción.
