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Una mujer lleva el ataúd que contiene las osamentas de un familiar, asesinado 1980 por el ejército salvadoreño, hoy, en San Salvador (El Salvador).efe

Entregan restos de seis personas asesinadas en río Sumpul en guerra salvadoreña

María Mejía, quien recibió los restos de su padre y de un tío, dijo sentirse feliz porque "al final, después de 42 años, voy a tener a mi papá y a mi tío en el cementerio, en un lugar donde ellos necesitan estar".

El Instituto de Medicina Legal (IML) de El Salvador entregó este viernes a sus familiares las osamentas de seis personas del sexo masculino ejecutadas por el Ejército en 1980 en la llamada masacre del Sumpul, en la que murieron unas 300 personas.

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La organización no gubernamental Tutela Legal 'María Julia Hernández' explicó en un comunicado que los restos fueron encontrados durante exhumaciones realizadas entre el 19 y el 21 de julio de 2021 en el municipio de Concepción Quezaltepeque, en el departamento de Chalatenango (norte).

Indicó que las osamentas entregadas corresponden a Juan de Dios Mejía Alfaro, Sebastián Ortiz, Antonio Palma, Israel Orellana, José Bruno Alas Orellana y Alfonso Mejía Alfaro.

La entidad apuntó que la "ubicación de estas personas civiles ejecutadas, la identificación y entrega de sus restos demuestran la barbarie y existencia de la masacre" y "contribuye a aliviar el sufrimiento experimentado por los familiares y les permite sepultarlos de acuerdo con sus creencias y tradiciones".

María Mejía, quien recibió los restos de su padre y de un tío, dijo sentirse feliz porque "al final, después de 42 años, voy a tener a mi papá y a mi tío en el cementerio, en un lugar donde ellos necesitan estar".

La mujer, sobreviviente de dicha masacre, señaló que su padre, tío y el resto de personas asesinadas eran "personas campesinas, trabajadoras, no se metían en nada, que vivían en zonas donde el Ejército se metía y creo que le estorbaban (a los militares) la gente pobre, por eso las asesinaban".

Mejía añadió que, aunque los restos de sus familiares ya están con ella, "necesitamos que se investiguen los hechos, que haya justicia y reparación hacia la víctimas, porque somos un montón de víctimas y familiares".

Según el Informe de la Comisión de la Verdad de la ONU, en la masacre del río Sumpul murieron unas 300 personas, aunque los sobrevivientes cifran en más de 600 el número de muertos.

En mayo de 1980, en plena guerra civil (1980-1992) cientos de campesinos murieron a manos del Ejército, que implementó una estrategia de "tierra arrasada" y los relacionó como supuestos colaboradores de la entonces guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).

Una de esas masacres fue la del río Sumpul, en la que al menos 300 personas que intentaban llegar a Honduras murieron por heridas de bala o ahogadas cuando huían de la violencia desatada por militares y agentes de las extintas Guardia Nacional y Organización Democrática Nacionalista (ORDEN, cuerpo paramilitar).

De acuerdo con la Comisión de la Verdad, las personas fueron asesinados en la ribera del río Sumpul, que sirve de límite entre El Salvador y Honduras, por miembros del Ejército de este país, en complicidad con el hondureño, que impidió el paso de los pobladores que intentaban resguardarse en el territorio vecino.

La guerra salvadoreña que enfrentó al Ejército, financiado por los Estados Unidos, y a la guerrilla del FMLN dejó un saldo de 75.000 muertos y 8.000 desaparecidos.