Entrevista laboral: ¿Cómo lograr salir triunfante?

Sin duda, una de las emociones más grandes de la vida es saltar al mundo laboral. Pero antes y casi siempre, se debe vencer el desafío que marca esa ruta de entrada: una entrevista laboral.

Contar con un currículum atractivo es el mejor arranque cuando se empieza a buscar empleo, pero es en la entrevista de trabajo donde finalmente ocurre la ‘magia’, ya sea para un novato o para un experimentado.

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¿Cómo dominar ese paso y salir triunfante? 

Melanie Terán, psicóloga interinstitucional y experta en reclutamiento de personal, de la consultora internacional de recursos humanos Adecco, menciona que “en una conversación, la comunicación no verbal representa del 60 al 70 %; el tono de voz representa del 20 al 30 % y el mensaje que transmitimos representa solo el 7 %. En otras palabras, en una conversación casi el 93 % de la comunicación es no verbal”.

Es por eso, explica Terán, que el lenguaje no verbal es la clave principal en una entrevista laboral: los gestos, los movimientos, el tono de voz y la vestimenta. La experta enumera diez recomendaciones de cómo usar estos aspectos a nuestro favor: “Mirar siempre a los ojos al entrevistador”, enlista la psicóloga. Pues esta acción, explica, transmite seguridad, confianza y sinceridad.

La segunda recomendación es no tener los puños cerrados, porque aquello comunica nerviosismo y tensión. En cambio, el mantener las palmas abiertas y relajadas, transmite empatía y confianza.

El tercer tip es saludar con firmeza. El apretón de mano debe ser con fuerza para que el reclutador vea que el entrevistado tiene mucha energía y mucha personalidad.

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El cuarto tip es mover las manos de forma natural. Cuando, en medio de la conversación, el entrevistado mueve excesivamente sus extremidades, transmite cierta angustia. Y por el otro extremo, si está muy estático, ofrecerá una actitud forzada. 

“Hay que imaginarse que el entrevistador es alguien que conocemos para que la conversación salga con más naturaleza. En cuanto al tono de voz, es fundamental darle el equilibrio correcto: ni gritar, ni muy suave. Tiene que transmitir seguridad”, recomienda la psicóloga.

La quinta recomendación es evitar tocarse el cabello, porque hacerlo de manera repetitiva es síntoma de nerviosismo y puede generar falta de concentración.

El sexto tip es que los hombros tienen que estar derechos durante todo el tiempo de la entrevista. La séptima recomendación es evitar cruzar las piernas y los brazos, porque psicológicamente se considera como síntoma de personas inseguras a quienes les cuesta mucho tomar decisiones. “Es preferible sentarse con las piernas paralelas y con una ligera separación”.

El octavo tip es que al momento de entrar a la sala donde se dará la entrevista de trabajo, se debe entrar con la espalda recta, sin encorvarse o agacharse de forma exagerada. El noveno es que durante esa misma entrada, hay que caminar ni muy rápido (para no dar una impresión de ser impaciente), ni muy lento (para no dar una impresión de perezoso).

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El décimo consejo es sobre cómo vestirse para la entrevista. “Aquí lo más importante es tratar de parecer un lienzo en blanco, en el que la empresa pueda pintar su propia identidad corporativa y personalidad”. Para ello, Terán recomienda usar vestimenta sencilla, formal y de colores neutros.

“Con estos consejos y las palabras adecuadas, la posibilidad de tener éxito en una entrevista será muy elevada”, añade la reclutadora.

Siempre decir la verdad

“ No verse forzados. La naturalidad es uno de los aspectos que más evalúan los reclutadores. “La mejor entrevista de trabajo es donde te muestras tal y como eres”, dice la psicóloga.

Y parte de esa naturalidad a la que se refiere, es el hecho de contestar siempre con la verdad. Si responde con mentiras, por mucho que intente esconder la verdad, el lenguaje corporal lo delatará y el entrevistador ahondará en ese tema, hasta que caiga, explica la experta. “Siempre es mejor decir la verdad”.

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Terán añade además que muchas preguntas que parecen difíciles de responder, en realidad no tienen como objetivo meter una zancada al postulante, sino ver lo que responden en la repregunta. “Por ejemplo, si le preguntan cuál es su mayor debilidad y la respuesta del entrevistado es tener miedo a probar algo nuevo, el entrevistador preguntará ‘¿cómo trabajas para superar ese temor?’, y la respuesta a esta segunda pregunta es la que cuenta”, concluye

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