
Tormentas e inundaciones: expertos revelan las fallas en la preparación climática
Expertos analizan eventos clímaticos: ven poco interés político, falta de recursos y más eventos extremos
En lo que va del año, el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi) ha emitido 15 advertencias meteorológicas. La más reciente rige hasta este medio día y, en ese reporte, la entidad alerta a las provincias con lluvias más intensas. La situación ha impacto en el comportamiento de los ríos, causando desbordamientos y graves inundaciones. Por ello el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) Nacional declaró el martes la emergencia por 60 días en seis provincias en todo el país y ya se contabiliza que la cifra de afectados, víctimas y damnificados supera las 100.000 personas.
En los reportes del Inamhi son frecuentes frases como: “es la estación de lluvias”, “son condiciones de la época lluviosa”. Sin embargo, si se conoce sobre esa frecuencia y el impacto que generaría el invierno, a menudo se cuestiona sobre la escasa preparación para enfrentar eventos climáticos y por qué no hay lecciones aprendidas, sobre todo cuando organismos internacionales alertan sobre efectos más extremos por el cambio climático a nivel global.
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Cinco problemas harían que el país aún no esté preparado para este tipo de emergencias relacionadas con el agua, cuyas catástrofes han dominado el planeta en los últimos 50 años, siendo las tormentas y las inundaciones las que más muertes han causado en el mundo, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM) (ver info).
La ingeniera ambiental de la UIDE, Cecilia Puertas, y la científica de la UDLA, Rasa Zalakeviciute, analizan la situación; mientras que Vladimir Arreaga, director de pronósticos del Inamhi, explica el trabajo de la entidad. EXPRESO consultó a la Secretaría de Gestión de Riesgos sobre las acciones y eventuales modificaciones en su trabajo frente a los graves eventos climáticos, pero señalaron que las autoridades estaban en territorio y ofrecieron responder posteriormente en un correo.

Desinterés político
1.Se debe hacer una inversión para enfrentar estas situaciones, pero se lo ve como gasto. También se requiere que los gobernantes tengan contacto con la academia, que estudia estos temas. “No es nuevo y el desarrollo cíclico de las temporadas hace prever que luego de estas lluvias llegará la sequía y ya deberíamos estar preparados, pero se necesita voluntad política y dinero”, dice Puertas.
Falta de información
2.Ahora “las redes sociales causan desinformación. Unos mencionaban que estábamos en La Niña, otros, que era El Niño. Es recomendable ver fuentes confiables para entender qué ocurre y reaccionar”, sugiere Puertas. Al respecto, Arreaga indica que el Inamhi difunde información en distintos productos. “Se emiten las advertencias que duran entre 3 y 5 días, máximo, porque si las condiciones persisten, se ajustan los mapas de zonas que se verían afectadas para que las autoridades y ciudadanos tomen decisiones”. Un aspecto que destaca es que se usa un lenguaje más comprensivo para la población.
El Pacífico oriental tendrá temperaturas altas de más de 1,2 grados en marzo y 1,5 grados en abril, lo cual seguirá causando lluvias.
El COE exhortó que las prefecturas y municipios realicen la limpieza de los ríos, presas, embalses, quebradas y alcantarillado con el fin de evitar incidentes por las lluvias.
Incertidumbre
3.Existen muchas variables que contribuyen a cambiar los patrones climáticos. “Se trata de avisar los efectos, pero aún así no sabemos qué mismo va a pasar o cómo reaccionará la Tierra con certeza”, menciona la catedrática de la UIDE. La alteración ha sido radical. “Con el cambio climático es muy difícil predecir, pero se espera que las lluvias duren hasta abril”, menciona Zalakeviciute. “Hemos pasado de una sequía extrema a lluvias severas que han ocasionado emergencias. Este febrero de 2025 está entre los tres más severos de los últimos 65 años y los sistemas ya no se comportan como antes, lo que genera un desafío para el servicio meteorológico”, añade Arreaga.
Actividades humanas
4.La deforestación, la urbanización de zonas naturales y la alteración de los cauces de los ríos “terminan influyendo en el ciclo natural del agua”, indica Puertas. Esto repercute en la capacidad de las estructuras de desfogue. “A veces los sistemas de las ciudades no pueden abastecer la gran cantidad de precipitación y eso puede ocasionar deslaves y derrumbes”, explica la especialista de la UDLA. Recomiendan implementar medidas de protección de ríos.
Escasos recursos
5.Los fondos limitados no solo afecta a la capacidad para atender a la población vulnerable. También falta invertir en expertos y equipos tecnológicos que unifiquen las grandes bases de datos que se generan en distintas entidades y organizaciones del país. Al respecto, el Inamhi ha avanzado en la integración de la información que obtienen entidades municipales de Quito y Guayaquil. Actualmente se coordina para realizar la conexión con Cuenca.
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