La escultura a Julio Jaramillo, el emblematico cantor del Ecuador
El alcalde Nebot “se ha anotado un poroto”, como dice nuestro pueblo; al construir, entre otras, la escultura del inolvidable cantor Julio Jaramillo tocando la guitarra, cerca del museo que lleva su nombre. Por intermedio de la caja sonora incorporada escuchamos las canciones más famosas del Ruiseñor de América.
Valga la oportunidad para recordar que J.J. es un ícono del Ecuador porque fue un artista carismático que cantó con corazón y sentimiento especialmente pasillos, valses y boleros; a pesar de sus triunfos internacionales, nunca olvidó su origen humilde y ayudó económicamente a cuantas personas pudo. No era apegado al dinero.
Ahora es un referente de la identidad ecuatoriana y su música es más conocida que antes, cuando solo el pueblo escuchaba sus canciones. Se convirtió en leyenda, cuya existencia es sinónimo de éxito.
Cantantes modernos, grupos folclóricos y la Orquesta Sinfónica de Guayaquil tocan arreglos de las canciones que J.J. popularizó. Todas las clases sociales lo reconocen por su fama internacional que lo convierte en embajador musical del Ecuador. Por el pasillo Sombras, el valse Fatalidad y el bolero Nuestro juramento somos mejor conocidos en el mundo como país. La escultura le da vida porque lo seguimos escuchando en el tradicional barrio de Las Peñas.
Lic. César Burgos Flor