01-06-2016-reconstruccion
La provincia de Manabí, mayormente agropecuaria y pesquera, intenta recuperarse del más fuerte golpe recibido por la naturaleza en los últimos 80 años: el terremoto del 16 de abril de 2016.Internet

A la espera de la gran reconstrucción

Necesidad. La recuperación de las actividades agropecuaria, pesquera, comercial y turística

El devastador desastre natural dejó a cientos de familias sin hogar, sin casa, sin trabajo, sin hospitales, sin escuelas... Prácticamente en la calle. Diez meses después del gran remezón, aún hay damnificados en albergues y las actividades comerciales y turísticas continúan disminuidas en una provincia que hoy tiene 1’523.950 habitantes, según la proyección de población del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos.

Manabí es la tercera provincia del país en población electoral (1’193.002 votantes, según el registro electoral), pero también es la tercera más visitada por los ocho candidatos a la presidencia de la República, que les han ofrecido a sus habitantes la ansiada gran reconstrucción, generar plazas de trabajo e impulsar el desarrollo en todas las direcciones.

¿Cuáles son las mayores demandas y necesidades de los manabitas?

El analista político y catedrático universitario Medardo Mora, cree que más allá de la reconstrucción por el terremoto, que es vital para la población, lo prioritario en el ámbito productivo es una atención preferente a los sectores agropecuario y pesquero, que son los que sostienen la economía de la provincia.

Mora propone la concesión de créditos a largo plazo y bajos intereses y la eliminación de aranceles a los insumos agropecuarios, con el fin de aumentar el aparato productivo provincial y generar fuentes de trabajo que, tanto hacen falta para bajar los índices de desempleo, y a su vez se convierta en un efecto multiplicador en el bienestar familiar.

Otras necesidades, a criterio del catedrático, es terminar los proyectos hídricos como los canales de riego y la reconstrucción de los daños del terremoto, pero sin ningún tipo de politización. “Se debe integrar una junta de reconstrucción, como se hizo en Ambato hace años, que maneje adecuadamente los recursos entregados”, añade.

“Manabí no quiere más de lo que le corresponde por ley para que las autoridades locales puedan hacer su trabajo”, dice el alcalde de Manta, Jorge Zambrano, al que le preocupan los constantes recortes presupuestarios por la situación económica que vive el país.

El recorte presupuestario y el retraso en la entrega de las asignaciones, dice Zambrano, complican la ejecución de la obra pública en un proyecto de reconstrucción que está consciente de que demandará tiempo y muchos recursos.

“Hay que mantener el esquema de trabajo establecido para que pueda recuperarse completamente la atención en salud, educación, seguridad, energía eléctrica y comunicaciones, que son responsabilidad del Gobierno central”, dice.

Precisamente, son las obras de servicios básicos y la necesidad de vivienda la que reclaman los damnificados por el terremoto del 16 de abril que hoy continúan, aunque pocos en albergue, en casas de parientes o en espacios alquilados, en espera de soluciones habitacionales ofrecidas que todavía no les llegan a todos.

En total, el Ejecutivo calculó en más de 1.500 millones de dólares el costo inicial de la reconstrucción, para cuyo financiamiento se tomaron una serie de medidas fiscales.

Según las cifras del Gobierno actual -habrá cambio de mando el 24 de mayo próximo- se han entregado más de 15.000 bonos de vivienda a las familias afectadas por el terremoto del 16 de abril que dejó cerca de setecientos muertos y miles de damnificados.

Hasta ahora, solo se ha logrado recuperar en parte la infraestructura educativa y de salud destruida por el terremoto, pero todavía están en construcción, y en unos casos de reconstrucción, los hospitales, como el del IESS de Manta y del Ministerio de Salud Pública de Chone.

Lluvia de pedidos y ofertas

Portoviejo, Manta, Chone, Canoa, Jama, Pedernales, Bahía de Caráquez y Chamanga son, entre otras, las poblaciones más afectadas por el terremoto y también han sido las más visitadas por los aspirantes presidenciables desde la convocatoria a las elecciones, en octubre, y en enero.

En cada visita o recorrido, las demandas de la población son las mismas para todos los candidatos: que los ayuden a salir de la pobreza en que quedaron sumidos al quedar en la calle; que se condonen las deudas a los pescadores y agricultores afectados; que se les ayude a conseguir una vivienda porque la que tenían la perdieron y aún no reciben ninguna del Estado; que se otorguen créditos para los microempresarios y los pequeños comerciantes...

Y los ofrecimientos de los candidatos para esa provincia giran en torno a lo mismo: generación de empleo, créditos a largo plazo y bajo interés; energía eléctrica gratis, reconstrucción total de las zonas afectadas... A los afectados del terremoto se suman ahora los golpeados por las fuertes lluvias.