Primero esposa y luego madre ... Priorice sus roles
Una duda planteada en un hogar guayaquileño, ante el nacimiento de un nuevo bebé, se hizo pública en Facebook: ¿primero hay que ser esposa y luego madre o viceversa?
En contexto
La sociedad tradicionalista tiene a una mamá ama de casa, que cría a los hijos, y a un padre proveedor.
Hoy las madres trabajan fuera del hogar ¿Qué deben ser primero: esposas o mamás?
Lectores y especialistas coinciden en que la mujer debe equilibrar sus roles de esposa y madre.
Una duda planteada en un hogar guayaquileño, ante el nacimiento de un nuevo bebé, se hizo pública en Facebook: ¿primero hay que ser esposa y luego madre o viceversa?
Esta pregunta es recurrente en terapia de pareja, pues se convierte en un conflicto matrimonial, dicen los especialistas.
Sesenta respuestas de hombres y mujeres, casados, divorciados y solteros, con y sin hijos, contraponen tres frentes: los que creen que hay que ser esposa y madre, en ese orden, al mismo tiempo y de forma eficiente (la mayoría).
Están seguidos muy de cerca por quienes creen que primero hay que ser esposa y después madre. “Primero hay que ser esposa, porque cuando uno se dedica por completo a los hijos se pierde la conexión con la pareja. Cuando los hijos se van resulta que uno ya no conoce a la persona que tiene al lado”, dice una maestra, mamá y abuela guayaquileña, de 66 años.
El tercer grupo opina que los hijos están por encima del marido, porque “la maternidad es eterna”; además hay matrimonios que terminan en divorcio o quienes viven en unión libre se separan cuando hay conflicto. “El esposo puede dejar de serlo, el hijo, jamás”.
Los terapeutas de pareja y familia coinciden con el primer grupo. Equilibrar la calidad de tiempo que se dedica al marido y los hijos es la clave. Y es posible lograrlo con la ayuda del cónyuge, trabajando en equipo, como socios en el hogar.
Que una mujer se concentre en su relación de pareja no quiere decir que deje a un lado a sus hijos. Los dos roles son importantes y desempeñarlos al mismo tiempo le permiten lograr un desarrollo integral.
En la sociedad ecuatoriana es común que una esposa se consagre a ser mamá porque así fue criada. Es parte de la idiosincrasia, pues hace más de dos décadas la mayoría de las madres no trabajaba fuera del hogar; solo lo hacían los padres como proveedores. Hoy, casi todas las mamás laboran fuera de casa y tienen una profesión.
Por ello hay que reeducarla para que se desarrolle como mujer, esposa y madre, aconseja el coaching de parejas.
Este Diario expone el punto de vista de los especialistas.
Para que cuando lo hijos se vayan no sean un par de extraños, la pareja debe mantener vivo su amor.
Eduardo Zamora y Grace Baquero / coordinadores de Retrouvaille / Programa para parejas en conflicto
Hay que equilibrar los papeles, partiendo de la comunicación
Los esposos Eduardo Zamora y Grace Baquero y el sacerdote Carlos Salcedo, de la parroquia Cristo Rey, son los coordinadores del programa Retrouvaille en Guayaquil. Baquero señala a este Diario que en su experiencia con matrimonios en crisis (el programa incluye un fin de semana para parejas y charlas semanales), la pregunta de si primero hay que ser esposa y luego madre es recurrente. “Los problemas económicos están orillando cada vez más a las mujeres a que trabajemos y aportemos a la economía y al bienestar de los hijos. A veces, también tiene que ver con la superación personal y sentirse incluida dentro de una sociedad que demanda cada vez más este rol de la mujer preponderante a la par del varón. El trabajo es bienvenido, el tema es equilibrar y todo parte de la comunicación”.
Su esposo agrega que hoy se crían hijos para que sean profesionales con plenitud económica, pero se deja a un lado la importancia de la relación matrimonial. La mujer que retrasa su decisión de casarse hasta hacer posgrados, trabajar y tener casa propia no está más preparada para el matrimonio. “Yo no diría que la sociedad demanda que primero hay que ser madre, no hay una fórmula mágica para el éxito, depende de lo que cada persona crea que necesita dentro de su vida”.
“La mujer entra al mundo laboral, compite con el varón y pueden perderse los límites y comenzar a ser ejecutiva y no madre ni esposa. Hay que rescatar ambos roles, primero el de esposa porque tú naciste, creciste, buscaste una pareja y con él vas a envejecer. Tus hijos son tuyos, trabajas y luchas por ellos, pero ellos se van ¿Con quién te quedas al final del camino? con tu pareja. Si la pareja no está bien, los hijos tampoco van a estar bien”, manifiesta Baquero.
Bertha de Farah / Máster en terapia familiar sistémica
“Primero somos pareja”
En la sociedad se juntan la generación que fue criada por mamá ama de casa y papá proveedor con la de la mujer que sale a trabajar al igual que el varón, lo cual complica más los roles porque hay menos tiempo para compartir con los hijos, indica a EXPRESO la licenciada en Orientación y Consejería Familiar, Bertha de Farah.
Hay estadísticas que dicen que la mayoría de divorcios se da en una etapa del ciclo vital de la familia que se llama ‘nido vacío’, afirma, el cual ocurre cuando los hijos se van del hogar. Entonces quedan uno frente al otro, mirándose como extraños. “¿Qué hicieron para nutrir la relación? Nada. Es muy importante, primero, estar bien establecidos como pareja, la naturaleza es así, primero somos pareja, luego vienen los hijos”.
Jorge Mackenzie / Coach de parejas
No puede dejar de ser esposa
Bajo la visión de un matrimonio duradero, hay que comprender que cuando los hijos se vayan el nido volverá a estar vacío. Entonces, habrá que convivir con la pareja. “Hay que cultivar la vida de pareja para sostener nuestro matrimonio y de esa forma seguir educando a nuestros hijos para que tengan matrimonios duraderos”, señala Jorge Mackenzie a este Diario.
Con herramientas de Programación Neurolingüística (PNL) y coaching de parejas, en Resiliencia Psicología-Coaching, enseña que no se puede dejar de ser esposa para concentrarse en ser madre. Ambos roles son necesarios y contribuyen al bienestar de los hijos. “El trabajo en equipo, con el esposo, no solo ayuda a la mujer a desarrollar mejor su labor sino que permite que la personalidad de los niños se fortalezca”.
Gina de Castelblanco / Orientadora y terapeuta familiar
La prioridad uno es el esposo
“El orden natural de la vida fue primero mujer, esposa y después madre. Un hijo nace del amor de una pareja, por lo tanto, tenemos que amarnos para juntos amar a nuestros hijos. Esposa y madre son dos roles que se desarrollan a la par, pero siempre la prioridad uno es mi esposo y mi esposa”. Así lo dice a EXPRESO la orientadora y terapeuta de familia, Gina de Castelblanco.
La esposa tiene que nutrir su relación matrimonial y, al mismo tiempo, ser buena madre involucrando a su esposo en la crianza de los hijos. Que una mujer trabaje no significa que su primera prioridad es su rol profesional. “Si mi actitud es que mi trabajo es lo más importante, mi esposo, mis hijos y mi jefe van a entenderlo así. Si yo sé poner en orden mis roles, todos van a entender que primero mi esposo, después mis hijos, mi familia y luego mi trabajo”.
Matrimonios sin hijos
Entre el marido y la familia
“Quién es primero ¿mi esposo o mi familia?” En el foro de city-data.com, una mujer publicó su situación en busca de consejo. Explica que su esposo odia los días festivos, ya que él tiene una familia disfuncional y no tiene acostumbrado pasar tiempo con sus parientes. Hay peleas entre ella, sus padres, sus hermanos y su esposo con respecto a las fechas especiales. Su familia espera que pase Navidad y Acción de Gracias con ellos y se ofende si la pareja no lo hace. El marido, en cambio, prefiere no ir donde sus suegros.
A ella le gusta estar en familia en estas fechas, pero no le afecta si no va un año.
Un internauta le respondió que el esposo y la familia están mal y ella está atrapada en el medio. Y al marido, que no se casó solo con ella sino también con su familia. Participar en una de estas actividades no lo matará.