FERIADO DANIEL NOBOA
El sector turístico apoya la medida del Ejecutivo.ARCHIVO EXPRESO

Esto opina la ciudadanía del día adicional de feriado decretado por Daniel Noboa

Mientras hay personas que prefieren trabajar, el sector turístico observa con buenos ojos la medida el Ejecutivo

Ecuador se enfrenta a una profunda crisis energética que está teniendo repercusiones en todos los sectores de la economía. Con cortes de luz y un racionamiento energético que ha paralizado diversas actividades, los profesionales del país se encuentran en un dilema: ¿Debió el Gobierno considerar un día más para el feriado de noviembre o priorizar la productividad para reactivar la economía? EXPRESO conversó con ciudadanos para escuchar su análisis de la decisión política.

Comercio de Guayaquil

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Josué Constante, abogado guayaquileño, comparte la indignación de muchos profesionales consultados por este Diario que ven en la falta de productividad una amenaza directa a sus ingresos. “Existe una percepción de que el Gobierno no está tomando decisiones adecuadas para abordar la crisis, sobre todo de quienes dependen del funcionamiento eficiente de las instituciones públicas. Esta situación ya ha afectado nuestro trabajo y, ante esto, haber sumado al feriado el 31 de octubre, fue absolutamente innecesario. Lo que realmente necesitamos es generar producción, trabajar y fomentar la economía”, asegura.

La frustración de perder un día de trabajo se intensifica en el ámbito académico. Eduardo Manosalvas, catedrático universitario, también critica la decisión del Gobierno. “Esto de aquí no es más que una medida populista. No ayuda en nada a activar la economía del Ecuador más días de asueto. No hay luz, no hay dinero, todo está caído, no tuvo ningún sentido extender el feriado. Considero que desde la parte productiva es un golpe más que se le está dando al país. Si lo que buscan con esta medida es activar la economía, están tratando de hundirla”, alega.

Sin embargo, la opinión de los empresarios turísticos contrasta con las voces de los ciudadanos. Jorge Mori, asesor y promotor de la empresa Turistiqueros, ve el feriado como una oportunidad. “Desde un punto de vista técnico y turístico, creo que es muy bueno el día extra. Es cierto que puede ser una maniobra política, pero el sector turístico es uno de los más golpeados. Este feriado puede generar un gasto masivo que beneficia a la economía. Necesitamos momentos de paz, reconciliación y resiliencia. Este feriado puede permitirnos reencontrarnos con nuestras ideas y nuestras familias, así que creo que sí ayuda”, comparte a EXPRESO.

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Mori enfatiza la importancia de la industria turística en la economía ecuatoriana, que ha sido severamente afectada por la pandemia y la crisis actual. La necesidad de fomentar el turismo interno se presenta como una oportunidad para revitalizar un sector que ha luchado por recuperarse.

Por su parte, Holbach Muñetón, presidente de la Federación Nacional de Cámaras Provinciales de Turismo del Ecuador, comparte a este Diario el beneficio que puede tener un día extra al feriado. “Ayuda a planificar mejor el viaje, ya que las familias pueden distribuir sus días de descanso. Reportes indican que personas de la Sierra se quedarán en Guayaquil y otros destinos. A pesar de las adversidades, el turismo está mostrando signos de recuperación, y tener un feriado puede impulsar aún más el deseo de viajar y disfrutar. La gente busca tranquilidad y está dispuesta a gastar”, expone.

Fernando Arrigorriaga, representante del gremio hotelero, argumenta que el feriado puede tener un efecto positivo, pero no para todos. “En principio, esto frena el negocio corporativo. Guayaquil es una ciudad corporativa, y para Guayaquil no es bueno. La medida fue tomada para frenar un poco la producción y el consumo, pero en realidad no es beneficioso para nosotros. Lo que necesitamos es un día laboral normal y sin crisis. El Gobierno busca bajar un poco el consumo, y agregar un feriado hace que la industria se frene”. Arrigorriaga enfatiza que, aunque comprende las intenciones del Gobierno, la realidad de la ciudad portuaria demanda un enfoque más centrado en la reactivación económica y en el impulso de negocios.

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