Estudiantes ecuatorianos que abandonan la escuela se convierten en migrantes

En los planteles públicos, algunos profesores y psicólogos de los Departamentos de Consejería Estudiantil (DECE) han detectado que los adolescentes se van al extranjero, de forma irregular. Unos cuantos tienen problemas académicos, otros no, pero de pronto no llegan al inicio del siguiente ciclo lectivo; otros desaparecen sin despedirse, en medio del año.

Entonces empiezan a buscarlos, llaman a los números telefónicos de contacto. Así logran enterarse de que varios han migrado con sus familias, no en las mejores condiciones.

A través de excompañeros, EXPRESO dio con Yajaira Oyana, quien cumplió 18 años, el 20 de diciembre del 2023. Ya debía haberse graduado de bachiller. Pero en octavo de básica perdió el año y se cambió al Colegio Nacional Mejía, en Quito. Ella no solo estudiaba, solía ayudar a su madre en la venta informal. Cuando cursaba el segundo de bachillerato, el anterior año lectivo, se retiró, para viajar a Estados Unidos.

Desde Minneapolis, Yahaira contó que pasan dificultades. En ocasiones su madre siente deseos de regresar a Ecuador, pero ella y sus hermanos de 21, 15 y 13 años le dan ánimo. Y le dicen que tienen que ser pacientes, que pronto estarán mejor.

Ellos se suman a los 121.283 ecuatorianos que dejaron el país, en 2023, y no volvieron, según las cifras de migración del Ministerio de Gobierno.

Según el Ministerio de Educación, en Morona Santiago están los cantones con mayor tasa de abandono escolar. Se trata de Pablo Sexto, Huamboya y Santiago. Aunque no se puede negar que en otras provincias, como Guayas y Pichincha, también se detecta deserción escolar.  

Las cifras de Educación dicen que la tasa de abandono en el ciclo lectivo 2022-2023 fue del 1.83%, en el régimen Costa- Galápagos; y del 1.94%, en Sierra y Amazonía.

¿Qué tan grave es la situación en Ecuador?

Harvey Sánchez dirigió el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineval), de Ecuador. Y se desempeña como consejero de alto nivel del Laboratorio de Evaluación de la Unesco. Él opina que el año pasado, el país ha enfrentado una verdadera calamidad en el campo educativo.

De acuerdo con sus análisis, que surgen de los datos del INEC y del Ministerio de Educación, en el 2023 se registró una disminución de al menos el 5.8% de la matrícula en el décimo de básica y del 6.6%, en tercero de bachillerato. Para él, por lo menos se han ido 70.000 estudiantes del sistema público, que recibe a la población con menos recursos.

Lo más alarmante, dice Harvey Sánchez, es que además de la reducción de la matrícula, hay un 10% de estudiantes que reprueba o abandona las aulas. Las provincias más afectadas son Esmeraldas, Pastaza, Morona Santiago, Bolívar y Napo, señala.

En Ecuador, Yahaira y su familia vivían en casa de sus abuelos, en el barrio San Martín de Porres, en el extremo sur de Quito. El hermano mayor se graduó de bachiller. Ella y sus dos hermanos más pequeños abandonaron los estudios.

La madre de familia, Nancy, salió del Ecuador, en octubre del 2022, por primera vez. Pero la deportaron. En su segundo intento viajaron todos.

"Mi mamá no tenía más ayuda. Ella siempre ha enfrentado sola los gastos. Era comerciante, vendía frutas por la avenida de Los Shyris y Eloy Alfaro, en el norte de Quito. También pinchos en la avenida Patria, cerca a un local de comida rápida, por la zona de la Casa de la Cultura", cuenta Yahaira.

Según la adolescente, su madre no podía seguir más con el ritmo de vendedora ambulante. Trabajaba de 20:00 a 04:30. Ella, después del colegio, la acompañaba; cada una con un coche.

"A mi mami le dolían los pies por estar tanto tiempo parada, ella se enfermaba, se le torcían los dedos de las manos por el frío", recuerda Yahaira.

¿Cómo llegaron los migrantes ecuatorianos a Estados Unidos?

No atravesaron la selva del Darién, viajaron a El Salvador, en avión. Y una vez allá, los trasladaron con más ecuatorianos, en dos furgonetas. "Mi mamá pagó una cantidad alta. Fue una horrible experiencia porque teníamos miedo de ser deportados y también de que nos secuestraran, como le ha pasado a muchos. Gracias a dios, no nos ocurrió nada".

La adolescente relata que cuando llegaron a Estados Unidos hacía demasiado frío. Era invierno y no encontraron trabajos. Así que su madre se dedicó a preparar comida ecuatoriana. Pero hasta el momento no tiene un empleo fijo.

Nancy, la madre, tiene 40 años. Empezó a trabajar en construcción, ayudando a demoler casas. Pero, la labor no es permanente. Durante un mes les permitieron quedarse con familiares, dormían sobre una alfombra, en el piso de la sala. Su hermano mayor consiguió trabajo cortando césped, limpiando y cuidando plantas, pero él está casado y tiene un hijo pequeño, a quienes mantiene.

Yahaira y sus hermanos menores están estudiando. Pero dice que la ubicaron en el nivel nueve, ella calcula que es como el séptimo u octavo nivel en Ecuador. Y en el Mejía, ella cursaba el segundo de bachillerato.

Ahora ella está pidiendo los reportes de calificaciones y el pase de año de primero a segundo de bachillerato, para presentarlo en el colegio en Estados Unidos.

"No le conté a nadie en el Mejía que vendríamos a Estados Unidos. Nos fuimos en silencio", dice. Ella también ha conseguido trabajos ocasionales. Quiere aprender inglés, ahora tiene problemas y podría tomar en los meses de vacaciones escolares, clases extras, pero necesita apoyar a su familia.

El Ministerio de Educación respondió a EXPRESO que tienen una estrategia, para enfrentar el abandono escolar. Se trata de Todos al Aula por el Nuevo Ecuador, que tiene como objetivo promover el acceso y/o reinserción escolar de toda la población que se encuentra fuera del Sistema Nacional de Educación.

Para eso, dice el Ministerio, lleva adelante acciones focalizadas en territorio y hace una coordinación interinstitucional con otras Carteras de Estado y organizaciones de la sociedad civil.

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