Se expande la meritocracia de Ferrere de Quito a Guayaquil
El despacho jurídico nació en Uruguay hace más de una década y que, un año después de abrir en Quito y Manta, ha decidido expandirse a Guayaquil, según cuenta uno de sus socios originales, Agustín Mayer West, quien visitó el puerto para la inauguración
“Los grandes despachos de abogados en Ecuador son familiares. Es muy difícil que alguien ajeno al entorno llegue a los puestos más altos”, eliminar esta filosofía en el ámbito jurídico profesional es parte del objetivo de Ferrere Abogados.
El despacho jurídico nació en Uruguay hace más de una década y que, un año después de abrir en Quito y Manta, ha decidido expandirse a Guayaquil, según cuenta uno de sus socios originales, Agustín Mayer West, quien visitó el puerto para la inauguración a finales de noviembre.
La meritocracia y la juventud son sus apuestas para convertirse en un referente de la abogacía en el país y continuar así su carrera por la región. Los socios tienen una edad temprana de retiro, 60 años, para dejar espacio a los profesionales consolidados que empujan desde abajo. Y que solo son parte de la familia empresarial. No puede haber familiares a niveles más altos, y así lo recogen sus estatutos.
El despacho que ya asesora a empresas en todos los ámbitos del Derecho con los que interactúa, también está presente en Bolivia y Paraguay. Siempre han buscado abrir mercado en países con economías similares a la de origen, donde apenas hay multinacionales de abogados como Ferrere. “Brasil, Argentina o Chile no son mercados tan atractivos porque las firmas legales están mucho más desarrolladas allí”, razona Mayer.
En Guayaquil asesoran desde septiembre pero la apertura oficial fue a finales de noviembre. La nueva oficina, que buscará nuevos clientes, también pretende dar atención a las empresas que ya representaban desde Quito, pese a estar radicadas en la Costa. Así lo explica uno de los asociados sénior de la ciudad, Ernesto Weisson, que también viene acompañado de su colega Ricardo Menéndez.
En el país dan trabajo a unos 50 profesionales de la abogacía, siendo un tercio de ellos de la oficina de la capital. En Guayaquil, comenzaron con tres asesores del Derecho pero tienen la perspectiva de crecer, de forma natural, hasta 10 a finales de año. También cuentan con consultores externos como el exministro y abogado Roberto Illingworth.
El personal de Ecuador eleva hasta 500 los contratados en toda la región, con Uruguay como cabecera (115 personas). “Eso nos coloca entre las tres o cuatro primeras firmas legales más grandes de habla hispana”, precisa Mayer, quien no deja escapar la ocasión para asegurar que en Ferrere las mujeres también tienen espacio entre los cargos directivos.