Richard Martínez ya sabe lo que es negociar con el Gobierno con suficiente mano izquierda como para que se escuchen los pedidos más reclamados por el sector privado a cambio de ofrecer sacrificios empresariales que contenten a las autoridades.

Expectativas de ajuste para un pais decaido

Richard Martínez ya sabe lo que es negociar con el Gobierno con suficiente mano izquierda como para que se escuchen los pedidos más reclamados por el sector privado a cambio de ofrecer sacrificios empresariales que contenten a las autoridades.

No es lo mismo hacer oposición que gobernar. Ese salto será el principal desafío político del flamante ministro de Economía, Richard Martínez. El líder empresarial llega al Gobierno con un historial político limpio y se estrena en un contexto económico con incontables cabos sueltos. Su nombramiento ha generado grandes expectativas dentro y fuera del país. Pero lo difícil será, según los analistas económicos, enderezar el rumbo del país sin traicionar la receta económica que proponía el sector privado cuando él estaba al mando y conciliando los reclamos empresariales con las exigencias de un Gobierno con cada vez menos rostros de la etapa correísta.

Richard Martínez llega al otro lado del escritorio cuando la economía nacional lleva un año aparcada, tras el paso de los dos ministros anteriores, Carlos de la Torre y María Elsa Viteri, que no han conseguido materializar un plan económico anticrisis más allá del discurso. Las cifras oficiales perfilan un panorama desalentador: el riesgo país está a 748 y se ha deteriorado casi un 63 % en el último año; la deuda, con una cifra aún por sincerar, está en un punto de no retorno que obliga a modificar la ley para aceptar que se superó el límite constitucional y aplicar un plan de estabilidad fiscal si no se quiere seguir por la senda de las cuentas disfrazadas. El déficit entre ingresos y gastos requiere casi 8.000 millones de dólares adicionales para el resto del año, mientras la balanza comercial agranda cada mes la brecha. Hasta marzo se han importado casi 1.000 millones de dólares más de lo vendido al exterior (productos no petroleros).

Para enfrentar tantos cabos económicos sueltos, hace falta ordenar las prioridades. El economista y exvicepresidente, Alberto Dahik, considera que el primer reto es lograr tener un equipo coherente en el ministerio, en el Banco Central, en la Corporación Nacional, Superintendencia de Bancos... Es decir, en todas las entidades que tienen que ver con el ambiente y desarrollo de la economía para asegurarse que exista la voluntad política dentro del régimen de tomar todos los correctivos necesarios.

“No se puede creer que después de 10 años de despilfarro y un manejo desastroso de la economía se pueda corregir esto, tomando caramelitos, gastando más. Va a venir un ajuste. Tiene que haber un ajuste y para eso tiene que haber la voluntad política”, destaca Dahik a Diario EXPRESO.

Deberá seleccionar qué subsidios se mantienen para beneficiar solo a las clases populares, deberá flexibilizar las condiciones laborales, reducir el tamaño del Estado, eliminar ciertos impuestos y abrirse al comercio exterior, según la receta del economista. “No es una medida es un plan completo, porque se debe ir a los organismos internacionales a financiarse, es un tema complejo”.

Lidiar con un Estado que ha engordado del 22 % al 43 % del PIB, requerirá dolorosos sacrificios. Al frente está Argentina como ejemplo, indica Dahik, de lo que ocurre si no se actúa a fondo. Se espera que al despedir trabajadores del sector público entren al privado. Aunque no será un proceso inmediato.

El exministro Fausto Ortiz, apuntaba en redes sociales, al atasco en el tema del endeudamiento. Cuando se supere, indicó ayer, “será importante conocer cuánto comprará la banca local en bonos de deuda interna para apoyar gestión del nuevo ministro”.

La llegada de Martínez, pese a los retos venideros, ha dejado una buena sensación en los mercados. El primer gesto de apoyo llegó, a pocas horas del nombramiento, con un informe optimista de la consultora financiera internacional Credit Suisse.

Una deuda puso el punto final a la gestión de Viteri en Finanzas

Sus 70 días en el ministerio de Finanzas terminaron sin pena ni gloria. María Elsa Viteri fue separada de esa cartera en medio de una agria polémica con la Contraloría General.

La entidad de control sostiene que la economista guayaquileña tenía una prohibición legal para ejercer cargos públicos. La tarde del lunes, el contralor Pablo Celi envió una consulta al ministerio de Trabajo. Quería saber si esa entidad entregó a Viteri “el documento respectivo de no tener impedimento legal para ejercer el cargo; y, de haberse otorgado, si se analizó o no la prohibición legal indicada”. Lo hizo, según dice la carta, “para corroborar los datos” de las declaraciones patrimoniales.

Eso ocurrió a las 18:10. Dos horas y quince minutos después, el Gobierno confirmaba la salida de Viteri del gabinete y colocaba en su lugar a Richard Martínez.

Si bien, en su declaración patrimonial, Viteri reconocía la existencia de un pasivo (deuda) de 173.397,09 dólares, la Contraloría precisa que esa obligación hipotecaria con la Corporación Financiera Nacional (CFN) está con calificación E, desde el 1 de noviembre de 2016. En ese lapso, ella fue subsecretaria de apoyo al desarrollo en el Ministerio de Defensa y luego titular de Finanzas.

En declaraciones al periódico público, Viteri explicó que la CFN no le informó a tiempo de la venta de su cartera al Banco Nacional de Fomento (BNF) en liquidación. Ella dice que hizo los pagos a la primera entidad. Y cargó contra el contralor: “o no sabe hacer bien su trabajo o definitivamente hay otro tipo de razón”. IGF