Panorama. Expertos en explosivos de la Policía inspeccionaban ayer el área de la destrucción, en Babahoyo.

Explosion afecto 200 metros a la redonda

Kervin Martillo no quería creer que su hermano mayor era la víctima mortal de la fuerte explosión que se produjo en una bodega del cantón Babahoyo-Los Ríos, la noche del pasado lunes.

Kervin Martillo no quería creer que su hermano mayor era la víctima mortal de la fuerte explosión que se produjo en una bodega del cantón Babahoyo-Los Ríos, la noche del pasado lunes.

El cadáver quedó destrozado e irreconocible a simple vista. Los agentes de Criminalística levantaron por partes los restos que estaban sobre la acera, con sus extremidades inferiores desprendidas.

Fue gracias a un tatuaje que Carlos Daniel Martillo Pacheco, de 23 años, tenía en el lado izquierdo de su pecho, lo que permitió a su hermano identificarlo en la morgue. La mañana de ayer, la policía recuperó parte de un hueso de una de sus piernas.

Carlos Daniel estudiaba en el turno vespertino de la Unidad Educativa Barreiro, donde cursaba el último año de Sociales. Una vez concluida su jornada de clases se dirigía hasta la bodega donde armaban los juegos pirotécnicos, para poder tener dinero en esta época.

Ana Pinela, parienta del difunto, detalló que era la primera vez que el chico iba a armar las camaretas, pero jamás pensaron que algo así sucedería.

“Ese trabajo era temporal para estas fiestas y Daniel fue a ayudarle al dueño del negocio para ganarse cualquier cosita”, dijo la mujer.

No se sabe con certeza lo que ocasionó la explosión, pero la onda expansiva afectó a unas nueve personas que resultaron con quemaduras de segundo y tercer grado. Uno de ellos es Carlos Acurio Gamboa, de 19 años, quien presenta quemaduras entre el 70 y 80 por ciento de su cuerpo y se encuentra en estado crítico en el hospital Luis Vernaza de Guayaquil.

Tiene injuria pulmonar (dificultad para respirar), mencionó el doctor Fernando Quintana, coordinador de la Unidad de Quemados de la casa de salud.

El jefe del Cuerpo de Bomberos, Leonpablo Mancheno, sostuvo que se han contabilizado cuatro casas destruidas y unas veinte afectadas; entre esas, una iglesia evangélica.

“La afectación producto de la onda expansiva fue a unos 200 metros a la redonda. Hemos encontrado una gran cantidad de explosivos de mediana y mayor intensidad como camaretas”, detalló el oficial.

El gobernador de Los Ríos, Omar Juez, mencionó que entre los heridos constan tres adultos y seis niños, de entre 5 y 12 años de edad, que a esa hora estaban por el lugar.

“En una villa de cemento han tenido escondido el explosivo que ha ocasionado toda esta tragedia. Los operativos se intensificarán y queremos que la ciudadanía denuncie para evitar otra emergencia como esta”, pidió la autoridad.

Por su parte el jefe del distrito Babahoyo, coronel Wilson Granada, informó que encontraron aproximadamente 200 kilos de material explosivo en la zona. Personal especializado en explosivos inspeccionó el sitio y en los próximos días emitirá un informe.

Hasta el cierre de esta edición, el cadáver de Carlos Daniel seguía en la morgue a la espera de la autopsia y en medio del llanto de su familia.