Los exportadores estan al filo de la navaja
La eliminación de los subsidios a los combustibles abre la caja de Pandora del sector más importante de la economía ecuatoriana, el que genera los dólares.
La discusión se ha centrado en la superficie, pero el fondo está más turbio. En estas últimas semanas, autoridades y sectores productivos enfocaron sus esfuerzos en la eliminación de los subsidios y las compensaciones, mientras la competitividad de las compañías exportadoras está herida de muerte.
Hay empresas que han cerrado por los altos costos de producir café y otras, de sectores distintos, cada año van mermando su rentabilidad por la tramitología, las ineficiencias de las entidades estatales, las condiciones cambiantes de los mercados, los reacomodos de la logística. La molotov está a punto de estallar. Y eso lo sabe la Corporación de Promoción de Exportaciones (Corpei).
Hace pocos días, a escasas horas de que 115 legisladores de todas las bancadas aprobaran la Ley de Eficiencia Energética, se supo la cruel realidad: este cuerpo legal controlará la gestión eléctrica de las industrias, eso aumenta los trámites y la contratación de personal para cumplir más requisitos.
Eduardo Egas cree que es hora de enfocarse en la competitividad, so pena de entrar a un irremediable proceso de cierre de empresas e invasión de productos importados por falta de competencia local.
La lucha del sector pesquero luego del alza de los combustibles se da por un acuerdo tácito que aceptaron desde hace años: “Le dijeron acepta un aumento salarial por encima de la productividad a cambio de mantener subvenciones. Ahora les quitan los subsidios y le dejan el salario arriba”.
El exportador ha venido absorbiendo costos en 19 años de dolarización y ya no puede más.
Alto costo de producir
La mano de obra es cara en relación a los demás países de la región, y por partida doble: “la remuneración de alta y la productividad baja”, señala Eduardo Egas. Además, hay un exceso de trámites que implican elevados costos, inseguridad jurídica y confusión de leyes que se combinan con los costos financieros, tasas de 10 % que “nos deja fuera de competencia”.
Precios oficiales
El mayor engaño en una economía de mercado es fijar precios de sustentación: estos terminan siendo un castigo tanto para el que los produce como para el que los compra.
Al ofrecer un precio mayor al internacional se obliga a todo el que quiera el arroz o maíz, por ejemplo, a pagar un precio mayor al internacional. El estado, por su parte, debe comprarles la producción a los agricultores y a tener sus silos llenos porque no puede vender al mismo precio que los compró. Como los productores de maíz no pueden vender por el precio interno alto, le exigen al Estado que les compre. En banano pasa lo mismo, se suben los precios al productor, pero en los mercados internacionales estos tienden a mantenerse o a reducirse.
Factores externos
En 2019 hay amenazas. Una de ellas, la revalorización del dólar. “A todas luces es un año desafiante para el sector exportador porque se están dando cambios, comenzando por el debilitamiento del comercio mundial, que se ha desacelerado”, señala Corpei.
Por otro lado, las guerras comerciales externas, así como cambios en el valor de las monedas, el alza de las tasas de interés en Estados Unidos y la tecnología se apodera más de los otros países y no de Ecuador, son desafíos para el sector que genera dólares.
De ahí la importancia de nuevos acuerdos comerciales, pues estos obligan a los países a ser más competitivos, porque “cuando abrimos mercados también ellos nos pueden vender”.