Extorsionadores atacan un negocio

Los ‘vacunadores’ siembran el terror en el casco comercial de Quinindé, la segunda ciudad más grande y poblada de la provincia de Esmeraldas. La mañana de este miércoles, sujetos a bordo de una motocicleta asestaron diez disparos contra la puerta de una casa de apuestas, en la avenida Simón Plata Torres, y lanzaron un artefacto explosivo casero (taco de dinamita) que no se detonó.

El local se encontraba cerrado a la hora del ataque y los comercios que hay alrededor recién empezaban a abrir sus puertas, sin embargo, las detonaciones causaron pánico entre los comerciantes que a esa hora ya estaban en sus locales.

“Tuve que lanzarme al piso porque las detonaciones se escucharon muy cerca”, asegura Irene Beltrán, quien trabaja en un comercio de venta de ropa que queda precisamente a unos treinta metros de la casa de apuestas atacada.

“Aquí trabajamos en zozobra”, argumentó la empleada. Según afirmó, la de ayer no es la primera vez que disparan contra ese local a causa de que sus dueños o administradores se resisten a pagar la ‘vacuna’ solicitada por extorsionadores.

• En la provincia de Esmeraldas, el 2022 cerró con 12 denuncias por supuestas extorsiones, según la información que ha sido recogida por la Fiscalía. Según la Unase, cada mes en Ecuador cerca de 4.000 negocios son víctimas de extorsionadores, pero hasta diciembre la Fiscalía solo recibió 78 denuncias formales.

El pasado 13 de diciembre, este mismo establecimiento fue baleado en horas de la noche. Les pidieron cierta cantidad de dinero a cambio de dejarlos trabajar y brindarles seguridad.

Una semana antes de ese primer acontecimiento, según registros de la Policía, el mencionado local de apuestas fue asaltado por individuos que se habrían llevado más de $ 10.000.

Según el teniente coronel Jimmy Mera Pazmiño, jefe distrital de la Policía de Quinindé, recibieron una alerta del ECU-911, ayer por la mañana, donde se les comunicó sobre la ubicación de un artefacto explosivo en el sitio, por lo que inmediatamente acudieron al lugar. Pero hubo que esperar hasta que los técnicos antiexplosivos del Grupo de Intervención y Rescate (GIR) lleguen desde la ciudad de Esmeraldas.

“Esto ya está en investigaciones porque hace dos meses ocurrió algo similar, los dueños pusieron la respectiva denuncia, por lo que nuestras unidades están haciendo un barrido de las cámaras para identificar a los causantes de este ataque”, asegura Mena Pazmiño.

Paulo Vernaza, experto en seguridad, asegura que este tipo de actos son una suerte de amedrentamiento hacia los propietarios de negocios cuando las amenazas verbales no funcionan. “A los dueños de este local seguramente los vienen abordando ya hace algunos días. Los extorsionadores llegaron a este extremo porque se resistieron a pagar o dejaron de hacerlo”, explicó el entendido.

Según la Policía, la mayoría de los ciudadanos que son víctimas de extorsión tiene temor a formalizar la denuncia por temor a represalias. Los antisociales utilizan diferentes mecanismos para amedrentar a sus víctimas, como llamadas telefónicas, mensajes de texto, volantes e incluso visitas puerta a puerta.