Facebook y el futuro de la privacidad
Chris Hughes, cofundador de Facebook (FB), recientemente observó que el escrutinio público de la red “debió haberse producido hace mucho tiempo. Me resulta sorprendente que no hayan tenido que responder más de estas preguntas antes”. Los líderes del sector de la tecnología de la información, sobre todo en Europa, han venido advirtiendo sobre los abusos cometidos por FB (y otros portales) desde hace años. Sus percepciones y recomendaciones prácticas son especialmente urgentes hoy. El testimonio del CEO de FB, Mark Zuckerberg, ante el Senado de Estados Unidos sirvió de poco para apuntalar la confianza pública en una empresa que trafica datos personales de sus usuarios. Cuando Richard Durbin, senador por Illinois, preguntó si Zuckerberg estaría cómodo compartiendo el nombre de su hotel y la gente con la que había intercambiado mensajes esa semana, exactamente el tipo de datos rastreados y utilizados por FB, Zuckerberg respondió que no. “Creo que tal vez de eso se trate todo esto”, dijo Durbin: “Su derecho a la privacidad”. Los críticos de FB vienen sosteniendo este punto desde hace años. Stefano Quintarelli, uno de los principales expertos en TI de Europa, defensor destacado de la privacidad “online” (y hasta hace poco, miembro del Parlamento italiano), ha sido un crítico persistente y profético del abuso por parte de FB de su posición de mercado y del mal uso de los datos personales “online”. Ha defendido desde hace mucho tiempo una idea poderosa: que cada uno de nosotros debería retener el control de nuestro perfil “online”, el cual debería ser fácilmente transferible entre portales. Si decidimos que no nos gusta FB, deberíamos poder pasarnos a un competidor sin perder los enlaces a los contactos que siguen en él. Según Quintarelli el Reglamento General de Protección de Datos de la Unión Europea (RGPD), que entra en vigencia el 25 de mayo, tras seis años de preparación y debate, “puede servir como guía en algunos aspectos”. El RGPD observa que “las organizaciones incumplidoras pueden enfrentar sanciones severas, de hasta el 4 % de sus ingresos. Si ya estuviese establecido, para evitar esas penalidades FB habría tenido que notificar a las autoridades sobre la filtración de datos inmediatamente después de tomar consciencia de ello, mucho antes de la pasada elección de EE. UU.”. Sarah Spiekermann, profesora de la Universidad de Economía y Negocios de Viena (WU) y presidenta de su Instituto de Sistemas de Información de Gestión, es otra pionera de la privacidad “online” que ha advertido desde hace mucho tiempo sobre el tipo de abusos vistos con FB. Es una autoridad global en materia de tráfico de nuestras identidades “online” para fines de publicidad dirigida, propaganda política, vigilancia pública y privada u otros fines nefastos, y destaca la necesidad de tomar las riendas de “los mercados de datos personales”, pues desde que el Foro Económico Mundial empezó a discutir los datos personales como una nueva clase de activos en 2011, estos mercados “han prosperado con base en la idea de que los datos personales podrían ser el ‘nuevo petróleo’ de la economía digital y -aparentemente- de la política”. Para Spiekermann el RGPD “es un buen motivador para que las empresas en todo el mundo cuestionen sus prácticas de compartir datos personales” y observa que “un ecosistema rico de servicios ‘online’ amigables con la privacidad está empezando a funcionar”. Quintarelli, Spiekermann y sus colegas defensores de la ética “online” nos ofrecen un camino práctico hacia una Internet transparente, justa, democrática y respetuosa de los derechos personales.