La falta de embajadores claves, otro reflejo de improvisación del Gobierno de Noboa
El país no tiene representación al más alto nivel ante socios importantes como Estados Unidos y otros
Las embajadas de Ecuador en los Estados Unidos, Canadá, Indonesia, Paraguay, Suecia y las concurrencias ante Islandia, Finlandia, Noruega y Dinamarca, no tienen un representante diplomático del más alto nivel.
El presidente Daniel Noboa agradeció los servicios de quienes fungían como embajadores en esas sedes, pero aún no ha nombrado a sus reemplazantes, según consta en la plataforma de decretos presidenciales.
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En algunos casos, como el de Estados Unidos, la embajada en Washington lleva más de un mes sin embajador. En Indonesia, en cambio, no hay embajador desde el 5 de marzo de este año. En todas las sedes enunciadas hay encargados de negocios, quienes se ocupan de actividades de tipo operativo y que no tienen el rango diplomático más alto.
EXPRESO conversó con cuatro expertos sobre qué significa no tener embajadores ecuatorianos en estos países. Todos coincidieron en que, al no nombrar un embajador, las relaciones entre las naciones bajan de nivel. Otros mostraron su preocupación sobre el manejo de la política exterior ante socios claves para el país como Estados Unidos y Canadá.
Resulta importante que haya embajadores titulares por la imagen que se genera ante los gobiernos de esos países y también por lo que nosotros podemos obtener.
El excanciller y diplomático Francisco Carrión explicó que los encargados de negocios, como Soledad Peña, en Washington, “no tienen la misma capacidad y no tienen el mismo rango que un embajador para conseguir que la cooperación se mantenga para hacer gestiones de comercio, para hacer gestiones políticas”.
Si bien la canciller no tiene experiencia previa en el servicio exterior, no es la primera que no viene del sector de las relaciones internacionales.
Michel Leví, coordinador del Centro Andino de Estudios Internacionales de la Universidad Andina Simón Bolívar, también indicó que los encargados de negocios “reemplazan al embajador en su ausencia, pero no tienen los mismos poderes para poder representar al Estado”.
El Gobierno de Daniel Noboa no ha sabido entender adecuadamente las sutilezas del lenguaje diplomático… Ya estamos pagando demasiadas novatadas.
Daniel Crespo, analista internacional y profesor de la Universidad San Francisco de Quito, señaló que las relaciones entre Ecuador con los países donde no hay embajadores han bajado de nivel. Crespo explicó que “el no tener un embajador es una forma de demostrar rechazo a algo sin necesidad de llegar a la ruptura de relaciones diplomáticas”.
Sin embargo, aclaró que sí existe descuido al no realizar estos nombramientos: “un descuido que sí puedes después interpretar de forma negativa en el ámbito diplomático”.
Esto porque la falta de embajadores “es muy dañino para la imagen del Ecuador”, como aseguró Carrión. El excanciller también recordó que, aunque el presidente nombra a través de decreto a los titulares de las embajadas, desde la Cancillería se debería sugerir los perfiles más idóneos: “lo ideal son nombres de embajadores de carrera, porque para eso están”.
Noto improvisación porque desde su cabeza, que es la canciller de la República, no tiene la formación adecuada, no tiene la formación técnica y tampoco experiencia.
El politólogo e investigador Francisco Montahuano indicó que el gobierno tiene “una debilidad y un retraso en la toma de decisiones de sectores estratégicos, uno de ellos es el aspecto de las relaciones internacionales”.
Montahuano analizó, desde una lectura politológica, que la administración del presidente Daniel Noboa tiende a improvisar, pues no procede de una organización con “trayectoria de dentro de la arena política, que cuente con cuadros políticos y con una formación en distintas áreas”.
Esto provoca que, al asumir el poder, el mandatario no cuente con personas de confianza capacitadas para asumir estos cargos. Para el politólogo, “la inexperiencia en el área política de Daniel Noboa y de varios miembros de su equipo se reflejan en la tardanza al tomar estas decisiones que son primordiales para las relaciones internacionales”.
Carrión, Crespo y Montahuano enfatizaron en la falta de formación diplomática de la canciller Gabriela Sommerfeld, cuya experiencia profesional procede del sector empresarial. Esto, por los impasses que ha enfrentado el Gobierno.
Leví indicó que la canciller ha mantenido en puestos claves a diplomáticos de carrera, así como ha consultado a la Academia sobre algunos temas. Leví recordó que el trabajo de Sommerfeld es “bastante complejo” y que no es la primera vez que la cabeza del Ministerio de Relaciones Exteriores no proviene de la carrera diplomática.
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