La falta de pagos amenaza la operatividad de las dializadoras
En tres meses han cerrado ocho centros y se prevé que otros 25 lo hagan hasta diciembre
La operatividad de las dializadoras se ve amenazada por la falta del pago de asignaciones desde hace 17 meses por parte del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) y el Ministerio de Salud Pública (MSP), entidades que deben 160 y 100 millones de dólares respectivamente.
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Leer másDe acuerdo con Cristina Freire, vocera de la Asociación de Diálisis del Ecuador (Asodiálisis), hasta el 18 de noviembre han cerrado ocho de estos centros en los últimos tres meses (desde agosto) de los 120 que existen a nivel nacional.
Sin embargo, la cifra es aún más alarmante cuando se trata de los centros que están en peligro de cierre. “Tenemos conocimiento de que hay 25 centros que peligran. De ellos, es muy probable que 20 cierren este mes de noviembre, mientras que los demás (cerrarán) en lo que va del año”, prevé Freire, pues la falta de pagos ha dejado a estas instituciones con pocos recursos para adquirir suministros médicos para el tratamiento de los dolientes.
Las penurias de las clínicas
Uno de estos casos es el de Alejandro Espín, quien dirige una clínica de diálisis en Santo Domingo y, por temor a represalias, pide que no se mencione el nombre de la institución. Él explica que detuvo sus operaciones el 19 de noviembre de este año debido a que se han quedado sin recursos para atender a los dolientes que llegan cada día para recibir su tratamiento.
“Nos quedamos sin insumos, no hay cómo pagarles a los proveedores porque saben que no tenemos cómo pagar. Solo aceptan transacciones que son en efectivo, en el momento, pero si no tenemos nos cierran la puerta de inmediato. Y no solo a mí me ocurre eso, a más centros de todo el país les pasa. Unos se las han ingeniado, pero otros se ven obligados a cerrar y ya”, admite Espín.
No obstante, aún no cierran por completo sus puertas, pues aún tiene la esperanza de volver a atender.
Una decisión difícil de tomar
Pamela Luna
Sin embargo, hay quienes no han tenido la misma suerte, como fue el caso de Pamela Luna, de Dialvida, en Ambato, que cerró en su totalidad en el mes de abril debido a la falta de suministros y otras razones. “Además de no tener ningún paciente, el Ministerio de Salud nos quitó todos nuestros pacientes después de una marcha que tuvimos, no pasó mucho tiempo y los llevaron a otros centros. Solo porque hicimos un plantón entre los trabajadores, pacientes y sus familiares que decidieron acompañarnos”, asegura.
Ahora, ella comenta que llevan más de seis meses sin poder pagar a los extrabajadores, a pesar de todos los esfuerzos que hizo para mantener en aquel entonces su institución a flote. Entre las medidas que adoptó, vendió su carro para pagar las cuentas de los materiales y medicinas para tratar los pacientes.
Al igual que ella, más de estos centros temen su cierre, pues creen que la falta de recursos no será la única causa por la que cesarán sus operaciones para siempre. Creen que de alzar su voz, ellos serán el siguiente Dialvida.
Un médico dirigente de una reconocida clínica de diálisis ubicada en el norte de Quito, quien pidió el anonimato por temor a represalias, le aseguró a EXPRESO que en caso de que el MSP no pague las asignaciones de al menos uno o dos meses, tendrán que frenar en enero la atención a aquellos que sufren de insuficiencia renal y se hacen tratar aquí. “De seguir así, cerraremos y sin poder pagarle a nadie”, lamenta.
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