Fuego. Los bomberos trabajan en primera línea para intentar controlar el incendio en El Púlpito, Sigchos.
Fuego. Los bomberos trabajan en primera línea para intentar controlar el incendio en El Púlpito, Sigchos.Foto: Gloria Taco/ EXPRESO

Falta de reacción y de coordinación agravan incendios forestales en Ecuador

Expertos dicen que condiciones climáticas estaban previstas. Recomiendan más control y prevención

Más de tres mil litros de agua se descargaron hasta el mediodía de este 3 de septiembre de 2024, desde un helicóptero militar de Perú con sistema Bambi Bucket, con el fin de sofocar el incendio en Quinara, provincia de Loja, sur del Ecuador. 

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El fuego lleva ya 12 días activo y se suma a otras emergencias similares en otras dos parroquias lojanas, Malacatos y Vilcabamba.

Marlon Cárdenas, jefe de Bomberos de Loja, dijo este martes que el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) dispuso combatir las llamas en dos frentes: desde el espacio aéreo y con labores terrestres. En horas de la mañana, las autoridades cercaron la zona en donde recolectaban el agua y planificaron realizar 20 descargas del líquido con la esperanza de sofocar el incendio.

El segundo incendio que más afectación deja

En Sigchos, cantón de la provincia de Cotopaxi, está el segundo incendio forestal con más afectación del país. Militares de la Brigada de Fuerzas Especiales Patria y el Cuerpo de Bomberos de Quito tratan de combatir el fuego en esa zona de la Sierra Centro desde el domingo 1 de septiembre.

Las llamas en el cerro El Púlpito, en Sigchos, se localizan en una zona de difícil acceso, lo que dificulta el trabajo de los bomberos.
Las llamas en el cerro El Púlpito, en Sigchos, se localizan en una zona de difícil acceso, lo que dificulta el trabajo de los bomberos.Foto: Gloria Taco/ EXPRESO

El incendio se localiza en el cerro El Púlpito, un terreno complicado. Los uniformados y la comunidad abren caminos de acceso con motosierras y machetes para llegar a la zona afectada. Allí ‘los casacas rojas’ establecieron líneas de control para atacar los focos principales.

Las condiciones climáticas también dificultan el trabajo. Cárdenas manifestó que existen vientos que sobrepasan los 70 kilómetros de velocidad. Además, está vigente una alerta de altas temperaturas diurnas y probabilidad de incendios, emitida por el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi). Según ese reporte, las condiciones se mantendrán hasta el 5 de septiembre y afectarán más a las provincias andinas de Loja, Imbabura y Pichincha.

¿Por qué se agravan los incendios forestales?

Aunque los reportes oficiales resaltan que los incendios persisten por las condiciones climáticas, expertos señalan que las características de un verano intenso ya estaban previstas. Consideran que las autoridades debían prepararse para este escenario y prevenir la devastación causada por el fuego.

Esteban Suárez, director del Instituto Biósfera de la Universidad San Francisco de Quito, manifiesta que si las autoridades conocían de condiciones climáticas favorables para riesgos de incendios forestales, debían educar más a las personas porque ese fuego “es provocado. Hay gente que quema pajonales para alimentar el ganado. Es verdad que hacen su trabajo en tratar de controlar las llamas, pero si habrían mejores campañas de prevención, estas emergencias se podrían evitar”, menciona.

El ingeniero ambiental catedrático de la Universidad Internacional SEK, José Salazar, cuestiona la acción de las autoridades en todos los niveles.

Trabajo de las autoridades contra los incendios

“Veo falta de gestión por parte del Gobierno local y central, no vi coordinación, tuvo que venir cooperación internacional y ayuda de Perú para aplacar ese incendio, entonces faltó gestión”, analiza sobre el incendio en Quilanga.

También observa que hubo poca reacción frente al incidente. “Hay condiciones naturales que permiten que el incendio se expanda fácilmente. Ante ello, la coordinación de las entidades debe ser entre municipios y Gobierno central. Estos son acontecimientos que demandan actuar en conjunto porque puede afectar a una gran cantidad de la población, tiene gran impacto. La Constitución señala que la competencia es nacional” en estos casos, explica.

Por su parte, Daniel Arteaga, experto ambiental de la UDLA, sugiere que a más de aplicar la política de riesgos, se deberían actualizar los mapas de zonas vulnerables a incendios forestales cada tres años. “Esos estudios deben tener en cuenta el tipo de vegetación y si hubo otros incidentes, aunque es la primera vez que escucho de un incendio en una zona fronteriza con Perú. Suelen ser comunes en Quito y en otros sitios de la Sierra”, alerta.

Los especialistas hacen énfasis en que se requieren más campañas de prevención, las cuales deben ser masivas. Estas tendrían que brindar información del clima caluroso, advertir sobre los riesgos del período seco y exponer recomendaciones para saber cómo actuar. También falta difundir cuáles son las sanciones contra quienes inician un incendio forestal.

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