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Felipe Rodriguez: “Nunca doy segundas oportunidades”
El abogado del caso Balda le tiene miedo a la muerte. Es adicto al box y la lectura. Para tomar cerveza lleva sus propios vasos.
El abogado del caso Balda le tiene miedo a la muerte. Es adicto al box y la lectura. Para tomar cerveza lleva sus propios vasos. Felipe Rodríguez respondió al cuestionario de EXPRESIONES.
¿Por quién quisiera ser secuestrado?
Fue la primera pregunta que le formulamos al controversial abogado quiteño Felipe Rodríguez, un adicto a la historia que “si pudiese ser secuestrado me gustaría serlo por el ejército de Aníbal Barca y ver las guerras púnicas de cerca. Sería un mal soldado pero me gustaría estar del lado de los cartagineses contra el ejército romano de Publio Cornelio Escipión”.
¿Y por quién sería liberado?
No por un tema de capitalismo, sino por lo que ha significado en la historia, por el ejército de Estados Unidos en un campo de concentración. Creo que la libertad debe ser así de mágica cuando ves cómo despedazan a tus secuestradores.
¿En qué no es flexible?
Con la mediocridad. Nunca doy segundas oportunidades.
¿Drástico?
Absolutamente.
¿La vida es blanco y negro?
Para mí es blanca o negra. No hay matices.
¿Ateo?
Ateo radical.
¿Cree en algo?
En absolutamente en nada. No creo que hay vida después de la muerte. Creo que me voy a podrir y será como dormir sin soñar. Pienso que la religión es una desesperación de la gente inculta o aquella que necesita encontrar un norte, o preguntarse de dónde viene y a dónde va. Yo no tengo esas necesidades. Mientras más lees, más ateo te vuelves.
¿De qué está convencido?
En el tema de convicciones, creo en la trascendencia y en la capacidad de generar rupturas en el tiempo.
¿Cree en usted?
Siento que estoy aquí y que debo dejar mi huella. Creo en mí y me tiene sin cuidado el resto. Tengo mucho problema en generar empatía. No la siento normalmente por las cosas que pasan, porque estoy muy concentrado en mi trabajo.
¿Qué lo sensibiliza?
La única forma en que pueden romper el hielo conmigo es si tocan a mi familia. Es la única forma en que puedo perder mi objetividad y volverme emocional.
¿Abandonó casos?
Yo firmo contratos en los que pongo cláusulas de terminación. Tengo dos razones para hacerlo, si me mintieron y si me entero que el cliente hizo una llamada telefónica a alguna autoridad pública para solucionar su caso, sobornó a alguien a mis espaldas o se metió en un acto de corrupción.
¿Le interesa trascender?
Sí, pero ya decidí que no quiero seguir siendo abogado, sino escritor de literatura. Ese es mi plan a futuro. Después de permanecer mucho tiempo en Europa por cuestiones académicas, siento que va siendo momento de que empiece a perfilar mi retirada. Tengo 31 años y no me veo a los 40 siendo abogado. Un gran profesor, Arturo Donoso Castellón, decía que al penalista tarde o temprano se le zafa un tornillo, yo siento que ya se me zafaron tres.
¿Por qué o quién siente asco?
Empiezo a sentir asco por la humanidad, veo una sociedad de odio que no camina hacia ningún lado y no es solo Ecuador, hablo de España, Italia, Francia, Estados Unidos. La gente me dice que me refugio en los libros porque no me siento cómodo en el mundo real. Prefiero transportarme en el tiempo y vivir otras historias porque me empiezo a asquear y veo que las cosas son un vaivén.
¿Cómo empezaría el prefacio de un libro de su vida?
Empezaría diciendo: ‘cuando empecé a sentir que mi luz se apagaba, decidí irme a encender a otro lado’.
¿Cuenta los libros que tiene?
En mi departamento no están todos. La verdad es que nunca los he contado. No es una gran biblioteca porque soy joven y me gasto mucho dinero en libros. Tengo otra biblioteca en Conocoto, seguro son cerca de siete mil libros. Mi rival en el caso Balda, Caupolicán Ochoa tiene 36.000 libros y solo de Derecho, para mí es la más grande de Latinoamérica en materia penal. Leer es caro pero vale la pena. Cuesta armar colecciones. Mis libros no pueden estar en una estantería si es que no están leídos.
¿Siempre anduvo derecho, nunca tomó una curva?
Nunca. Soy un obsesivo compulsivo, lo puedo decir sin problema, clínicamente diagnosticado. He aprendido a respirar pero puedo llegar a despedir a alguien porque perforó hojas para meterlas en una carpeta y los pedacitos de papel cayeron en el piso. No tolero el desorden. Amo la simetría, y el orden ha hecho que el estudio que tengo con mis socios crezca. Soy un general en la oficina.
¿Abogado nivel dios?
Creo que en la parte procesal me estoy ubicando entre los mejores. Hay litigantes que me superan por sus años de experiencia, pero si no dejaría el Derecho y no me haría escritor, quisiera estar litigando en la Corte Penal Internacional como juez, ese es el nivel dios.
¿Qué le da vuelta al intestino?
Además del verde porque no puedo comerlo, me da vuelta al intestino los odios ignorantes, aquellos que odian sin conocimiento y los que veo en las redes sociales como Twitter. Hoy cualquier idiota tiene una tarima. Siento que los adolescentes están haciendo revoluciones tras las redes no en el mundo real, una sociedad de machísimos detrás de una pantalla.
¿Qué posición juega en el fútbol?
El rol de Dani Alves, lateral derecho, creo que juego bien pero no para estar ni en la serie B. Lo que me gusta es boxear, tengo un héroe que es Canelo. El box me permite imaginar a tantas personas que quiero golpear. Tengo dañados los nudillos, siempre las vendas terminan con sangre porque lo hago con furia. Si no boxeo, me vuelvo loco.
¿A quién noquearía muerto de risa?
A determinados jueces que cuidan su puesto y están dispuestos a ordenar prisiones a gente inocente sin pestañear.
En frases
• “Mi bebida preferida es la cerveza, soy un experto y llevo mis propios vasos. Me gustaría compartir una con Leonardo Padura”.
• “Soy adicto a la serie Lost, me gusta perderme cuando viajo, no llevo mapa y me encanta caminar por las calles. Trabajo para viajar. Estuve hace poco en Tailandia, y comí insectos, alacranes y todo lo que pude”.
• “El miedo a la muerte me supera. Es la empresa con mejor servicio al cliente. Te visita al domicilio y es gratuita. Vivir y llegar a viejo es un tema heroíco. Creo que la razón por la que me quitaría la vida es si me quedo ciego o cuadrapléjico”.
• “El amor es segregación de hormonas”.
• “Admiro a Napoleón y a su archirrival, Wellington”.
• “Soy adicto a la II Guerra Mundial. Me gustaría decirle a Hitler dónde se equivocó”.
• “Escribo un libro que se llama El poderío, es sobre un político en elecciones en Ecuador y explicaré cómo se apaga la luz que lleva dentro, empieza a sentir asco por su país y termina retirándose y suicidándose”.
• “El Derecho Penal es venganza. La pena de muerte es un premio demasiado grande para un delincuente. Dejar adentro a un corrupto para que no disfrute del dinero que se robó es la condena. A las injusticias hay que combatirlas con justicia”.
• “Estoy a favor de la eutanasia, el aborto y el matrimonio homosexual, la gente no debe opinar en la vida del resto”.
Conócelo
• Abogado quiteño de 31 años.
• Ha estudiado tres maestrías y un PhD.
• En octubre empezará una maestría en Literatura Creativa en Valencia, España.
• Ha escrito y publicado siete libros en Derecho Penal.