Euforia. La garganta de Óscar Bagüí (d) se llena con el grito de gol, mientras felicita a Brayan Angulo, autor de los dos tantos con los que Emelec venció ayer a Guayaquil City. Los azules disputarán el título ante Delfín.

Finalista, la sana costumbre de Emelec

Con su victoria ante Guayaquil City, el Bombillo volverá a disputar el título, una constante en las últimas ocho temporadas. Ahora busca definir en el Capwell.

Camisetas al viento y cánticos en todos los rincones del estadio Banco del Pacífico-Capwell -algunos dedicados a Barcelona-, mientras en el centro de la cancha los integrantes de Emelec se arrodillaban para agradecer por el triunfo 2-0 alcanzado ayer ante Guayaquil City, marcador que les permite ir en busca del título de campeón por octavo año consecutivo, incluido el 2012 y 2016 cuando le peleó hasta el último tramo la corona a su rival de barrio.

Desde el 2010 los azules han sido tres veces campeones y sumaron cuatro subtítulos a su palmarés. Un año antes, cuando el torneo se disputaba con otro formato, remataron terceros, aunque fueron los que más puntos alcanzaron en la tabla acumulada. Números que lo convierten en el equipo más regular de la década.

La victoria de ayer no fue fácil, porque el equipo de la ciudad no estaba dispuesto a convertirse en una comparsa y, aunque en todo momento fue superado futbolísticamente por el Bombillo, se dio modos para mantener en cero el marcador hasta el minuto 56, cuando Brayan Angulo logró romper el muro defensivo planteado por el técnico Pool Gavilánez, en el que el guardameta Gonzalo Valle fue el valor más destacado.

Previo a esa acción, el portero había salido airoso en sus duelos ante Robert Burbano (en dos ocasiones), Fernando Gaibor, Ayrton Preciado (2) y el mismo Angulo. Un disparo de Ánderson Naula fue la única insinuación ofensiva del City en la primera fracción.

El control de la pelota y del ritmo del partido eran de color azul, pero ese dominio no se reflejaba en el marcador. En el ambiente flotaba la sensación de que faltaba algo. La respuesta llegó desde la banca.

El director técnico Alfredo Arias le dio entrada al argentino Fernando Luna, en sustitución de un Hólger Matamoros que en esta ocasión no estuvo en el mismo nivel mostrado en las últimas jornadas.

De los pies de Luna salieron los pases más claros y esta vez Angulo no falló, sumando dos anotaciones que ya lo ponen muy cerca de los máximos artilleros de su club.

Emelec era el vencedor y ya nadie se preocupaba por la suerte que corría El Nacional ante Clan Juvenil en Sangolquí. Los 45 puntos cosechados en este semestre lo hacían inalcanzable para sus escoltas.

El fin de semana el Bombillo visitará a los puros criollos con un equipo alterno, ya pensando en las finales del 13 y 17 de diciembre frente a Delfín. Ahora la meta será mantener el primer lugar en la tabla acumulada, lo que le permitiría definir la serie en su reducto.

Arias rompió el silencio. Lo hizo para recordar que “aún no se ha ganado nada”, pero que están “en el camino correcto”.

Prueba de honestidad

Hubo muchos rumores. Se habló de maniobras “debajo de la mesa”, pero en la cancha quedó demostrado que la honestidad siempre prevalece. Guayaquil City fue un digno rival. Se destaca la espectacular presentación del arquero Gonzalo Valle.

La violencia ahuyenta

La general de la avenida Quito, otrora el primer sector que se llenaba en el estadio Banco del Pacífico-Capwell, fue uno de los últimos en abarrotarse ayer. El temor que generan los incidentes en esa bandeja ahuyenta a quienes van a vivir la fiesta del fútbol en paz.