Mirando los detalles. Los orquideólogos de cinco continentes se entusiasman con la muestra que se exhibe en el Centro de Convenciones.

Flores tratadas como estrellas

La exposición. Ocupa 30 stands y la evaluarán 102 jueces de países como Alemania, Nueva Zelanda, India, Japón, Costa Rica...

En Tainan, la ciudad taiwanesa de donde proviene Ahby Tseng, la mayor cantidad de espacios productivos son para el arroz. Sin embargo, desde que un grupo de cultivadores aficionados descubrió que con la venta de un ejemplar de orquídeas tenía para comprarse un departamento, hubo otros que los siguieron. Ahora el gremio al que pertenece Tseng está formado por 1.300 asociados.

Precisamente, ese grupo se toma tan en serio el cuidado de estas flores que para asistir a la edición en Guayaquil de la WOC22 (vigésimo segunda Conferencia Mundial de Orquídeas, por sus siglas en inglés), trasladó hace seis meses 2.500, de 50 variedades al país.

“Se requirió una buena inversión, pero teníamos que darle la atención adecuada a las plantas, por lo que decidimos enviarlas muy jóvenes al país y pagar para que alguien nos las cuide mientras llegaba la fecha de la exhibición”, asegura Tseng, el secretario general de la Asociación de Orquídeas de Taiwán, que también tiene su stand en la conferencia, y que llegó a promocionar la próxima convención del 2020.

En un área de 4.200 metros cuadrados del Centro de Convenciones de Guayaquil se concentran más de 40.000 orquídeas y plantas de países de cinco continentes. La cita dura cinco días y se inauguró el martes.

Se espera que durante ese lapso cerca de 20.000 visitantes, entre extranjeros y nacionales, visiten la exhibición, según el cálculo de los organizadores, entre estos, la Empresa Pública Municipal de Turismo, que preside Gloria Gallardo.

Cada uno de los países asistentes envió técnicos especializados para que armaran los stands. Hicieron un viaje atravesando medio planeta, hasta con dos días de duración, solo con el fin de que las estrellas de esta cita tuviesen el mejor trato.

Tailandia, por ejemplo, encargó a 25 de sus mejores especialistas el traslado.

“Cada uno llegó a cargo de una cantidad determinada de ejemplares”, dice Albita Flores, jefe de Mercadeo del Centro de Convenciones. “Solo así ellos tuvieron la certeza de que las plantas llegarían con el mejor de los cuidados. Las dejaron colocadas y de inmediato se devolvieron”.

No solo los expositores extreman cuidados. No por nada, las orquídeas que se exhiben representan lo mejor de lo que se está produciendo en el mundo.

Es por eso que investigadores y admiradores de la belleza de estas plantas no disimulan su entusiasmo cuando se acercan ante una de sus flores.

“Uno se siente en otro mundo. Es muy generosa la naturaleza con respecto a lo que crea”, dice Alberto Lento, un bonaerense jubilado de una empresa aérea que recién hace un año se vinculó al tema de las orquídeas y ya se atrevió a viajar hasta Guayaquil para estar en esta convención internacional. “Vale la pena. No es fácil ver tanta belleza reunida bajo un mismo techo”.