La Francisco de Orellana se congestiona en seis puntos
La vía fue ampliada sin prever el acelerado desarrollo del sector. La Aurora y La Puntilla aportan en la saturación. Hay tráfico incluso fuera de la hora pico.
Los 12.800 vehículos que en hora pico (de 18:00 a 19:00) soportan los diez carriles de la avenida Francisco de Orellana evidencia lo complicado que es circular en la vía.
El conteo lo realizó la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM), entidad que ha buscado mecanismos -en ocasiones con soluciones parches- para reducir la saturación en ambos sentidos de una de las principales arterias que conecta con el norte de Guayaquil.
La avenida tiene identificado seis puntos en la que se concentra el mayor número de vehículos, en ocasiones fuera de la hora pico.
En diciembre, la ATM eliminó el giro a la izquierda en la conexión de la avenida del Periodista con la Carlos Luis Plaza Dañín (dirección a Urdesa), sitio donde nace la Orellana. Era una medida eventual para aliviar la carga vehicular por el movimiento comercial que generaban las fiestas navideñas.
La disposición finalizaba el 1 de enero; sin embargo, conductores como Luis Balseca que buscan ir a Urdesa deben seguir unos 200 metros de la Orellana para girar a la altura de la calle José Alavedra, que también es ruta de buses.
Otro punto conflictivo es en la intersección con la avenida José María Egas, arteria que recoge parte de los vehículos que provienen del nuevo puente que conecta Samborondón con Guayaquil. En el sitio se instaló un semáforo para los vehículos que circulan por el carril de servicio de la Orellana con dirección al norte de la ciudad.
Está pendiente la propuesta de la ATM, que consiste en retirar el parterre central de la Orellana para facilitar el paso hacia el norte y sur.
Otro sitio de concentración vehicular es a la altura de la Rodolfo Baquerizo, área de conexión con la Alborada y Sauces.
En la intersección con la José Luis Tamayo también hay saturaciones. Esta vez por la carga de vehículos de sitios como Guayacanes y Los Álamos.
Mientras un cuello de botella se forma en el redondel de Las Orquídeas. Conductores comentan que la situación se presenta desde septiembre, cuando se unificó las fases semafóricas de carriles de velocidad y de servicio.
“Los vehículos se entrecruzan antes de llegar al redondel, ocasionando roces”, indicó el taxista Roberto Vargas.
El jefe de Planificación de la ATM, Freddy Granda, admite los inconvenientes en la Orellana. “Guayaquil no tiene más vías que conduzcan al norte, por la vía a Daule y la autopista Narcisa de Jesús”, señala.
“La concentración del tráfico es porque la malla estructural principal de la ciudad es funcional pero no completa”, dice.
En la década de los 90, la avenida Francisco de Orellana fue ampliada a cinco carriles en cada sentido, tomando en cuenta el desarrollo habitacional y comercial que experimentaba el norte de la ciudad.
Pero señaló que no se consideró la acelerada expansión de las parroquias La Aurora (Daule) y La Puntilla (Samborondón). Suma el parque automotor, que en Guayaquil aumenta un 10 % cada año.
Una esperanza para la recuperación de la Francisco de Orellana es el puente que se construye en la urbanización La Joya y que conectará con la autopista Narcisa de Jesús Martillo Morán. Pero deberá transcurrir al menos un año.