Las fronteras invisibles de Guayaquil sitiadas por bandas

María tiene 10 años y la noche del sábado 3 de septiembre visitó a su abuelita. Mientras jugaba en el patio, de un momento a otro, tuvo que entrar rápidamente a la casa, al igual que el resto de los familiares, porque en la calle tres muchachos sacaron sus armas “como si nada” y empezaron a disparar al cielo.

Minutos más tarde llegó la policía, emprendió la búsqueda de los vecinos que “andan en malos pasos”, pero después de media hora “se fueron e hicieron como que si aquí no pasó nada”, expuso molesta Mirelly, madre de María (identidades protegidas). Agregó que “no hay cómo ir a denunciar porque conocen a todos y nadie quiere tener desgracias en sus familias”.

De acuerdo a la Policía Nacional, en 2022 se han identificado cuatro balaceras de gran magnitud en Guayaquil, todas estas en el sector de Socio Vivienda. Sin embargo, los habitantes de Lomas de la Florida, los Guasmos, Flor de Bastión y Monte Sinaí también reportan tiroteos casi a diario, no a nivel de enfrentamientos largos, pero sí en determinados instantes “angustiantes porque no sabes en qué momento puedes ser una víctima colateral”, comentó Cristiam, morador del Guasmo.

Una muestra del incremento de la agresividad de los barrios se refleja en el sistema público de salud, que reporta 397 atenciones de emergencia a heridos por arma de fuego entre enero y julio de 2022 en la provincia del Guayas, la mayoría de casos en Guayaquil. Superando en gran manera al año 2021, cuando recibió a 382 personas ‘baleadas’ durante los 12 meses del año.

Jhon Marulanda, experto colombiano en seguridad y defensa, identifica esta problemática como las fronteras invisibles, que no es más que la delimitación de territorios por grupos delictivos que, además de intimidar, generan un mini Estado con sus propias reglas.

“No se trata de obstáculos físicos que impiden que la autoridad llegue hasta allá, pero la autoridad simplemente se hace la desentendida y permite que opere como ellos quieren”.

Marulanda recuerda que la génesis de esto es el microtráfico y para combatirlo es necesario una Policía sin corrupción y totalmente equipada. “Es fundamental para que no se expanda a más sectores, hay que contenerlo y que no se les vuelva incontrolable”.

Sin embargo, para el docente y máster en protección de derechos humanos, Efrén Guerrero Salgado, es justamente ahí donde está ‘el talón de Aquiles’ porque las fronteras invisibles responden a la carencia de control y de gestión por la inutilización de recursos cuando existen urgencias que deben ser resueltas inmediatamente.

“Tan solo un ejemplo, la gran mayoría de UPC (Unidad de Policías Comunitaria), no está completa, sea por falta de herramientas o de personal y así no se podrá retomar el control de los barrios o al menos los más críticos”.

ACCIONES

1. Dotación. El uso de tecnología y de gente aprobada para su utilización sin fines corruptos permitirá una mejor vigilancia señalan los expertos en seguridad.
2. Depuración. La eliminación de los malos elementos en las filas policiales y de jueces permitirá un mejor desempeño en las labores de logística, dicen expertos.
3. Territorio. La presencia ‘inteligente’ y discreta de personal uniformado permitirá dar con quienes se encargan de infundir miedo en los sectores críticos.