Frustración y ansiedad predominan ante los apagones en Ecuador, revela encuesta
El 90,1% de los ciudadanos ha cambiado sus hábitos por la falta de luz; un 74,8% pide diversificar las fuentes de energía
Los recientes apagones en Ecuador han generado cambios drásticos en la vida de los ciudadanos, quienes expresan frustración y ansiedad cada vez que se interrumpe el suministro eléctrico. Este es el panorama que se desprende de una encuesta realizada por Ipsos, una multinacional de investigación de mercados, en la que los ecuatorianos compartieron cómo los apagones han afectado sus rutinas, emociones y confianza en las autoridades.
La encuesta revela que para el 48,5% de los participantes, la emoción predominante frente a los apagones es la "frustración". Este sentimiento se posiciona como el principal en el país, seguido de la "ansiedad" con un 24,5%. La inseguridad y la impotencia de no poder realizar actividades cotidianas o laborales sin interrupciones reflejan el nivel de molestia que enfrenta la población en su día a día.
La gran mayoría de los encuestados (90,1%) afirma haberse visto obligada a cambiar sus hábitos debido a los apagones. Entre las principales adaptaciones, el 79,2% indica que ha tenido que reorganizar los horarios de sus actividades domésticas, como cocinar o trabajar desde casa.
Estas modificaciones han sido percibidas como difíciles para la mayoría de los ciudadanos: un 56,9% describe la adaptación como "difícil", mientras que un 24,3% la califica como "muy difícil". Apenas un 18,8% menciona que le ha sido "fácil" o "muy fácil" ajustarse a esta nueva realidad.
Señalan al Gobierno Nacional
A la pregunta sobre quién consideran los ecuatorianos como el principal responsable de los apagones, el 32% señala al gobierno nacional. La percepción de la ciudadanía coloca a las autoridades en el centro de la crisis, evidenciando la desconfianza hacia las gestiones del sector energético. De hecho, un 50,7% de los encuestados considera que las causas de los apagones han sido explicadas solo de forma "parcial", y el 32,5% opina que no han sido explicadas con transparencia. Esta falta de claridad contribuye a aumentar el descontento y la incertidumbre en la población.
Los ciudadanos tienen expectativas concretas respecto a las acciones gubernamentales para resolver la crisis eléctrica. Un 74,8% de los encuestados aboga por que el gobierno busque fuentes de energía alternativas a la hidrológica, lo cual sugiere un deseo de diversificación energética que disminuya la dependencia del sistema hidroeléctrico. Asimismo, el 52,6% de los participantes opina que es necesario invertir en infraestructura eléctrica para mejorar la confiabilidad del suministro.
Finalmente, al indagar sobre las expectativas de una solución inmediata a la crisis energética, el 32,3% de los encuestados se muestra "algo pesimista" y el 20,4% se siente "muy pesimista". Este pesimismo refleja una visión crítica hacia la capacidad de resolución rápida por parte del gobierno y del sistema eléctrico nacional, lo que indica una demanda de acciones más inmediatas y concretas.
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