Fuerzas en duelo por el destino de Europa
En mayo, cuando la sorprendente victoria de Donald Trump en las presidenciales de EE. UU. parecía una remotísima posibilidad, un funcionario europeo de alto rango advirtió antes de la cumbre del G7 en Tokio de un hipotético “escenario de terror”.
En mayo, cuando la sorprendente victoria de Donald Trump en las presidenciales de EE. UU. parecía una remotísima posibilidad, un funcionario europeo de alto rango advirtió antes de la cumbre del G7 en Tokio de un hipotético “escenario de terror”.
Imagínese, reflexionó Martin Selmayr, del gabinete de Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea (CE), si en lugar de Barack Obama, François Hollande, David Cameron y Matteo Renzi, en la reunión del club de los países ricos del año que viene están Trump, Marine Le Pen, Boris Johnson y Beppe Grillo.
Un mes más tarde, el Reino Unido sorprendió al mundo al votar a favor de abandonar la Unión Europea (UE). Cameron dejó el cargo de primer ministro y Johnson exalcalde de Londres, que contribuyó a inclinar a los británicos hacia el “Brexit”, se convirtió en ministro de Exteriores.
El tsunami populista se está haciendo realidad y los posibles efectos para el paisaje político de Europa son enormes.
Mañana, el Viejo Continente enfrenta dos escrutinios cruciales: elecciones presidenciales en Austria, con un candidato de extrema derecha como mejor colocado en las encuestas, y un referéndum constitucional en Italia que puede terminar con el Gobierno de Mateo Renzi si no triunfa el sí.
De esta segunda vuelta electoral, en Austria podría salir el primer jefe de Estado ultranacionalista en un país de la UE: Norbert Hofer, candidato del Partido de la Libertad (FPÖ) y defensor de una política euroescéptica y antiinmigración.
Un triunfo de Hofer “marcaría un giro en Austria y en la UE, dinamizando a los partidos populistas, tanto de derechas como de izquierdas”, consideró Charles Liechefield, del gabinete Eurasia, antes de un año electoral muy incierto en Francia, Holanda y Alemania. “Se podría interpretar como un nuevo revés para el Gobierno austriaco, la política de acogida de refugiados de Angela Merkel y para Bruselas”, agregó.
A Europa también le preocupa el resultado incierto del referendo. “Todo está en juego”, advirtió ayer Renzi, cuando el sí alcanzaba 55 % en los sondeos frente al 45 % del no.
La reforma busca mayor estabilidad política, que ha tenido 60 gobiernos en 70 años de democracia. Para ello propone el fin del llamado “bicameralismo perfecto” que otorga el mismo poder a la Cámara de Diputados y al Senado, y la reducción del número de senadores, de 300 a unos 100, los cuales no serán nombrados por elección directa, sino por los gobiernos regionales, convirtiendo el Senado en una suerte de Cámara territorial.
Renzi ha sido acusado de querer concentrar el poder en una sola persona. Los cinco partidos que integran la derecha italiana, la formación populista Movimiento Cinco Estrellas, la extrema izquierda e inclusive importantes personalidades de su propio partido, el Partido Democrático (PD), de centroizquierda, se oponen rotundamente a la reforma.
En Francia, la renuncia a la reelección, anunciada el jueves por el impopular François Hollande, despejó el camino para las primarias del Partido Socialista, entre rumores ayer, de una posible candidatura de su primer ministro Manuel Valls.
Frente a una izquierda fragmentada, la derecha francesa ya está en orden de batalla. Los conservadores designaron la semana pasada al expremier François Fillon, de 62 años, como candidato presidencial. Según los últimos sondeos, Fillon encabezaría la primera vuelta, por delante de la líder de extrema derecha, Marine Le Pen, que tiene grandes posibilidades de pasar a la segunda vuelta.
Europol teme coches bomba
El grupo terrorista del Estado Islámico (EI) podría añadir los atentados con coches bomba a su modus operandi en sus futuros ataques contra países de la UE, según un estudio publicado ayer por Europol. “Los ataques de París y Bruselas mostraron que los terroristas que actúan en nombre del EI (...) son capaces de planificar ataques relativamente complejos y efectivos” y “otras posibilidades incluyen el uso de coches bomba, secuestros o extorsiones”, indican los expertos antiterroristas de Europol.