
Funeral del papa Francisco: Noboa, en primera fila junto a Trump y reyes de España
El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, asistió al funeral del papa Francisco en el Vaticano, este sábado 26 de abril
En una jornada histórica que congregó a mandatarios y líderes de todo el mundo, el Vaticano se vistió de luto este sábado 26 de abril de 2025 para despedir al papa Francisco, el primer pontífice latinoamericano. La ceremonia, que tuvo lugar en la Plaza de San Pedro, reunió a cerca de 200.000 fieles y más de 150 delegaciones internacionales para rendirle un último homenaje.
Desde primeras horas de la mañana en la Ciudad del Vaticano —estado enclavado dentro de Roma (Italia)—, el féretro del papa fue trasladado en procesión desde la Basílica de San Pedro hasta el altar principal, donde el cardenal Giovanni Battista Re ofició la emotiva misa fúnebre.
Daniel Noboa junto a otros líderes mundiales
Frente al altar, y en un lugar de honor en la primera fila se encontraba el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, al extremo derecho del presidente estadounidense Donald Trump, quien asistió acompañado de su esposa Melania Trump. En esta ubicación también se encontraban el presidente de Estonia, Alar Karis; el rey Felipe VI y la reina Letizia, de España.

La ceremonia arrancó alrededor de las 10:00 (03:00 hora Ecuador), mientras el eco de los aplausos de los asistentes llenaba la plaza. En su homilía, el cardenal Re recordó el legado del papa Francisco, subrayando su incansable lucha por la paz, su cercanía con los más desfavorecidos y su constante llamado a "construir puentes y no muros".

Entre los asistentes también se encontraban presidentes como Emmanuel Macron, de Francia; Javier Milei, de Argentina; y Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil, en una ceremonia que fue tanto un acto de despedida como un reconocimiento global al pontificado de Francisco (13 de marzo de 2013 -21 de abril de 2025).
El ambiente de recogimiento y respeto se intensificó al recordar los gestos emblemáticos del sumo pontífice argentino con los migrantes y los pobres, como su primera visita oficial a la isla de Lampedusa y la misa celebrada en la frontera entre México y Estados Unidos. Estos momentos definieron su pontificado y fueron destacados en la ceremonia como reflejo de su profunda humanidad.

La despedida del pontífice, cuyo ataúd fue sellado el viernes en una ceremonia privada, marcó el final de una era en la Iglesia Católica. Durante los días previos, más de 250.000 fieles acudieron a San Pedro para rendirle homenaje, superando la asistencia registrada en el velatorio de su predecesor, Benedicto XVI.
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