Galapagos: ver y no tocar
Alimentar o tocar a las especies silvestres de Galápagos puede traer graves consecuencias
Este 4 de julio de 2017, mientras el Parque Nacional Galápagos celebraba su aniversario fundación número 58, un turista identificado como Oleg Savrasov publicó en su cuenta de Instagram una serie de fotos en las que se lo ve tocando a algunos animales silvestres de las islas ecuatorianas.
Las imágenes desataron comentarios negativos en distintos foros, pues estas conductas incumplen los protocolos de seguridad de la vida silvestre.
Pero... ¿Por qué exactamente no se debe tocar a las especies?
Paola Díaz, Coordinadora de Comunicación de la Fundación Charles Darwin, indica que existe un motivo fundamental. Se debe al intenso estrés al que se someten las especies cuando sienten que su espacio es invadido. La transmisión de posibles enfermedades hacia los animales es otro de los motivos. Además, agregó que los turistas deben “mantener una distancia mínima de dos metros con las especies”, y que alimentar o tocar a la fauna puede alterar su comportamiento y traer consecuencias perjudiciales.
Para evitar este tipo de situaciones, los guías naturalistas del parque deben realizar una serie de cursos para obtener su licencia. Durante el proceso, uno de los principios que se les inculca es cómo cumplir y hacer cumplir las reglas. Los guías no solo acompañan a los turistas, ”ellos son como una especie de guardaparques honorarios que deben ayudar a cuidar a la fauna y la flora de las islas”, añade Díaz.
El flujo de responsabilidades
Aunque muchos usuarios en redes sociales culparon al turista sin darle paso a explicaciones, otros creen que parte de la responsabilidad recae sobre las autoridades de la reserva.
Una de ellas es Orissa Alvear, estudiante de Hotelería y Turismo, y excolaboradora del Parque. Para ella, existe muy poca difusión de información sobre el comportamiento que se debe adoptar al ingresar a Galápagos. Explica que en cualquiera de las islas habitadas abunda información que da la bienvenida a los turistas, pero es muy escasa la que advierte sobre el trato con los animales y las precauciones que deben tener.
Existen tres aerolíneas que aterrizan diariamente en la isla de Baltra, y en ninguno de esos vuelos se explica a los viajeros las normativas de comportamiento y regulación, dice Orissa. “Yo se lo que no se debe hacer porque soy colona, viví allá más de veinte años de mi vida, pero los turistas están tan fascinados con lo que ven y que si no se lo repites, lo olvidan con facilidad”.
La respuesta de Savrasov
Orissa logró comunicarse con Oleg Savrasov vía Facebook, e indica que el turista confesó que desconocía las consecuencias que podía provocar al tocar a los animales. “¿Por qué todos han comenzado a ofenderme? Esto ha creado una actitud extremadamente negativa para Galápagos y sus habitantes”, dijo Savrasov. También indica haber estado acompañado por un guía cuando se tomó las fotografías en 2009, pero que prefiere no revelar su nombre. Además, dice estar considerando eliminar las fotos de su cuenta de Instagram. Sin embargo, hasta el momento no lo ha hecho.