El Gallo Rojo: Una taquería con sentido de barrio

Este es uno de esos grandes descubrimientos de lo que puede ser la buena gastronomía en Quito. En una calle casi anónima, pequeñita, en lo que antes fue el garaje de la casa de sus padres en el barrio San Carlos, y donde ha vivido casi toda su vida, Lenin Carrillo decidió abrir un restaurante mexicano: El Gallo Rojo. Hace dos años comenzó esa aventura y poco a poco se ha ido tomando la casa porque cada vez llega más gente a conocer la propuesta del chef.

En eso consiste una primera experiencia: una gran comida en un lugar sencillo. Resultado final: precios accesibles que dan una mayor felicidad. Lenin no habla de una conexión con México, aunque use la mayor cantidad de chiles, cocine por 12 horas la barbacoa o prepare una birria que remite a ese país. Pero “el alma es ecuatoriana”, aclara.

Este sabor mestizo no es lo único que da esa experiencia confortable. El Gallo Rojo tiene ese ADN de barrio, como las trattorias italianas o como ocurre en casi todo país del mundo: alguien decide abrir un pequeño espacio en su casa y que, con el tiempo, va creciendo. En Quito, algunas marcas incluso tienen el nombre del barrio, como “Los motes de... (póngale el barrio que quiera)”.

Lenin pensaba que sería una buena idea poner algo alternativo, que no deje de tener sentido de barrio y que no sea de comida típica o pollos a la brasa, por decir algo. Y nada mejor que los tacos, la quintaesencia de la comida popular mexicana.

En el exterior, muchos dicen que los quiteños hablamos como mexicanos. Así que EXPRESO DOBLE fue hasta El Gallo Rojo para ser parte de lo que han llamado “cocinando con mexicanos”. Cada tanto llega hasta el local alguien de ese país radicado en Quito y se arma un ágape, donde todos ayudan en la tarea. Y de esa relación, nace algún plato que se incorpora como menú especial de fin de semana, como fue la extraordinaria costilla de cerdo en salsa verde de nopal. Luis Mendoza se lo enseñó y es como una fritada de toques ácidos.

La relación de Lenin con México ha sido el pasar temporadas con los hermanos que viven allí. Y como todo apasionado por la comida, nunca fue descubriendo recetas, combinaciones, olores, texturas de lo que se prepara allí. Con eso y su idea de lo ecuatoriano, sus estudios profesionales de Gastronomía, decidió un buen día, poco antes de la pandemia, que era hora de abrir su local, de convertir la casa del barrio en donde se divertía de niño, para darle un placer parecido a sus comensales. El Gallo Rojo es uno de esos lugares que se abrieron en plena pandemia de la COVID-19. Es la muestra de que la sencillez con buen gusto puede salir adelante en tiempos duros.

COSTILLA DE CERDO EN SALSA VERDE

Este es uno de los platos que preparan en un festín algunos residentes mexicanos. La costilla de cerdo se cuece primero en agua. Luego se retira el caldo para preparar la salsa de verde con nopal. Es como una fritada, pero ese toque ácido que le da el limón es el elemento sorprendente. Lo interesante, además, es el sabor del nopal, que otorga una sensación de tierra, que le da ese equilibrio a la salsa. La cocción no demora mucho a diferencia de otros platos mexicanos, como la birria o la barbacoa, pero la carne del cerdo está en ese punto ideal en que está tierna, pero a la vez firme. Este plato se lo enseñó Luis Mendoza y está en el menú especial de fin de semana.

CHILAQUILES

Se entiende por qué Cantinflas lo nombra recurrentemente: es un plato contundente. Los totopos -nachos- que hace El Gallo Rojo son increíblemente sabrosos. Se los mezcla con la salsa roja. En esta ocasión, nos sirvió con la barbacoa de pierna de res que había apagado tres horas antes de que llegáramos, tras 12 horas de cocción. El huevo frito muy bien hecho y unos fríjoles (a la mexicana), más la frescura del aguacate y el cilantro. Es un plato robusto que se come en México para el desayuno y el chuchaqui, aunque de por sí solo, el chilaquil de El Gallo Rojo ya es una parranda que no se olvida.

TACOS DE BARBACOA

Hay que destacar la calidad de la tortilla, notorio en la capacidad de mantener el relleno adentro. La carne es la barbacoa: pierna de cerdo, marinado por un día. Luego, la cocción toma 12 horas, con piña, cerveza, envuelta en hojas de achira. Sale tan blando que se mecha con una facilidad impresionante. Acompañado con el cilantro que perfuma y la cebolla perla que le da frescura, y el toque de limón indispensable, el placer es único. Y puede jugar con una variedad de chiles para que pique según su gusto. Toda comida mexicana debe picar, pero en El Gallo Rojo no agobia, sino que potencia el sabor.

EL CHEF

Lenin Carrillo estudió Gastronomía en Quito y en Lima. Sus hermanos viven en México. Él es el único que no lo ha hecho, pero ha ido tantas veces allá que despertó su pasión para la cultura culinaria, una de las más importantes del mundo. Es una persona de gran calidez y se siente en el momento en que está cocinando, ya sea para los clientes como para sus amigos durante las reuniones con mexicanos.

DEBES SABER

• Dirección: Hernando de Soto 59-48 y Ángel Ludeña (poco más arriba del hospital Pablo Arturo Suárez), en San Carlos.
• Horario de atención: Los jueves y viernes, de 16:00 a 22:00. Sábados, de 12:00 a 22:00, y domingos, de 12:00 a 17:00. No atiende de lunes a miércoles.
• Reservas: 0998534384 (en serio haga su reserva porque muchos se quedan fuera).
• Servicio a domicilio: No hay. Se puede pedir para llevar.
• Precios: El plato más caro no supera los 8 dólares.

EL EQUIPO

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