Resuelto. Glas sale ayer de la emisora a la que concedió una entrevista.

Glas ya no se siente parte del Gobierno

Ayer el vicepresidente Jorge Glas se refugió en los medios de comunicación para dar su versión y defenderse ante la posible vinculación en la investigación por asociación ilícita.

Los acusa de linchamiento pero acude a ellos. Ayer el vicepresidente Jorge Glas se refugió en los medios de comunicación para dar su versión y defenderse ante la posible vinculación en la investigación por asociación ilícita que lleva adelante la Fiscalía.

El vicepresidente empezó su jornada dando una entrevista a una radio de Quito. Luego conversó con los periodistas que lo esperaban afuera de la estación radial y que fueron convocados, desde el lunes, por su equipo de comunicación.

Glas se niega a reconocer que haya tenido responsabilidad política, administrativa o de cualquier tipo en las irregularidades detectadas en los sectores estratégicos que tuvo a su cargo desde 2007, cuando se integró al Gobierno del expresidente Rafael Correa.

Más bien, repite que es víctima de una persecución orquestada por los medios de comunicación, la oposición política y personas del propio entorno del presidente Lenín Moreno, a las que prefiere no identificar.

Por eso, considera que este no es su Gobierno y se refirió a la nueva administración como “el Gobierno que está en el poder en este momento”. ¿A quién representa entonces? “A los ecuatorianos. Soy el vicepresidente constitucional de la República y vicepresidente de Alianza PAIS, dijo Glas.

El segundo mandatario cuestionó “la velocidad del rayo” con la que la Fiscalía habría actuado en su caso. “Esto (la vinculación) lo hacen a las siete de la mañana. A las doce del día estaba la rueda de prensa, inclusive antes de que yo fuera notificado ya había sido anunciado al país el pedido de vinculación”, señaló.

También criticó a la fiscal Diana Salazar que llevó la primera parte de la investigación y concluyó que, al menos, hay diez indicios para vincular a Jorge Glas en la trama de corrupción de la constructora brasileña Odebrecht.

“Yo tengo fuero de Corte. Ese criterio debió darlo el fiscal general de la Nación, no una fiscal que conoce el caso, pero esas ya son cosas de abogados”, puntualizó.

Dijo extrañar al exmandatario Correa pero no tiene previsto viajar a Bélgica a visitarlo. De hecho, aseguró que no va a salir del país hasta que se cierren todos los procesos que hay en su contra.

Aunque jura no saber nada de los casos de corrupción en los que se lo quiere vincular, sí tiene claro que por el delito de asociación ilícita no puede ser enjuiciado políticamente en la Asamblea Nacional, por lo que dice que ese frente político lo va a dejar de lado para enfrentar al judicial.

No piensa pedir licencia para defenderse o, peor aún, renunciar al cargo como piden varios sectores. Dice que él fue elegido por cuatro años, como Moreno, y que eso va a cumplir como establece la Constitución.