Gobierno y Estado
Hace pocos días, en el marco de las protestas de la comunidad Shuar por el tema minero, se produjeron choques con la Policía, resultando lamentablemente fallecido un agente del orden. Por distintos medios se pudo observar cómo un grupo de indígenas portando lanzas empujó, arrinconó, arrebató los escudos y golpeó a los agentes del orden que tendían un cerco de seguridad en torno a instalaciones y edificios públicos. En un país donde a diferencia de nuestros vecinos no ha calado la “solución” de problemas sociales y políticos por la fuerza, es inaceptable que este tipo de eventos se produzcan. No se puede tolerar que un grupo de ciudadanos, no importa su origen social o étnico, desafíe a la autoridad policial maltratando a sus miembros, como tampoco es aceptable que militares sean “retenidos” por otro grupo indígena. Hay que distinguir claramente entre el sentimiento que puede despertar la decisión de políticas del Gobierno y la reacción contra la fuerza pública; de la misma manera que se debe distinguir al Gobierno del Estado.
Ciertamente el Gobierno debe tener la sensibilidad para escuchar a todas las comunidades, entender sus puntos de vista, sin que necesariamente aquellos se vuelvan una imposición para el resto de la sociedad; pero por ninguna razón se puede permitir que “la violencia pague”. Para todos aquellos que se solazan disfrutando al ver cómo golpean a los policías, pensando que ellos representan al régimen y no al Estado, sepan que esos humildes policías son a quienes tendrán que recurrir el día en que las mismas hordas que saquearon los comercios el 30S, traten de darse un paseo por sus casas.
Por razones como esta es que debe existir institucionalidad en las Fuerzas Armadas y en la Policía, para que jamás tengan una contaminación política y exista la completa convicción en la ciudadanía de su pertenencia a la sociedad y no al gobierno de turno. Y también por ello la justicia no debe fusionarse con el Poder Ejecutivo, para que exista la posibilidad de recurrir a ella si alguien se siente atropellado en sus derechos.
¿Estamos construyendo esa sociedad?
Twitter@PaulEPalacios