El Gobierno acelera por el acuerdo con la UE
La cuenta atrás va agotándose y Ecuador no está en condiciones de perder las preferencias arancelarias que sostienen las exportaciones con la Unión Europea (UE) en un momento donde el Ejecutivo revisa al detalle sus cuentas de ingresos.
La cuenta atrás va agotándose y Ecuador no está en condiciones de perder las preferencias arancelarias que sostienen las exportaciones con la Unión Europea (UE) en un momento donde el Ejecutivo revisa al detalle sus cuentas de ingresos. Por eso, nada más y nada menos que cuatro ministro, el gerente general del Banco Central de Ecuador y un asambleísta han viajado a Bruselas para dar un ‘acelerón’ al trámite para formalizar el acuerdo con la UE, encallado desde hace meses por tiranteces comerciales.
El ministro de Industrias y Productividad, Eduardo Egas, junto con el de Política Económica, Patricio Rivera, el de Comercio Exterior, Diego Aulestia, el canciller Guillaume Long, el gerente del BCE, Diego Martínez, y el vicepresidente de la Comisión de Desarrollo Económico de la Asamblea Nacional, Juan Carlos Cassinelli, se reunieron ayer con la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, y su equipo, para abordar las dificultades que entorpecen el trámite de aprobación del acuerdo comercial.
Pocos pronunciamientos oficiales, salvo el de la parte europea, dan cuenta de la delicada situación en la que está el trámite.
La Comisión Europea informó de su buena voluntad para que el pacto no se retrase más allá de 2016 y, en consecuencia, no llegue a afectar a las exportaciones ecuatorianas hacia su segundo socio comercial más importante (2.773 millones de dólares, en las no petroleras, en 2015). “La UE hará todo lo que pueda para avanzar en la ratificación de manera que el acuerdo pueda entrar en vigor lo antes posible”, citaba un comunicado. El ministro Aulestia, también por escrito, reconocía la voluntad europea para cumplir los plazo.
Más tarde, una fuente comunitaria, aludida por Efe, reconocía que el principal obstáculo en el buen desarrollo del acuerdo son las salvaguardias que aprobó Ecuador en marzo de 2015 y que gravan con entre un 5 y 45 % de aranceles adicionales a los productos que llegan de fuera.
La medida generó críticas en la UE, en Japón, en Panamá y en Guatemala y así se las transmitieron a la Organización Mundial del Comercio. Tras una reunión con las autoridades internacionales del comercio, Ecuador presentó un cronograma para desmontar las sobretasas progresivamente hasta junio de 2016. También las salvaguardias se escondían veladamente en el retraso de Perú y Colombia en dar su visto bueno a la adhesión de Ecuador al pacto multipartes con la UE. Un ‘sí, quiero’ necesario que demoró entre 12 y 18 meses, según recordaba el presidente Correa este sábado.
El desembarco de autoridades ecuatorianas ayer en Bruselas tiene como fin acelerar el proceso de aprobación en las instituciones de la UE. Todavía falta el visto bueno del Consejo y del Parlamento, un trámite que podría irse hasta abril de 2017 si no se toman medidas.
Está en juego la salud de las exportaciones nacionales hacia la UE, ya que en diciembre de 2016 caducan las preferencias arancelarias que, ya de manera extraordinaria, la UE extendió a finales de 2015 y que supondría una pérdida de 375 millones de dólares, según cálculos de la Federación de Exportadores (Fedexpor). El asambleísta Casinelli, consultado por si podría volverse a crear una herramienta para renovar las preferencias, si hay más retrasos, fue contundente: “Este acuerdo debe estar ratificado este año. Todo va por muy buen camino”.
Una mujer, al frente de la negociación
Había 15 sillas en la mesa y solo una la ocupaba una mujer. La comisaria de Comercio de la UE, Cecilia Malmström, lideró la negociación que ha llevado a Bruselas a los ministros de Comercio Exterior, Diego Aulestia (izquierda); de Relaciones Exteriores, Guillaume Long; de Industrias, Eduardo Egas; de Política Económica, Patricio Rivera (fuera de plano); el gerente del BCE, Diego Martínez, y al asambleísta Juan Carlos Cassinelli (al fondo).