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Mario Godoy
Mario Godoy, presidente de la Judicatura, es investigado por la Fiscalía y enfrenta un juicio político.Consejo de la Judicatura

Godoy se hunde amarrado a su silla

Análisis | Considerado por el presidente de la CNJ para continuar al frente de la Judicatura, no le queda sino desaparecer

Este lunes 30 de diciembre se cumple el plazo para que José Suing, presidente de la Corte Nacional de Justicia, envíe al Consejo de Participación Ciudadana (CPCCS) la terna de la que saldrá el nuevo presidente del Consejo de la Judicatura. El reemplazo de Mario Godoy, quien termina diciembre involucrado en el escándalo judicial más grande del año, debe ser diferente a él. Acusado por la jueza Nubia Vera de chantajearla, amenazarla y hasta de entregarle una sentencia ya redactada para que resolviera el Caso Abad -la acción de protección de la vicepresidenta de la República- de manera favorable a Daniel Noboa, presidente, Godoy enfrenta una investigación de la Fiscalía y un juicio político de la Asamblea al mismo tiempo. A estas alturas, Suing ya debería haberlo eliminado de la lista de sus posibles candidatos para integrar la terna. Sin embargo, con él nunca se sabe.

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La probidad notoria según Suing

1.Dos días antes de que las denuncias de la jueza Vera pusieran a Mario Godoy contra las cuerdas, José Suing aún lo consideraba como parte de la terna para elegir presidente de la Judicatura. Lo tenía, al menos, en su lista chica de siete nombres, como admitió a la periodista Sara Ortiz, de Diario EXPRESO. En esa entrevista, además, Suing reflexionó sobre el concepto de probidad notoria “que, a veces -dijo-, solo se certifica con un certificado de buena conducta, (pero) debería tener un rango diferente de demostración, es decir, que efectivamente sea una probidad notoria: que la sociedad, la academia, los colegios profesionales, reconozcan que esa persona tenga esa condición de probo”.

Según este criterio, Mario Godoy queda descalificado de entrada. La pregunta es: ¿no lo estaba también en julio pasado, cuando el mismo Suing lo puso a la cabeza de la terna? Abogado de dos narcotraficantes (esos sí notorios), los hermanos Eduardo y Juan Pablo Larrea, hoy presos en Estados Unidos, Godoy mintió en público sobre la naturaleza de su relación con ellos. Dijo que “dos sujetos” lo buscaron para que los representara en un asunto “administrativo”: una demanda ante la Supercom de la época de Rafael Correa, exigiendo una rectificación en un medio de comunicación. “No sabía que eran narcos”, dijo. Averiguado la cosa, resulta que los “dos sujetos” eran sus cuñados y que la rectificación que exigían a Ecuavisa tenía que ver con la captura por la DEA de dos de sus narcoavionetas en Estados Unidos. Básicamente, no querían que esa noticia se difundiera en el país. Godoy no solo sabía que eran narcos, sino que ayudó a encubrirlos. ¿Probidad notoria?

¿Por qué José Suing lo puso, entonces, encabezando la terna para vocal principal del Consejo de la Judicatura? ¿Por qué lo volvería a hacer? Porque se lo pidieron desde Carondelet. A través de Rossie Torres, la subsecretaria de Gestión Gubernamental, recibía sus instrucciones, como publicó este Diario en su momento. Tan dispuesto a complacer a Daniel Noboa estaba el presidente de la Corte Nacional de Justicia que incluso fue capaz de proponer, en una terna anterior que fue rechazada, a alguien aún más comprometido: Hugo Landívar, representante jurídico de ADN, el partido de gobierno. El concepto de probidad notoria del presidente de la Corte Nacional de Justicia tiene sus bemoles..

Godoy se aferra al puesto

2.Godoy no disimula: una vez designado como presidente de la Judicatura a pesar de sus antecedentes y gracias a un acuerdo coyuntural del gobierno con el correísmo, una de las primeras cosas que hizo fue nombrar como asesor de su despacho a Jorge Carrillo, socio de su grupo de abogados y defensor del juez José Tamayo Arana, que rebajó de 20 a 8 años de prisión la sentencia del famoso asesino y narcotraficante Jorge Luis Zambrano, alias Rasquiña. Este Jorge Carrillo, según la jueza Nubia Vera, fue uno de los que más la presionaron con chantajes y amenazas para obligarla a fallar en contra de la vicepresidenta.

Lo de Godoy es el mundo al revés. Se podría esperar que, al verse involucrado en un escándalo judicial de proporciones, acusado de haber chantajeado y amenazado a una jueza e incluso de haberle entregado ya redactada la sentencia que se esperaba de ella, cualquier servidor público (cuánto más un alto cargo de la Judicatura), por mínimo que fuera su sentido del decoro, daría un paso al costado hasta que se aclaren las cosas aun sabiéndose inocente (de hecho, son precisamente los inocentes quienes actúan de esta forma). La razón es obvia: un funcionario bajo sospecha no ofrece garantías de probidad a nadie y la gestión pública es de tal naturaleza que no admite sombras. Irreductible a este elemental sentido de la delicadeza, Godoy prefiere empañar el alto cargo que ocupa con tal de no perderlo: no solo se niega a hacerse a un lado, sino que considera su deber atornillarse al puesto.

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Lo deja claro en el comunicado que subió a sus redes sociales el pasado jueves 26 de diciembre. En él informa a la opinión pública haber sido notificado oficialmente sobre el inicio de una indagación previa en su contra, derivada de las denuncias de la jueza Nubia Vera, ante lo cual contraatacó con una denuncia ante la Fiscalía y una querella ante una unidad judicial penal “con el único propósito”, dice, de “proteger mi honra y salvaguardar el ejercicio de mis funciones”. No repara el presidente de la Judicatura en que ambas cosas son excluyentes: renunciar al ejercicio de sus funciones es la única manera que le queda de proteger su honra y, sobre todo, la integridad institucional del cargo.

La sombra de Daniel Noboa

3.En su comparecencia ante la Comisión de Justicia de la Asamblea, el pasado jueves 26, la jueza Nubia Vera hizo varias revelaciones. La principal tiene que ver con el presidente de la República, Daniel Noboa. Dijo que, en el momento más intenso del acoso que sufrió por parte de Mario Godoy y su equipo, le mostraron unos chats: “El presidente Daniel Noboa nos está presionando, necesita que esto salga ya”, le dijeron. En el teléfono del asesor Jorge Carrillo, en efecto, había unos mensajes que parecían ser del presidente, pero ella no tiene los elementos para asegurarlo. Será verdad o no, lo cierto es que si alguien podía estar interesado en que la jueza fallara en contra de la vicepresidenta Verónica Abad, ese alguien no es Mario Godoy, a quien el asunto ni le va ni le viene, sino Daniel Noboa, que ha empeñado todos sus esfuerzos y los de su gobierno para eliminarla del medio.

No es una sorpresa para nadie el hecho de que una intensa campaña de desprestigio contra la jueza Vera se desarrollara en las redes sociales luego de que sus denuncias contra Mario Godoy empezaran a cobrar cuerpo en la opinión pública. En esa campaña participaron los consabidos medios digitales especializados en difundir ‘fake news’ al servicio del gobierno y que, más que medios, no pasan de ser entidades virtuales con logotipo y cero responsabilidades firmadas. Y son legión. Se sumaron varios medios tradicionales afines que terminaron reproduciendo el contenido de los anteriores. Todo lo cual habla de un esfuerzo concertado (y desesperado) por parte del gobierno para salvar los muebles del caso Abad y lavar la cara de Godoy.

  • Denuncia. Luego de dictar sentencia oral en la acción de protección de Verónica Abad, la jueza Nubia Vera denunció haber sido objeto de presiones por parte de Mario Godoy.

  • Plazo. El CPCCS dio diez días para que las entidades involucradas en la designación de los vocales del Consejo de la Judicatura envíen sus ternas para la renovación.

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