Fuerzas. Manifestantes en Sao Paulo protestaron ayer bajo la lluvia, convocados por el Partido de los Trabajadores y otros movimientos de izquierda.

Los gritos de “fuera Temer” recorren las calles de Brasil

La izquierda brasileña salió ayer a las calles para pedir la renuncia del presidente Michel Temer, quien sigue buscando apoyo político para mantenerse en el poder después del escándalo de corrupción que le salpica directamente.

La izquierda brasileña salió ayer a las calles para pedir la renuncia del presidente Michel Temer, quien sigue buscando apoyo político para mantenerse en el poder después del escándalo de corrupción que le salpica directamente.

Las manifestaciones con la consigna de “fuera Temer” tuvieron lugar en ciudades de al menos 15 de los 27 estados brasileños, aunque la asistencia de participantes fue menor que en otras marchas, incluido en Sao Paulo, por la intensa lluvia.

La Cámara baja ya ha recibido alrededor de una decena de solicitudes para abrir el llamado “impeachment” contra el mandatario, quien llegó al poder el pasado 31 de agosto, precisamente tras la destitución en un juicio político de Dilma Rousseff (2011-2016).

El último de los pedidos fue promovido por la Orden (colegio) de Abogados de Brasil (OAB), que aprobó el informe que recomienda el proceso contra Temer al ver indicios de “crimen de responsabilidades”.

Temer contraatacó el sábado asegurando que la grabación clandestina de Joesley Batista, directivo de la empresa cárnica JBS, en la cual daba un presunto aval para comprar el silencio de un exdiputado preso, está “manipulada y adulterada”, pidió al Tribunal Supremo que suspenda su investigación hasta que se verifique su autenticidad. El tribunal evaluará su solicitud el miércoles, pero no parará la investigación.

Temer obtuvo ayer un respiro cuando el PSDB, su principal socio de gobierno, decidió suspender una reunión en la que iba a decidir si le mantenía su apoyo ante sus investigaciones por corrupción. Si el PSDB anunciaba ayer su salida, Temer prácticamente quedaba sentenciado a muerte.

El golpe maestro de los hermanos Batista

Mientras las investigaciones de corrupción los iban cercando, Wesley y Joesley Batista, dueños de la compañía cárnica JBS, planificaron su estrategia: se anticiparon a un posible pedido de prisión, buscaron a las autoridades por cuenta propia y les entregaron amplísima lista de políticos supuestamente corruptos.

Durante meses, los hermanos Batista planificaron su confesión ante la Justicia, recabaron pruebas y grabaron conversaciones comprometidas con políticos, entre ellos Michel Temer, a quien acusan de recibir sobornos desde 2010.

Tras duras negociaciones, entregaron la llave de oro de la corrupción a la Fiscalía y, a cambio, obtuvieron el aval de las autoridades para refugiarse en Estados Unidos, sin denuncias ni mecanismos electrónicos de localización.

Y sabiendo el caos que se instalaría en el mercado al circular el contenido de la grabación, decidieron llenarse los bolsillos: compraron dólares y vendieron una gran cantidad de acciones de la empresa. Dicha operación está siendo indagada por la Comisión de Valores Mobiliarios.