Guayaquil: Un aniversario de fundación sin razones para celebrar
Expertos enumeran las deudas que tiene el Municipio con Guayaquil, a la que consideran una ‘anticiudad’ por no facilitar la convivencia ni la movilidad y crecer de forma desordenada
Guayaquil, pese a ser la ciudad que los ciudadanos aman, sobre todo por históricamente levantarse cuando atraviesa una crisis, es una urbe que los habitantes no merecen. Es poco amigable. Insegura. No ha sido desarrollada bajo una planificación, y sus servicios dejan mucho que desear, en especial los ligados a la transportación y la movilidad. Guayaquil es la anticiudad. Y el peso de esas falencias recae sobre la Alcaldía, que como han hecho énfasis los urbanistas y ciudadanos, no se ha preocupado por priorizar los problemas que manchan el territorio.
Los guayaquileños vuelcan sus miradas al río Guayas
Leer másXavier Salgado, especialista en agroecología y desarrollo sostenible, es enfático al hablar de las deudas pendientes que la actual administración tiene con sus votantes. Habla de la falta de sombra, de áreas verdes, de parques temáticos y de sitios de descanso que faciliten el encuentro entre las familias, por ejemplo en los barrios. “En Guayaquil vemos palmeras y árboles que se han sembrado y cuya copa ni siquiera es frondosa ni contempla lo que en realidad necesita el Puerto Principal, que es oxígeno, corredores verdes y menos cemento”, advierte.
Los esteros siguen contaminados y unos más que otros. Los esteros Las Ranas y Mogollón están en pésimo estado y eso está afectando a las familias. Si bien el Cabildo de la mano del Gobierno debe ya, sin más atrasos, invertir en su recuperación, la falta de planificación agudiza el problema. Hoy se promulga que se harán obras cerca de ellos, pero ninguna para salvarlos. ¿Por qué?, me pregunto. Si estos cuerpos de agua son la identidad de Guayaquil.
El urbanista y activista social Daniel Medina considera este punto como prioritario para el desarrollo de la ciudad, y cuestiona que se coloquen especies en maceteros, tanto en parterres como en vías transitadas como la Barcelona, Quito o de las Américas. “Que el Cabildo defienda que son viveros móviles, no quiere decir que está bien lo que está haciendo y que hay que aplaudirlos. Es hoy que urgen las áreas verdes. Somos una ciudad gris”, se queja y hace hincapié en que para este 25 de julio, si analiza lo que tiene y le falta a Guayaquil, son pocos los motivos para celebrar.
“Si retrocedo en el tiempo y me sitúo en 2010, 2015, estábamos igual. De hecho, quizás hasta mejor. Entonces no existía la Aerovía, que nadie utiliza, y ahora hasta tapa la visión hacia ese río que tampoco funciona, que está muerto, en especial para la autoridad, que no hace el mínimo intento para recuperarlo”, opina.
En una entrevista anterior, el fundador y presidente de la organización internacional sin fines de lucro 8 80 Cities, Guillermo Peñalosa, habló de la importancia que tienen los parques para una ciudad, más aún para las zonas críticas y vulnerables. “Cuando una persona vive en una casa de 35 metros cuadrados, ahí no vive, ahí duerme. Vive afuera, por lo que necesita de áreas verdes, ciclovías y veredas, que son los sitios donde se conocen los vecinos y juegan los niños”, argumentó en ese entonces.
A juicio de Salgado, que comparte la opinión de Peñalosa, eso definitivamente no se cumple. Un claro ejemplo de ello se evidencia en las veredas agrietadas, empinadas y angostas que obligan al peatón a compartir la ruta con los autos, en prácticamente casi toda la urbe.
Cynthia Viteri defiende la ayuda millonaria que le ha dado al sistema de metrovía
Leer más“Aquí no hay planificación, no la hay ahora ni la hubo en la anterior administración. Lamentablemente, la alcaldesa Cynthia Viteri y su equipo trabajan por presión, mas no bajo una organización. De allí que si los ciclistas piden ciclovías, a las cansadas se las dan, pero mal y con tales errores como los ahora observados”.
Salgado, quien cuestiona que la Alcaldía además esté construyendo piscinas de olas en sitios donde no se ha solucionado aún el problema de la basura y de los malos olores que les generan los canales de aguas lluvias mal tratados, se refiere a las rutas trazadas en puntos como la avenida Rodríguez Bonín, donde los biciusuarios deben compartir la acera donde ha sido pintada la ciclovía con los ciudadanos que hacen fila en los paraderos de buses allí también instalados.
Necesitamos que la ciudad sea respetuosa con el ambiente y que las construcciones sobre todo sean de manera vertical y ya no horizontal en las zonas aledañas a los bosques, respetando así la naturaleza y su hábitat natural. Guayaquil debe apostar por los pulmones verdes y volver a unir nuestros bosques, logrando una conectividad ecológica con la cordillera Chongón-Colonche.
Que en este 2022, más allá de tener salud (algo que en repetidas ocasiones agradece), Gloria Mejía no tiene qué festejar, dice. Mejía vive en Samanes 5 y se ha cansado de despertar, dormir y comer oliendo gases tóxicos. Que no tolera que pasen los años y las lagunas de oxidación de Guayacanes y Samanes sigan dando un servicio “nefasto”.
“El viernes se inauguró la planta Las Esclusas en el sur y de verdad me alegro. Dicen que con Los Merinos, acá en el norte, todo cambiará. Ojalá sea así, aunque yo ya no confío. Creo que moriré percibiendo esta podredumbre”. La misma que, advierten los dos especialistas, se percibe ahora en varios tramos del estero Salado y sus ramales, aún contaminados y sin vida.
El activista Fernando Alburquerque considera que en materia ambiental no existe una correcta oxigenación para recuperar los cuerpos de agua, a la par de la flora y fauna. “No hay el compromiso por parte del Municipio de Guayaquil al dar solución. Además, los olores fétidos de las lagunas de oxidación atentan contra la salud de los guayaquileños”, recalca, al añadir que la concesionaria Interagua debería “indemnizar a las familias afectadas por los daños a la salud física y financiera”.
Pero en Guayaquil estas falencias no son las únicas que taladran la cabeza de la comunidad, harta también de vivir atascada en un tráfico que no halla solución y bajo una inseguridad que nadie frena, pese a la millonaria inversión realizada en este tema.
En torno a la primera arista, está claro que los congestionamientos vehiculares agobian a más de un conductor, y muchos apuntan al deficiente control de la ATM. Por ejemplo, Fabián Hernández, de La Garzota, ha tenido que soportar, al menos cuatro de los cinco días de labores, más de una hora para llegar a su trabajo en Urdesa, cuando antes, hace un par de años, lo hacía en 20 minutos.
Deberíamos tener un buen sistema de transporte público para todo el Gran Guayaquil, articulado alrededor de los usos de suelo. Esa es la gran deuda. Creo que el Guayaquil que se movía en carreta y con caballo era mejor planificado y organizado de lo que tenemos ahora. Si yo no bajo a la gente del carro paulatinamente, no habrá vía que alcance y vamos a vivir con tráfico 24/7. Al final todo converge a un mismo sitio.
Ciudad Victoria, un territorio donde solo gana la violencia
Leer másEl ingeniero en Marketing se queja de los cambios de direccionamiento vehicular y de la ausencia de agentes. “Me parece un chiste. A veces están (los uniformados) una semana y la otra se desaparecen. Veo que en ciertas calles ponen conos y en otras hay demasiados semáforos. Lo resumo como un caos”.
El experto en transporte y ordenamiento Carlos Jiménez destaca que a la urbe la falta que el Cabildo ponga en marcha planes reales en torno a los denominados ‘microcentros’, pero que deben estar apegados a la mezcla de uso de suelo, tráfico de peatones, de buses. Aunque lamenta que esta ha sido la gran deuda.
Se construyó una Aerovía innecesaria a un alto coste, dinero que bien pudo haber sido usado para potenciar e integrar el sistema de transporte intermodal en el área metropolitana. De este tema va de la mano la ciclovía, cuyo primer tramo no forma ni un circuito. Se desconoce cuál es el plan a futuro, que datos arrojó la primera etapa y en qué año se contará con un circuito continuo en toda la urbe.
En el ámbito de movilidad se sabe que el sistema de transporte masivo metrovía tambalea, y por más de una ocasión el Concejo Cantonal, cuya mayoría pertenece al Partido Social Cristiano, le ha echado salvavidas para que continúe rodando. El último, de 3,5 millones de dólares, se dio hace pocos días, y Jiménez cuestiona que se continúe inyectando dinero a este modelo.
Lo califica como una “acupuntura” y como “soluciones de parche”. Expresa que la autoridad debería tomar el control de las unidades públicas para, de alguna manera, determinar la capacidad de los articulados y que ejecute un estudio de tránsito y tráfico. “Se genera una visión con base en un flujo de pasajeros, pero si eso no se cumple a través del tiempo, es imposible sostener el sistema de la óptica de los costos”, analiza.
Mientras que en el ámbito de la delincuencia, por supuesto, también se han desembolsado millones de dólares. La alcaldesa ha pregonado, cada vez que tiene un micrófono o cámara, que se han desembolsado más de 27 millones de dólares. Sin embargo, en la calle se respira miedo y la mayoría de dueños de negocios concuerdan en que cierran sus puertas apenas se oculta el sol.
Ante este escenario, John Garaycoa, especialista en seguridad ciudadana, sugiere que la autoridad debe enfocar su plan de acción en destinar herramientas con una aplicación para que, de esta manera, los habitantes puedan ser ojos, oídos y voces a favor de la seguridad ciudadana.
Se requiere de decisión ejecutiva. Acogiendo lo que ha dado resultado en otros países como Singapur y El Salvador, la decisión de combatir la corrupción en la Función Judicial, inversión económica y controlar los ingresos e impuestos destinados a seguridad... En seguridad el 30 % radica en operativos, trabajo de inteligencia, policial y militar; pero el 70 % tiene que ver con el factor humano, donde está el soborno y la corrupción.
Él experto lo detalla: “La aplicación básica con cinco aristas: seguridad ciudadana, accidentes de tránsito, violencia intrafamiliar, salud y el aseo”, recalca Garaycoa, al recomendar el incremento de cámaras y operativos con barrido en las zonas más grandes.
Otra falencia que existe, a juicio de residentes de barrios y ciudadelas consultados, es erradicar de una vez por todas las plagas de los árboles. La ciudadanía lamenta que estas hayan devorado a las especies de la urbe, sin que la autoridad haya actuado a tiempo. Están como ejemplos los casos de Samanes 1 y distintas etapas de la Alborada, en el norte, cuyas denuncias aterrizaron en esta redacción.
“Ahora sé que hay una mesa entre los representantes de la Alcaldía y la academia, y en buena hora. ¿Pero por qué no lo hicieron antes? Ya veíamos cómo los barrios, con las pérdidas de árboles, algunas veces patrimoniales, estaban perdiendo su identidad”, señaló el habitante de Los Ceibos Carlos Peñaherrera, quien cuestiona que el sector de la vía a la costa, así como pasa en La Puntilla en Samborondón, no tenga además una vía alterna de acceso, bibliotecas o parques públicos.
Las obras y las soluciones son a cuentagotas. Las deudas son muchas; movilidad y transporte, medio ambiente, calidad del agua, cohesión social, gobernabilidad, planificación, ordenamiento territorial... Somos la capital económica de Ecuador y también la capital de la delincuencia. Vivimos en la ciudad top de olores fétidos en esta administración y una perla que cada día se oscurece.
El miedo transita por los túneles de las Américas
Leer más“Otra vez volvemos al tema de la falta de planificación. Ahí falló y sigue fallando porque no se habla de planes en ese lugar. Viteri se golpea el pecho diciendo que atendió la salud en tiempos de COVID pese a que no le correspondía, y es verdad. Lo hizo y lo hizo bien. Pero tampoco puede, al igual que el presidente Guillermo Lasso, seguir pregonando que actuaron en épocas de COVID y ya. Eso no. La obra pública es su misión. Y en el caso de Viteri, no hay megaobras que destaquen, y las que hacen en los barrios, de hecho tienen atrasos o están en pausa. ¿Es eso normal?”, alertó.
Urgen espacios para el adulto mayor
Uno de los grupos poblacionales de Guayaquil que piden, a gritos, ser atendidos es el de los adultos mayores. Se necesitan, además de rampas, calles seguras y pasos peatonales amigables y suficientes para caminar; espacios para hacer amigos y divertirse. Lamentan que existan contados centros gerontológicos públicos y que en ellos la capacidad sea pequeña. “Necesitamos karaokes públicos, áreas para jugar damas chinas, ver películas y obras de teatro al aire libre. Necesitamos máquinas gerontológicas y sitios de descanso amigables. Además, proyectos públicos en los parques; que así como en Europa y Nueva York exista personal municipal que a diario desarrolle actividades en los parques para nosotros”, propone Adela Luque, de 69 años y habitante de La Garzota. Su vecina Carmen Quijano advierte que proyectos de este tipo los harían sentirse parte de la comunidad.
OPINIONES CIUDADANAS
Me encantaría que haya parques temáticos para el adulto mayor. Ellos están destinados a estar encerrados en casa porque no hay nada, absolutamente ningún espacio público pensando en su entretenimiento.
Con el solo hecho de no percibir malos olores, la ciudad sería un mejor lugar para las familias. La falta de compromiso por parte de la autoridad nos tiene sumergidos en un problema que hace décadas debió solucionarse.
Me gustaría que Guayaquil sea más que el malecón Simón Bolívar, las escalinatas de Las Peñas o el Puerto Santa Ana. No solo es pobre en sitios de distracción, sino que en todos estamos expuestos a que nos roben. Es penoso.
Lo que le falta a la ciudad es un mayor control al tránsito. Los embotellamientos se dan a cualquier hora, y por la inseguridad nos toca encerrarnos y nos frena poder salir a los sitios de esparcimiento.
Guayaquil clama por espacios naturales y al aire libre en buen estado y públicos. A Guayaquil le urgen ciclovías y botes que nos movilicen de una ciudad a otra. A Guayaquil le falta tanto para ser habitable.
No me cabe en la cabeza que teniendo un río maravilloso, no sea más que un adorno. ¿Qué están esperando las autoridades para que tenga vida? El dragado no es la opción, al menos no la única para salvarlo y usarlo.
En estos últimos dos años he visto que la Alcaldía ha estado marcada por escándalos y la ciudad se ha detenido, no he visto alguna obra relevante. Por allí algo se ha hecho, pero más han sido los escándalos.
El tráfico es sofocante y ni siquiera saben dónde mismo ubicar los semáforos, mientras que hay calles tan angostas donde van los buses peleándose. ¿Dónde están las planificaciones?