Guayaquil y Quito ponen el cascabel a la importación de vacunas contra la COVID-19

Presión. El Municipio de Guayaquil junto a gremios productivos y de la salud locales extendieron un pedido al Gobierno nacional para que libere la importación de las vacunas contra la COVID-19. La solicitud llega cuatro días después de que el alcalde de Quito, Jorge Yunda, extendiera una solicitud similar al presidente Lenín Moreno, que aún no tiene respuesta.

El aspecto legal es la principal traba al pedido de las dos ciudades que aglutinan el 41 % de los casos confirmados del nuevo coronavirus a nivel nacional. Según la alcaldesa, luego de un análisis legal sobre el cual no ahondó en detalles, el marco jurídico favorece al pedido de la institución al que se sumó la Cámara de Comercio de Guayaquil, la Junta de Beneficencia, el Colegio de Médicos del Guayas, entre otros.

En reiteradas ocasiones, el Gobierno ha puntualizado que es el único autorizado a importar las dosis. No obstante, en su momento, el ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos, no cerró del todo la puerta a que en un futuro se permita a los municipios y universidades importarlas siempre que cumplan algunos requisitos. Ante el silencio que guarda el ministerio frente a este y otros temas relacionados, es probable que ni Guayaquil ni Quito tengan una respuesta ágil a sus pedidos. Mientras tanto, dijo la alcaldesa Viteri, la ciudad seguirá contando un promedio de entre 14 a 15 fallecimientos por COVID-19 diarios.

Tal como lo relató EXPRESO a inicios de febrero, el sector privado está presto a importar, aunque voces al interno no coincidan con la forma de costear las vacunas. Hay quienes se inclinan por la fijación de un precio oficial y otros por incentivos tributarios. Para llegar a eso primer necesitan la autorización del Gobierno nacional.

Es por ello que el frente, encabezado por el Municipio de Guayaquil, considera que el Estado debería asumir la función de mediador entre las farmacéuticas y los municipios junto con el sector privado para facilitar la compra y posterior importación de las vacunas que serían aplicadas, por ejemplo, médicos y servidores de clínicas privadas, a los policías metropolitanos, trabajadores de mercados municipales, recolectores de basura, ciudadanos de sectores marginales sin relación de dependencia, trabajadores del sector privado, entre otros.

Guayaquil, en el caso de que el Gobierno libere la importación, no se cerraría a adquirir vacunas de otras empresas farmacéuticas. La de Pfizer, dijo Viteri, requiere respetar una cadena de frío que dificulta el transporte y su almacenamiento.