Guillermo Lasso marcó una cancha con poca luz sobre el futuro
Cinco expertos analizan el primer discurso del presidente. Mucho simbolismo y emotividad y pocos anuncios concretos sobre medidas a corto y largo plazo
Un discurso de un poco más de una hora que delineó las zonas grises del pasado por donde no transitará y dejó un poco de lado lo que se espera al menos en estos primeros meses de los cuatro años de gestión del presidente Guillermo Lasso.
Varios analistas y expertos consultados por EXPRESO coinciden en que la primera intervención del mandatario luego de su posesión fue trascendente para marcar la cancha, sobre todo en la forma de gobernar y adecentar la política, pero dejó con ganas de conocer acciones más concretas. “Esperemos que lo que suena bonito a manera de discurso empiece a concretarse de manera efectiva en acciones que nos beneficien a todos”, comenta Mauricio Alarcón, director ejecutivo de la Fundación Ciudadana y Desarrollo.
Probablemente la gran mayoría de ecuatorianos espera ver acciones a escuchar discursos... Que se instalará el Consejo de Seguridad manda un mensaje que se necesita más acción y menos palabras
Si tuviera que ponerle una calificación a la alocución de Lasso, el analista político y constitucionalista, Jacinto Velázquez, le pondría un 8,5 sobre 10. Su crítica generalizada a las gestiones pasadas es lo que, a criterio del también excandidato presidencial, le bajó puntos. “No se preocupó de las excepciones... Se le fue un poco la mano”. Sin embargo, en general, un discurso como inicio fue “aleccionador para la ciudadanía”. “Hubiera deseado definiciones muy claras sobre lo económico, sobre todo. Es probable que se las haya guardado porque tendrá planes generales y personales”.
La alusión a los caudillos fue un poco exagerada desde el punto de vista técnico, porque desgraciadamente los presidentes se confunden y tienden al caudillismo de un modo o de otro.
Para Paulina Recalde, directora de Perfiles de Opinión, coincide en que el discurso fue mucho más político simbólico que programático. Por lo que empuja a leer esos elementos para interpretar lo que se vendrá. Que Lasso hablará de introducir comercialmente a Ecuador en el mundo, a decir de Recalde, “queda claro la articulación con firmas de tratados de libre comercio”. “Por ahí busca fundamentalmente apuntar. Ya no solo reconciliación y encuentro, sino democracia y fin del autoritarismo. Estas son las líneas claves que buscó dejar sentado el presidente Lasso”.
Guillermo Lasso hizo varios guiños al acuerdo con el que Pachakutik llega a la presidencia de la Asamblea Nacional... La presencia del presidente Bolsonaro da cuenta de la articulación política regional
Más allá de lo que se dijo o no se dijo, el discurso termina calando en una ciudadanía con necesidad de cambio, de disminuir la angustia que la política genera y la necesidad de convivencia, a decir de Flavia Freidenberg, integrante de la Red de Politólogas. Un sector de la población, a su criterio, está muy necesitado de liderazgo que construya, que dialogue, que entienda la importancia de la división de poderes. “Me pareció importante esta llamada del presidente no solo al grupo que lo votó, sino también un guiño a ese electorado que consiguió en la segunda vuelta que es más de centro”.
El hecho de que el presidente haga un guiño a la presidencia del Legislativo, primera mujer amazónica, me parece de suma importancia y una relevancia clave en la construcción democrática
El analista político, Daniel González, cree que el mensaje termina introduciéndose en la mente de gran parte de los ciudadanos cuando este viene acompañado de acciones. Por ejemplo, que se hable de una gestión transparente y que casi inmediatamente se firme un Código de Ética para delinear el actuar de los funcionarios públicos es una manera de legitimarse. “Habrá que ver en cuanto a sus actuaciones económicas y sociales, cómo reducir impuestos creo que le ayudarán a legitimarse siempre que vayan por ese camino. Si van por otro lado, serán reprochadas. Por ahora existe una buena expectativa. Habrá que esperar”.
Es un tono importante de reconciliación. Que ya se termine la época de los caudillos y que en función de eso se puedan proponer, disentir y acordar sobre la mesa y definir acciones