Hamburgo, en estado de sitio por la cumbre del G20
Cientos de activistas de izquierda radical forzaron a la esposa del presidente estadounidense, Donald Trump, a cancelar su programa. La policía de Hamburgo tuvo que pedir refuerzos de otras partes de Alemania, mientras que la canciller alemana, Ángela
Manifestantes anticapitalistas sembraron el caos ayer en la ciudad alemana de Hamburgo, que alberga la cumbre del G20, incendiando vehículos, lanzando bengalas contra helicópteros de la policía y bloqueando a la primera dama de EE. UU., Melania Trump, en su residencia.
Cientos de activistas de izquierda radical forzaron a la esposa del presidente estadounidense, Donald Trump, a cancelar su programa. La policía de Hamburgo tuvo que pedir refuerzos de otras partes de Alemania, mientras que la canciller alemana, Ángela Merkel, tildó las manifestaciones violentas de “inaceptables”.
Merkel, anfitriona del G20, afirmó que ella entendía a los manifestantes pacíficos, pero que las protestas violentas, que “ponen vidas en peligro”, son “inaceptables”.
Antes del concierto programado para la noche de ayer en la Filarmónica del Elba, al que debían acudir los mandatarios y sus cónyuges, los manifestantes trataron de bloquear los accesos a la sala de conciertos. Al final, fueron dispersados por la policía, que tenía sus cañones de agua listos para disparar, y los mandatarios pudieron llegar al sitio.
Más temprano, la protesta que llevaron a cabo unas 12.000 personas degeneró en violencia, después de que un grupo de 1.000 manifestantes enmascarados rechazara dejar su rostro al descubierto, como pidieron las autoridades, la policía antidisturbios respondió con cañones de agua y con gases lacrimógenos.
La Policía informó en Twitter, que durante los disturbios, un policía lanzó un “disparo de advertencia” en Hamburgo tras ser atacado violentamente por manifestantes anti-G20.
Hasta el cierre de esta edición, no se conocía el número de manifestantes heridos. Andreas Blechschmidt, uno de los organizadores de las manifestaciones, criticó una respuesta “masiva” y exagerada por parte de la policía, que echó mano de las porras.
Los altercados comenzaron ayer temprano cuando grupos de manifestantes, bien organizados, trataron de bloquear el acceso al recinto del encuentro a las delegaciones oficiales. Y consiguieron ralentizar los cortejos diplomáticos que intentaban abrirse camino en medio de la agitación, y de paso perturbar un poco el inicio de las negociaciones del G20.
Se quemaron numerosos vehículos, algunos de ellos de la Policía, y nubes de humo negro cubrieron parte del centro de Hamburgo y del barrio cercano de Altona a inicios de la mañana.
En tanto, los líderes mundiales Vladimir Putin y Donald Trump durante su primer cara a cara, acordaron ayer declarar un alto el fuego en el suroeste de Siria a partir de mañana a las 12:00 locales (09:00 GMT), anunció el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov.
Además, el presidente de EE. UU. aceptó las afirmaciones de su par ruso de que no intentó interferir en las elecciones estadounidenses.
EE. UU. insistió en el muro
El presidente estadounidense Donald Trump reafirmó ayer, antes de una reunión con su homólogo mexicano Enrique Peña Nieto al margen del G20, que sigue queriendo que México pague el muro fronterizo entre ambos países.
Sin embargo, en el encuentro entre los dos mandatarios que duró poco más de media hora, no se abordó el tema.
En el encuentro se trató prioritariamente de la compleja renegociación en curso del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que empezará el 16 de agosto, sobre el combate contra el crimen organizado y la creación de empleo en Centroamérica, indicó a la prensa el canciller mexicano.
Antes de la reunión, Enrique Peña Nieto pidió un “diálogo fluido”, sobre todo en la cuestión de la “seguridad de nuestros dos países, especialmente en nuestra frontera”.