Todos los escenarios en los que Ecuador no ha aprendido la lección

Hace siete años, la mayoría de ecuatorianos buscábamos librarnos de un gobierno déspota, intolerante, enemigo de las libertades, abusivo, represivo, mentiroso y corrupto, pero eficiente en el clientelismo político y la propaganda manipuladora de mentes. Tuvimos la suerte de que implosionara desde sus entrañas, pues el supuesto delfín obediente, abrió los ojos y asumió su responsabilidad con la historia. Cambió el rumbo del país y podríamos decir que dejó moribundo al socialismo fascistoide que nos gobernó durante diez años.

Quienes ilusamente creímos que lo peor ya había pasado y que los siguientes gobiernos podrían culminar lo que Lenín Moreno se atrevió a iniciar, nos estrellamos contra líderes que, en lugar de hacerlo mejor, no han aprendido nada en los últimos tres años.

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Con honrosas excepciones, quienes debieron llevarnos por un mejor camino estos tres años, repiten los mismos errores que nos llevaron al gran error de 2007. Volvemos a encontrarnos con casos de corrupción solapada desde los altos mandos, con ministros prepotentes que se creen humanos superiores, funcionarios insensibles ante la pobreza. Todos ellos, encerrados en su burbuja de “panas” que les impide tener claridad mental para asumir la responsabilidad de mejorar la crítica situación que vive el país.

No han aprendido nada esos miembros del CPCCS que se esconden en leguleyadas para designar a la fuerza a un defensor público sospechoso de tener vínculos con el narcotráfico. Se justifican diciendo que no hay una investigación oficial y que solo son versiones de la prensa. ¡Cínicos! Hasta Estados Unidos le ha cancelado su visa, al igual que a los otros participantes que le siguen. Tanto se quejaron de los abusos del anterior CPCCS que botaron a los abusivos para hacer exactamente lo mismo que ellos.

No han aprendido nada los organizadores del concurso para designar magistrados de la Corte Nacional de Justicia al utilizar procedimientos de evaluación que permiten a quienes estén de turno en el poder, elegir prácticamente a dedo a quienes les conviene. ¡Irresponsables! No nos quejemos cuando veamos a jueces dejar en libertad a los asesinos más peligrosos, a narcotraficantes o corruptos. ¿Qué han aprendido del caso Metástasis?

No han aprendido nada aquellos funcionarios que en tiempo fulminante aprobaron registros ambientales para un proyecto de una empresa vinculada con el presidente de la República, que finalmente tuvo que cancelarse perjudicando a muchas personas por no seguir los procedimientos correctos y favorecerse del poder.

No han aprendido nada quienes protestaron por el proyecto de Olón, pero callan ante la contaminación de ríos y daño a la naturaleza en la provincia de Napo producidos por la minería ilegal. ¡Hipócritas!

No han aprendido nada quienes ejercen presión desde organismos estatales para conseguir la renuncia o destitución de la vicepresidenta Verónica Abad, quien a su vez espera agazapada su turno para estar, aunque sea unos pocos días, en el cargo de presidente. Con propósitos hasta ahora desconocidos, pero claramente sospechosos.

No ha aprendido nada el gerente del Biess, cuando organiza un evento que termina en farra y con cerveza en mano, en instalaciones públicas, en horario laborable y dejando de atender a los usuarios; sin que haya una sola autoridad que asuma su responsabilidad y lo eche del puesto.

No han aprendido nada los cabilderos del petróleo cuando los vemos pelearse casi a dentelladas por nombrar un nuevo gerente de Petroecuador. Son los mismos grupos poderosos, que han manejado el petróleo por décadas, que se filtran como siempre lo han hecho. ¡Vergonzoso!

¿Y los futuros candidatos? Tampoco han aprendido nada. Siguen con el mismo discurso vacuo, populista, sin compromiso ni cambios verdaderos. Ni una sola propuesta diferente a la vieja receta “impuestera” en materia económica, ninguna estrategia distinta a la represión en temas de seguridad, o la posibilidad de crear mecanismos reales para eliminar la pobreza, la corrupción o mejorar la justicia. Los partidos y sus dueños siguen sin aprender.

Tampoco el sector privado ha aprendido mucho de la década corrupta, después de todo, no fueron pocos quienes hicieron jugosos negocios o negociados con el sector público; seguramente quieren seguir haciéndolos. Solo así puedo entender que mientras en todo el país se oponen a la elevación de impuestos, un grupo influyente de empresarios quiere mantenerlos para seguir alimentando el monstruo estatal que los enriquece.

No ha aprendido nada Daniel Noboa cuando cae en el mismo error de Guillermo Lasso, al rodearse solo de sus mejores amigos, o nombrando funcionarios sin preparación para “sacarle pica” a quienes fueron o son sus adversarios; funcionarios dispuestos a cometer, conscientemente, cualquier acto de maldad o injusticia con tal de mantener el cargo.

Es que “el sentido de la responsabilidad es un estado anímico que nos exige cumplir con lo que nos corresponde de acuerdo con la posición que ocupamos en la sociedad”. Son palabras del Dr. Juan Tanca Marengo frente a un grupo de alumnos en 1951. 

Fueron pronunciadas como parte de su molestia por la forma en que algunos miembros de la sociedad habían trastocado el significado de la responsabilidad, cuestionando a aquellos que abrieron sus apetitos insaciables para suplantar legítimas aspiraciones; a los que anteponen el utilitarismo de sus funciones o profesiones al servicio a la sociedad y, a quienes justificaban su mal accionar por el simple hecho de cumplir con su responsabilidad legal, olvidándose de su responsabilidad moral.

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