“Si no hay reactivación se corre el riesgo de perder más empleos”
ENTREVISTA: Edmundo Kronfle Antón, director ejecutivo de la cadena de hoteles Oro Verde. El grupo económico suma pérdidas de 6 millones de dólares por la pandemia del COVID-19
Cuatro meses de pérdidas suma el sector hotelero-turístico. Mientras más grande el grupo mayor es el hueco, dice Edmundo Kronfle, el director ejecutivo de la cadena Oro Verde, la más grande del país, con siete hoteles y una millonaria inversión sin recuperar.
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— ¿Cómo está la cadena Oro Verde en esta pandemia del COVID-19?
— Veníamos a buen ritmo, hemos invertido una gran cantidad de dinero en los últimos años, con la nueva propiedad en Galápagos (abrió) el año pasado y el Oro Verde de Manta que le hicimos una remodelación íntegra. Por lo que pasa y por ser una compañía grande, el hueco es grande.
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Leer más— ¿De qué monto hablamos?
— Somos 500 empleados en la cadena y tenemos 630 habitaciones.Ha sido difícil porque, aparte tenemos una operación muy grande en alimentos y bebidas en todas nuestras propiedades. Restaurantes, cafeterías. Solo el hotel de Guayaquil tiene tres restaurantes más el Deli, más todos los salones de eventos. A pesar de la para completa del país no hemos cerrado ninguna propiedad. Hicimos el gran esfuerzo de mantenernos abiertos para poder servir dentro de lo que se podía, más que nada a huéspedes que llegaban del exterior.
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Leer más— ¿Quiénes ocuparon los hoteles en esta cuarentena?
— Hubo muchos vuelos humanitarios por gente que se había quedado en el exterior y que al retorno, por el aislamiento obligatorio, necesitó hospedarse. Nuestros colaboradores dormían acá para poder atenderlos. Nos enfocamos en ser la cadena más segura para hospedarse. Nos esforzamos en dar seguridad y tranquilidad.
— ¿Cuántas personas ocuparon el hotel en esos meses?
— En abril, el mes de mayor impacto, nuestros hoteles llegaron a tener un 7 % de ocupación; y en mayo, el 8 %. En junio caímos al 2 % porque se permitió cumplir el aislamiento en las casas. En estos meses manejábamos una ocupación del 70 %.
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Leer más— ¿De cuánto es la pérdida?
— Son seis millones de dólares la pérdida del grupo Oro Verde sin saber lo que va a pasar. Al final del año, esperamos llegar al 30 % de lo que vendimos el año anterior. Y eso porque se vendió en enero y febrero cuando no pasaba nada.
— ¿Hasta cuándo resistirán?
— Se están consiguiendo préstamos y que los accionistas aporten para darle a la cadena el flujo de caja que necesita para salir de esta crisis, que más o menos son esos seis millones. Hay algo de reservas y las utilidades que se iban a repartir del año pasado y que no se ha hecho para poder seguir apoyando el negocio.
— ¿Qué le dice el grupo Oro Verde a los ecuatorianos?
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Leer más— Que es difícil, pero hay que tener paciencia. No hay nada peor que vivir en la incertidumbre y de algo que está fuera de nuestro control, pero estamos listos para brindarles una seguridad completa a nuestros clientes. El cambio de la hora del toque de queda nos va a ayudar a que la gente salga a cenar.
— ¿Qué pide a los municipios?
— Se ha hecho tanto en el tema de sanidad y seguridad, que siento que hemos aprendido a cuidarnos.Creo que es el momento de confiar en la empresa privada y de reactivarnos.
— ¿Han despedido empleados?
— Hemos reducido la jornada laboral y muchos de la parte administrativa hacen teletrabajo.
— ¿Cuánto cuesta mantener la cadena de hoteles Oro Verde?
— Estimamos que mantener hoteles vacíos es lo que va a generar esos 6 millones de dólares de pérdidas. No vamos a cerrar el año en cero porque empezamos a reactivarnos.
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Leer más— ¿Se están haciendo reservas?
— Lo motivante es que tenemos inquietudes de gente que ya quiere venir, más que nada para eventos sociales, para el matrimonio que no se pudo celebrar por la pandemia. Del turismo tenemos requerimientos; quieren que se abra Galápagos y que se pueda venir a Guayaquil sin hacer la cuarentena.
— ¿Seguirán con el servicio a domicilio en sus restaurantes?
— Sí. Se abrió esa rama de negocio que ha ayudado... Para el Día de la Madre y el Día del Padre vendimos paquetes para llevar y, en el día a día, activamos el Gourmet Deli. Ahora todos los hoteles tenemos el servicio a domicilio y quedará como una unidad de negocio adicional.
— ¿Cómo han hecho para pagar a los proveedores?
— Me ha sorprendido la flexibilidad de todos, dentro de lo que se puede, para dar crédito, más días, aceptar devoluciones. Pero no solo los que venden comidas, sino, por ejemplo, los que venden televisores. Y a nosotros nos ha tocado ser solidarios con la gente que tenía reservas.
— ¿Qué demandas tienen para el Gobierno central?
— Donde veo que hay una falta de reacción es en el apoyo al sector hotelero-turístico. Si no es el más afectado con esta pandemia, es uno de los más afectados, más el golpe que deja a futuro porque va a tomar tiempo que la gente viaje. Necesitamos créditos cómodos, con bajas tasas de interés, con instituciones del Estado y que se considere la reducción de impuestos por el tiempo que dure la pandemia. En lo laboral, la reducción de jornada ayudó. Los hoteles necesitan gastar menos y vender más. Y necesitamos flujo de caja.
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Leer más— ¿Faltan políticas?
— Así es. Hay que salvar a la industria hotelera-turística que tiene tanto potencial en el Ecuador.Hay hoteles que van a poder subsistir, pero otros no. Es importante que el Gobierno dé estímulos para que estas empresas sobrevivan en el mediano plazo.
— En el sector hotelero, ¿cuántos empleos se han perdido?
— Estimo que un 30 % del personal que trabajaba en la industria está desempleada.
— ¿Cómo impulsarla?
- La industria turística se la puede potenciar en este momento dado que Galápagos, que es el centro de enfoque turístico del país, es bastante seguro porque tiene más espacios abiertos. Pero para eso hay que dar la apertura y las seguridades necesarias a los viajeros.El país puede comenzar a reactivarse.La sensación es que la gente se quiere reactivar, la gente quiere viajar, pero estamos frenados por el qué va a pasar. No es fácil, pero poco a poco se puede confiar.
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Leer más— ¿Qué pasa si no nos reactivamos? ¿Habrá hambruna?
— Yo creo que cerca de eso. Hay gente muy necesitada en estos momentos. Hay mucho desempleo y los que tienen trabajo han reducido sus ingresos, muchos tienen deudas. Los momentos se ponen cada vez más difíciles. Guayaquil se recupera, pero Quito, que es el que me va a alimentar todos los hoteles, está cerrado. Dependemos de los semáforos en verde de todos para reactivarnos. Sin Quito no se puede reactivar. Si no hay reactivación se corre el riesgo de perder más empleos, que cierren más hoteles y que baje la capacidad hotelera.
— ¿Cuánto millones de dólares están en juego?
— Esperábamos vender 35 millones de dólares en este año y de eso, posiblemente, lleguemos a 15 millones. Es un hueco de casi 20 millones de dólares. Esperamos recuperarnos en el 2022 porque este y el 2021 van a ser años muy duros. Todo lo que los hoteles han generado en utilidades en los últimos tres años se los gastará en dos. En el 2023 vamos a decir trabajé cinco años para salvar lo que tenía.