Vacunación contra Covid_UEES
Vacunación de personal médico de primera línea de entidades de Salud públicas y privadas de Guayaquil, en la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES), el pasado miércoles 3 de febrero.API

Tras un año de batallar en primera línea, los héroes están exhaustos

La intensa lucha del personal médico contra la pandemia cumple un año. El incesante desgaste físico y mental los tiene ‘quemados’,

En este mes se cumple un año del primer caso de COVID-19 reconocido formalmente en Ecuador, lo que para el personal médico y de enfermería de las casas de salud públicas y privadas del país supuso el inicio de una incesante batalla contra la pandemia. Una guerra que les ha cobrado cientos de vidas y les ha provocado un diario desgaste físico y mental que los tiene “quemados”.

Y lamentan que, un año después, aún sigan llegando pacientes infectados por no respetar las recomendaciones de bioseguridad y distancia social, por lo que esa guerra continúa.

Josías Armijos, médico de la Clínica Kennedy, recuerda los primeros días cuando el sistema de salud colapsó. “Fue triste ver cómo la gente se estaba muriendo en números que nadie antes había visto”.

Desbordados, sin poder recibir a nadie más en emergencia porque no tenían más espacio físico. “Gente que llegaba desesperada porque veían a su familiar que no respiraba. Tratas de ponerte en la situación del paciente y entender la desesperación del familiar, pero nos tocó decir que buscaran otro lugar porque no teníamos cómo darles oxígeno. Aguantamos gritos e insultos”, relata.

Cuando llegaba a casa trataba de pasar tiempo con su esposa y sus hijos, pero el teléfono no paraba de sonar. “Al ser médico siempre hay un amigo que te escribe, te pregunta por cómo atender un familiar. Te dicen tiene esto, a dónde voy, ayúdame”. Y eso aún sigue.

“Al ser médico siempre hay un amigo que te escribe, te pregunta por cómo atender un familiar. Te dicen tiene esto, a dónde voy, ayúdame”. Y eso aún sigue.

Dr. Josías Armijos

Experiencias similares enfrentó Solanda Tostige, doctora en el Hospital Luis Vernaza. “La gente nos rogaba, porque ya habían hecho esto que se conoce como el ‘tour de la muerte’, pidiendo atención y no tenían, y llegaban al hospital diciendo que era su última opción, y nosotros tampoco los podíamos atender. Era algo demasiado desgarrador”.

Producto de esas situaciones tuvo crisis de pánico en su casa, pues en el hospital no tenía tiempo para detenerse a asimilar lo ocurrido. “Comenzaba a sentir taquicardia, sensación de falta de aire. Hubo semanas en las cuales tuve insomnio y me tocó tomar medicación para poder dormir”, relata.

Ella se apoyó en su esposo y la fe. “Para mí fue muy difícil decirle que no a la gente, porque sentía que les estaba quitando la oportunidad de poder luchar por sus vidas”.

Recordar esos momentos también es complicado para José Veintimilla, enfermero del Hospital Universitario. Con voz temblorosa comenta que varios amigos murieron. “Vimos enfermar compañeros, los vimos perder la vida”, dice.

Veintimilla reside en el cantón Pedro Carbo, y cuenta que en la cuarentena, mientras se movilizaba en su vehículo al trabajo, ver las calles era una como una película de terror. “Lo único que uno encontraba eran carros con ataúdes”.

Rosa Morales, doctora del hospital Teodoro Maldonado Carbo, dice que por la pandemia el estrés laboral aumentó y en su caso fue perjudicial, pues padece de hipertensión y gastritis emocional.

“Recuerdo haber pasado por un área del hospital y me quebranté muchísimo porque vi a los muertos en las fundas negras tirados en el piso, porque había tanta cantidad y no había dónde colocarlos. Llegué a mi casa a llorar”.

Dra. Rosa Morales

En todo este tiempo, uno de los mayores temores para los médicos y enfermeros ha sido contagiar a sus familiares, algo comprensible, según la psiquiatra María José Palomeque.

“Además, con la pandemia, se agudizó el síndrome del ‘trabajador quemado’, el cual se caracteriza por un agotamiento progresivo físico y mental. Estás irritado, puedes presentar insomnio y frustraciones o tensión muscular”, explica.

Acota que “el más afectado por este tipo de ansiedad es el personal sanitario”, porque suele laborar más de ocho horas diarias. “Tuve compañeros que necesitaron ayuda”.

Una ayuda que, sin embargo, la mayoría de los consultados dice no haber recibido.

Este Diario preguntó el lunes a varias entidades si en este año habían desarrollado programas de cuidado médico y psicológico del personal de salud que está en primera línea.

Ni el Ministerio de Salud ni el Seguro Social respondieron hasta el viernes. Solo la Junta de Beneficencia enlistó varias actividades realizadas como la modificación de turnos de trabajo para controlar el riesgo físico y psicológico; aplicación gratuita de pruebas PCR; y un Programa de Riesgo Psicosocial que incluye videollamadas en sus domicilios con psicólogos, según la necesidad del personal.

Entre los 4 hospitales: Instituto de Neurociencias, Luis Vernaza, hospital Alfredo Paulson y hospital de niños Roberto Gilbert, se contagiaron 377 médicos y 373 enfermeras. Fallecieron 8 médicos y 2 enfermeras, indica la entidad, la única en proporcionar las cifras.

Pero hay otras cifras que sí se conocen y que indican que, lejos de mitigar, la situación empeora en estos días. Y que a pesar del cansancio de un año los llamados ‘héroes verdaderos’ deberán seguir batallando.

Todos expresan su decepción -y también cansancio- al ver en redes sociales o en los medios que las personas organizan fiestas, salen a la calle y no mantienen el distanciamiento ni usan mascarillas.

A Jaramillo se le quedó grabada una frase del familiar de un paciente: ‘Mientras no son tus muertos, no te duele’. A su criterio, hay muchos que no lo entienden. “Siento decepción de que, un año después, no hayamos aprendido nada”.

muertos hospital Guasmo
Camionetas llegan cargadas de ataúdes a los exteriores del hospital del Guasmo, en la fase crítica de la pandemia en 2020.Cortesía

LA ESPECIALISTA: URGE BRINDARLES RELEVO Y APOYO PSICOLÓGICO

La psicóloga clínica Sonia Rodríguez expresa que las entidades para las que laboran los trabajadores de la salud deberían contratar más personal para relevarlos y reducir el tiempo de las guardias del personal médico y de enfermeros que ha estado en primera línea de la batalla contra la COVID-19.

Estima que eso les daría más descanso físico y con ello más tiempo para recuperarse y seguir su labor. La también catedrática de la Universidad Católica de Guayaquil y Diplomada Superior en Género, Desarrollo y Políticas Públicas, agrega que esto debe acompañarse de apoyo y atención psicológica, dado el alto nivel de estrés al que han estado sometidos.

Los héroes caídos en batallaHasta el 4 de febrero de 2021, la Federación Médica Ecuatoriana contabilizaba 317 médicos fallecidos y 12.000 profesionales de la salud contagiados de COVID-19, de los cuales el 52 % son médicos