Los hilos que tejió Argudo en el hospital del IESS de Cuenca

Rosa Argudo Coronel es el centro de al menos tres investigaciones que se llevan en la Fiscalía General del Estado. Ella es señalada por supuestos actos de corrupción, tanto en el manejo de las finanzas del Sindicato Nacional Único de Obreros (SinduoIESS), al ser la secretaria general del organismo, como en un aparente tráfico de influencias al interior de la casa de salud de Cuenca.

Este hecho salió a la luz en junio de 2024, tras una denuncia presentada por Soraya Puertas, exgerente del hospital José Carrasco Arteaga, quien aseguró contar con pruebas sobre las actuaciones de Argudo y de sus hijos en supuestos hechos irregulares.

En diálogo con EXPRESO, la exgerente señaló que el poder que tenía la trabajadora y su familia era un “secreto de pasillo” y que desde su cargo logró acceder a una serie de pruebas que demuestran ciertos actos fuera de la ley en los cuales estarían involucrados.

Tras las denuncias presentadas, los asambleístas de Azuay se apersonaron del caso e iniciaron un proceso de fiscalización y, además, presentaron una denuncia en la Fiscalía General del Estado.

Sus familiares también se beneficiaron

Según información facilitada por parte del asambleísta Adrián Castro, ocho parientes, entre directos e indirectos de Argudo, trabajan en diferentes áreas, tanto del hospital José Carrasco Arteaga como en la Dirección Provincial del Seguro Social.

Lourdes Angélica Terreros Argudo, Eulalia Maricela Terreros Argudo y Pablo Darío Terreros Argudo son hijos. Ellos se desempeñaban en diferentes cargos directivos dentro de la casa de salud y con el ingreso del nuevo gerente, Fernando León, se dispuso que dejen dichos cargos y regresen a sus partidas originarias.

Es así que Angélica retornó a su cargo administrativo en la Dirección Provincial del IESS, tras haberse desempeñado como jefa de la Unidad de Salud de Personal, y Pablo regresó a ser auxiliar de Farmacia, tras desempeñarse como psicólogo del área de primera acogida, pese a no tener un título profesional que avale su función.

Además, dentro de la investigación que se lleva adelante están los contratos adicionales que mantenía Angélica con el hospital a través de la empresa JPP Vending Market, que instaló máquinas dispensadoras de bebidas y alimentos en diferentes espacios.

Puertas dio a conocer que se firmó un convenio en 2023, que además omitió todos los procesos de contratación pública para que se instalen tres máquinas (dos de alimentos y una de café); sin embargo, el 15 de junio de 2024 la cantidad de máquinas aumentaron a ocho sin ningún tipo de control ni adenda al convenio inicial.

Cobro a recicladoras

Otro hecho denunciado fue que la misma hija de Argudo habría estado cobrando a las personas recicladoras de la Fundación Alianza en el Desarrollo por llevarse el material del hospital.

Una representante de la organización confirmó este hecho a EXPRESO, detallando que se les cobraba por semana hasta 60 dólares desde el 2023, y de este hecho informaron el 26 de octubre de 2023 a Héctor Martínez, gerente del IESS en esa época.

Sobre esto, Fernando León, actual gerente del hospital, dio a conocer a un medio de comunicación de Cuenca que el dinero recaudado por el reciclaje “nunca ingresó a las arcas fiscales del hospital José Carrasco Arteaga”.

Otro aspecto que levantó dudas en el asambleísta Castro es el elevado patrimonio que dispone Argudo, pese a tener un sueldo mensual de 1.200 dólares como auxiliar central de esterilización.

En la más reciente declaración juramentada presentada ante la Contraloría General del Estado por la secretaria del SinduoIESS, detalla que dispone de un patrimonio valorado en $ 746.662.

Este patrimonio incluye, por ejemplo, dos vehículos y seis bienes inmuebles, entre terrenos, casas y departamentos a su nombre.

Para el legislador, los “pseudodirigentes” han estado “sangrando el bolsillo de los trabajadores que están dentro del sindicato” y “a través de sus aportes han permitido que ciertos patrimonios se hayan incrementado de forma desmedida y que se haya mercantilizado la salud”.

Además, aseguró que “la señora Rosa Argudo tendrá que responder a la justicia, este rato está en sede judicial y el efecto de nuestra investigación es que la Fiscalía haya iniciado de forma inmediata el proceso frente a las pruebas”.

Otra de las denuncias hechas por los asambleístas de Azuay es la adquisición por parte de la Confederación Ecuatoriana de trabajadores y Organizaciones de Seguridad Social (Cetoss) del hotel San Juan, ubicado en la calle Antonio Borrero, en el Centro Histórico de Cuenca, y que dirige Argudo.

La investigación hecha por los legisladores y, según información facilitada por el asambleísta Castro, el bien inmueble fue adquirido a Abel Darío Terreros Ortiz, esposo de Rosa Argudo.

Según la información predial, Terreros adquirió el inmueble en 2006 por 102.700 dólares y en marzo de 2018 lo vendió a la pareja de su hija, Juan José Cordero Guerrero, por 600.000 dólares.

Finalmente, en mayo de 2018 el hotel es adquirido por Cetoss a un monto de 750.000 dólares.

Para contrastar la información, este medio intentó contactarse con Rosa Argudo vía telefónica, en primera instancia pidió que se le devuelva la llamada excusándose por estar en una reunión; sin embargo, luego ya no respondió las llamadas ni mensajes.

Leonardo Amoroso, fiscal del Azuay, informó que todos los procesos de investigación en contra de Argudo están desarrollándose en Quito. Detalló que en Cuenca recibieron dos denuncias en contra de la trabajadora. Una interpuesta por el director provincial del IESS, Esteban Villa, y otra por el activista social Sebastián Cevallos.

Sin embargo, aseguró que luego de que los asambleístas interpusieron la denuncia en Quito, fueron ellos quienes pidieron que todo el caso se maneje en la capital y, por tal motivo, se dispuso a la Fiscalía de Azuay enviar todos los documentos de los dos procesos abiertos que mantenían.

EXPRESO solicitó una entrevista con el departamento de comunicación de la Fiscalía para solicitar información sobre el avance del caso, pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta.

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