El maestro. En una de sus últimas apariciones públicas tras llegar al Salón de la Fama de los Compositores Latinos.

Un himno de Guayaquil que nacio en Quito

Carlos Rubira Infante. Una de las canciones clásicas a la ciudad fue compuesta mientras se desarrollaba un campeonato de fútbol.

Se dice que ocurrió una tarde de noviembre de 1948. Que se enfrentaban Guayaquil y Quito en un campeonato nacional de fútbol. Se dice que fue como parte de un reto, a manera de una barra para alentar al conjunto porteño. Aunque este tipo de detalles muchas veces fue mencionado por el cantautor Carlos Aurelio Rubira Infante, ha sido Francisco Horacio Romero Albán (firmaba como Pancholín), el reconocido periodista manabita quien -entre 1972 a 1974 laboró para EXPRESO-, recoge por primera vez esta información: el himno popular ‘Guayaquileño, madera de guerrero’ fue compuesto en Quito.

La reseña se la repite posteriormente por todos lados. Lo menciona el historiador quiteño Fernando Jurado Noboa, en su libro ‘Rincones que cantan’.

También lo hace Francisco Correa Bustamante, en ‘Cantares inolvidables del Ecuador’.

Hay que aclarar que los periódicos de aquellos días recogen los pormenores de los encuentros entre selecciones que se enfrentaban en la capital, no eran las de Guayaquil y Quito, sino las de Guayas y Pichincha. Era el séptimo campeonato nacional. En aquellos días, equipos como Barcelona y Emelec participaban solo en certámenes locales.

Francisco Xavier Romero, hijo de Pancholín, le dijo a este Diario el pasado viernes que aquella información aparece por primera vez en una entrevista que su padre le hizo a Rubira Infante y que se publicó en una de las ediciones de la Revista Estrellas, de 1969, de la cual era su editor. Que muchos la han tomado, pero que lamentablemente, “no nombran su fuente o lo hacen a medias”.

Gilda Rubira Gómez, una de los hijos del músico, cree que la canción se la escribió en 1943. De lo que sí está segura es que ocurrió en Quito, en una época en la que su padre residía en la Sierra.

En el 2003, la Casa de la Cultura Núcleo del Guayas organizó un homenaje por los 60 años de creación de la canción. En este, como era lógico, acudió invitado su compositor.

Cuando Pancholín entrevistó a Rubira Infante este andaba por los 50 años, hoy se apresta a cumplir los 97 (16 de septiembre). “En esa época Rubira tenía una mente fresca”, dice Francisco Xavier Romero.

En lo que el maestro le cuenta a Pancholín detalla que “conversando en una esquina con el hoy ingeniero Alfredo Jarrín Maldonado, que entonces era mi alumno, vimos cuando un grupo de quiteños llevó una serenata al hotel donde se hospedaban los guayacos. Les cantaron entre otras piezas, ‘Guayaquil de mis amores’; pero lo hicieron mal, incluso no sabían la letra. Entonces mi alumno de canto y guitarra me propuso compusiera algo para cantarle al equipo costeño. Acepté su sugerencia y nació ‘Guayaquileño’”.

En la extensa entrevista de Pancholín, este no recoge más información sobre aquel momento. Quien aporta más datos es Jurado. Que este momento, cuando Jarrín lo insta a Rubira a componer uno de los más importantes himnos de los guayaquileños, se suscitó mientras estaban parados “en la esquina de la botica Pichincha”, actuales calles Guayaquil y Esmeraldas. Que la serenata se dio frente al hotel Quito, de Sergio Mejía Aguirre.

Si la fecha definitiva es la del 48, este 29 de noviembre se cumplen 70 años de un himno tan popular como el ‘Guayaquil de mis amores’ o el ‘Romance de la niña guayaquileña’. Una canción que aviva el orgullo en fechas determinadas como julio u octubre.

Del porqué el maestro estaba en la Sierra

En 1969, Carlos Rubira Infante le aseguró a Francisco Romero Albán que en 1945 fue contratado para que esté al frente de la producción de los programas infantiles de Radio Municipal de Ambato. Esta era una de las actividades paralelas del cantautor en esos días. “Mis programas infantiles, no está por demás decirlo, fueron los primeros de su clase radiodifundidos en la provincia del Tungurahua...”.

Alternaba con presentaciones artísticas tanto en Guayaquil como en Quito. En Ambato estuvo hasta 1950. En esos viajes es que grabó en Guayaquil temas como ‘En las lejanías’, ‘No te podré olvidar’, ‘Playita mía’, ‘Tras las rejas’, entre otras, específicamente, esto se dio en 1947.

Fue en esos días en los que le puso música a otro himno ‘Ambato, tierra de flores’, un poema de Gustavo Egüez Villacrés, que se lo coreaba con música de una polca peruana.

‘En las lejanías’, fue escrito entre Quito y Guayaquil en 1943. Se lo grabó el 7 de julio de 1947, en la fábrica Ifesa, es por el primer disco producido totalmente en Ecuador. Salió a la venta el 21 de julio, en formato 78 rpm.