Una historia de cine narrada en el el teatro
El Gran Teatro Molière será el escenario en donde la producción del clásico ‘Dirty Dancing’ hará su estreno el 9 de junio, el mismo día que hace 28 años la película llegó a las salas cinematográficas mexicanas.
El Gran Teatro Molière será el escenario en donde la producción del clásico ‘Dirty Dancing’ hará su estreno el 9 de junio, el mismo día que hace 28 años la película llegó a las salas cinematográficas mexicanas.
De acuerdo con el productor y CEO de LetsGo, Iñaki Fernández, están buscando un elenco de bailarines y actores que cumpla con el perfil necesario sin importar si no son caras conocidas, lo que se traerá de Inglaterra e Italia es el equipo creativo. En total 26 personas en escena recrearán el clásico de 1987 en un reparto que se encuentra al 90 %, pues los ensayos comienzan a partir del 2 de mayo.
“Es una temporada limitada de 14 semanas, tenemos como expectativa vender 10 mil tiques y a un precio ajustado para el público (de 350 a mil 200 pesos). Esperamos después de eso volver y hacer gira por la República. Es muy caro (el presupuesto) unos 20 o 25 millones de pesos es lo que cuesta poner en escena aquí y hay un supertalento en este país, así que vamos a sacar brillantes en bruto”.
Miles podrán revivir el verano de 1963, cuando Frances Baby Houseman, de 17 años, vacaciona en unas montañas y conoce al profesor Johnny Castle de quien aprende y se enamora. A ellos se unen Billy, primo de Johnny, y Elizabeth, que se va a comprometer con él para llevar la batuta en la parte musical.
Dentro del montaje se podrán observar tres partes giratorias y 49 cambios de escena con una historia similar al filme, incluyendo sorpresas que no formaron parte de él.
“Es todo lo que es la película y aún más, porque está en vivo, dinámico. Las audiencias que he visto se vuelven locas y algo que me encanta es que trae al teatro gente que nunca ha ido y para nosotros es maravilloso porque después va a regresar y el negocio crece”, explicó Federico Bellone, su director.
Representar una película en escena no es fácil, argumenta Karl Sydow, productor. EL UNIVERSAL