La historia de los joyeros en Azuay se guarda en un museo vivo
Los artesanos comparten sus conocimientos con quienes visitan Cuenca
En medio del bullicioso y ajetreado ambiente del Centro Histórico de Cuenca se abre paso un espacio que guarda sigiloso la historia de la orfebrería en el Azuay entre los muros de una casa patrimonial.
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Leer másSe trata de Joyeros del Sur, una iniciativa de un grupo de artesanos que han moldeado sus vidas en bellas piezas de oro y plata, y que ahora comparten sus conocimientos con quienes los visitan.
El lugar, ubicado en la calle Gran Colombia y Benigno Malo, a simple vista es una joyería en donde se muestran piezas de autor y con identidad andina que representan, por ejemplo, al colibrí andino, las montañas de los andes, entre otros elementos culturales de las diferentes regiones del Ecuador.
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Quienes desean conocer la historia detrás de las piezas son acompañados por Fausto Ordóñez o José Sánchez, dos de los promotores de este proyecto.
Ordóñez reseña que el museo está ubicado en una zona “muy representativa”, ya que desde el inicio de la fundación de Cuenca se ubicaron alrededor de la catedral los oficios más importantes y que las platerías fueron parte de esto. “En estos lugares estaban muy relacionadas con la religiosidad de la ciudad con la elaboración de piezas como las Custodias y otros elementos para la iglesia”, puntualizó.
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Leer másY parte de este relato y la vida de los orfebres más representativos de la región se puede aprender a través de muros del museo en donde se escribió la historia.
Cuando se inicia el recorrido, el primer espacio que recibe a los visitantes es un cuarto lleno de espejos y vitrinas en donde se muestran las herramientas que originalmente se utilizaban en el oficio, también se exhiben colecciones completas de joyeros invitados, piezas de concha, la concha spondylus.
Sánchez, mientras guía a un grupo de turistas de la capital, explica el origen del oficio y hace hincapié en diferenciar la orfebrería y la joyería. “El orfebre realiza artículos decorativos para espacios, mientras que el joyero debe moldear el metal y convertirlo en una pieza delicada”.
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