Actualidad nacional, Un artesano sobre ruedas
Diferencias. Milton Cortez tiene la capacidad de ver potencial donde otros ven chatarra. Eso marca la distancia de su trabajo.Luis Cheme / Expreso

La historia del mecánico que transforma motores y tuercas en arte sobre dos ruedas

Milton Cortez es mecánico y visionario. Transforma lo ordinario en extraordinario, usando la chatarra y el bambú

En las polvorientas calles de La Concordia, en Santo Domingo de los Tsáchilas, un lugar conocido más por su tranquilidad que por su innovación, emerge un hombre cuyo espíritu creativo desafía la monotonía: Milton Cortez, artesano y maestro de las dos ruedas. A primera vista, su figura puede parecer la de un mecánico común, con las manos curtidas por años de trabajo y una expresión de concentración constante. Sin embargo, una mirada más cercana revela que Milton es mucho más que un mecánico: es un visionario que transforma lo ordinario en extraordinario, usando la chatarra y el bambú como herramientas de su arte.

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Desde muy joven, Milton mostró inclinaciones hacia lo diferente. En la escuela era el mejor en manualidades y siempre inventaba algo distinto a lo que le solicitaban los maestros. A los 12 años ya sentía fascinación por los vehículos, no solo por la velocidad, sino por el potencial de reinventar la manera en que se movían y se veían. Mientras otros niños de su barrio hacían volar avioncitos de madera o corrían detrás de pelotas, él soñaba con construir algo único, algo que desafiara las normas y que hablara de su ingenio y creatividad. “Siempre quise hacer algo distinto. Nunca me conformé con lo que ya estaba hecho”, dice con una sonrisa nostálgica.

Treinta años después, ese niño soñador se ha convertido en un hombre que no solo conduce motocicletas; las crea desde cero. Y no son motocicletas comunes. Cada una de sus máquinas es una obra maestra de la inventiva, una fusión entre la mecánica y el arte. Su última creación es un monstruo metálico rugiente, con un motor de 4 mil centímetros cúbicos extraído de un viejo Ford de 1980, coronado por un tanque de gasolina hecho de bambú que desafía las expectativas y simboliza su conexión con la naturaleza.

DESARMAR, ENSAMBLAR, AJUSTAR, MODIFICAR

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Lo interesante de Milton no es solo su habilidad para manipular el metal y el bambú. Es su paciencia y dedicación, dos cualidades que no se ven con frecuencia en un mundo que a menudo demanda resultados inmediatos. “Me toma hasta dos años fabricar un vehículo diferente”, admite con calma. Pero para él, el tiempo es un aliado. No tiene prisa porque cada paso del proceso es un placer en sí mismo. Desarmar, ensamblar, ajustar, modificar. Cada tornillo, cada pieza, es colocada con la precisión de un artista, como si estuviera pintando un cuadro en lugar de ensamblar una máquina.

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Para Milton, no se trata solo de crear algo funcional. Sus motocicletas no son meros medios de transporte; son extensiones de su personalidad y de su visión del mundo. Cada una cuenta una historia, desde los componentes reciclados hasta el toque artesanal del bambú, un material que Milton ha trabajado durante años, creando no solo motocicletas, sino también muebles y estructuras que desafían la lógica tradicional de construcción.

“No todo el mundo entiende mi trabajo”, comenta, consciente de que su estilo no es para todos. Pero no busca aprobación masiva. Lo que lo impulsa es la satisfacción de saber que está creando algo verdaderamente único.

Actualidad nacional, Un artesano sobre ruedas
Milton Cortez, es un artesano que ha sentido desde siempre fascinación por los motores.Luis Cheme / Expreso

UN MOTOR FORD ANTIGUO SOBRE DOS RUEDAS

Su taller, en las afueras de La Concordia, es un santuario para quienes buscan inspiración. A simple vista, puede parecer un almacén común, lleno de herramientas, piezas de metal y madera. Pero para quienes conocen a Milton, es un lugar mágico donde las ideas se convierten en realidad. El sonido del motor encendiéndose por primera vez, el crujido del bambú al ajustarse a la estructura metálica, el olor a aceite y madera recién cortada; todo en ese espacio habla de creación, de algo nuevo que está tomando forma. Una de las razones por las que sus motocicletas destacan tanto es por su contraste entre lo tradicional y lo moderno.

Mientras que la mayoría de los mecánicos tienden a inclinarse hacia diseños futuristas y materiales avanzados, Milton prefiere trabajar con lo que tiene a mano. El motor de su última motocicleta, un gigante de 4 mil centímetros cúbicos, es solo un ejemplo de su habilidad para reciclar y reinventar, tomando un motor de un Ford antiguo y dándole nueva vida en una motocicleta que es cualquier cosa menos convencional.

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