Un homenaje a las madres que luchan contra el cancer
Provienen de otros cantones y provincias. Sus hijos son pacientes de Solca. Una fundación les brindó un momento de alegría en medio de su drama diario.
Ayer no fue un día común para cincuenta madres de pacientes con enfermedades oncológicas tratados en el hospital de la Sociedad de Lucha Contra el Cáncer (Solca). En medio del dolor y el sacrificio diarios que implica esa lucha, recibieron serenata, dulces y sorpresas.
El evento, que tenía el propósito de homenajearlas con motivo del próximo Día de la Madre, se desarrolló en las instalaciones de la Fundación Ronald McDonald, en la ciudadela La Atarazana, en el norte de Guayaquil.
Sentada en una de las sillas que copaban la amplia sala de esa casa hogar, por momentos cabizbaja y en otros sonriente, estaba Marjorie Espinel. Había descansado poco, pues tuvo que salir desde su casa en el cantón Santa Elena a las 03:00 para llegar temprano a Guayaquil y cumplir con los exámenes que debía realizarse, en Solca, su hijo de 17 años, Manuel, a quien le diagnosticaron cáncer en enero pasado.
El popular artista guayaquileño, Toño Navarrete, invitado especial, con su guitarra y potente voz inducía a las mamás a corear sus canciones, aplaudir y bailar. Todas lo hacían. Marjorie trataba de sumarse, pero a veces sus lágrimas se lo impedían.
“Nunca pensé venir a Solca. Ahora me distraigo un poco porque, en realidad, no hay un solo día que no me duela el cáncer de mi hijo”, contó mientras apartaba las lágrimas de su rostro con los dedos.
“Estaba en la habitación donde ahora descansa mi niño, yo no podía dormir. Bajé para olvidar la situación y sí lo estoy haciendo, aunque con muchos sentimientos encontrados, porque mi hija de 6 años cumple 7 mañana y no podré estar para ella”, lamentó.
A diferencia de Marjorie, la mamá de Carlitos, de 7 años, Ángela Ramírez, se mostraba feliz. Los momentos afligidos de llanto los ha vivido desde hace dos años, cuando a su pequeño le detectaron leucemia. Ella, abrazada a su hijo, quien lucía sonriente su cabeza pelada, procuraba divertirlo. Carlitos, incluso, salió al escenario a bailar y cantar junto al resto de niños, para agradecer a sus madres por el amor recibido.
“No estoy triste, porque mi bebé está feliz. Participar en este encuentro me hace olvidar que mi hijo está enfermo”, narró la madre, quien hace una semana llegó desde Vinces, Los Ríos.
Pero la ocasión, además, afianzó los lazos de amistad entre las asistentes, a quienes las une la misma batalla.
“Por tanto tiempo viniendo con nuestros hijos al hospital, nos hemos hecho amigas”, contaban sonrientes mientras se servían bocados y bebidas.
Los selfis, abrazos, largas sonrisas y conversaciones se prolongaron. Esta fue la primera vez que la casa hogar agasaja a las madres con sorpresas, serenata y brindándoles un encuentro para compartir. “Ellas se lo merecen por ser un ejemplo de lucha constante”, comentó Denisse Viteri, gerente de la fundación.
El inmueble de la fundación Ronald McDonald tiene 64 habitaciones donde se alojan gratuitamente las madres y los pacientes que llegan desde otros cantones y provincias del país a las citas médicas en Solca y no tienen dónde quedarse. En promedio, 200 pacientes (entre niños y adolescentes) rotan cada mes en los edificios de Solca y de la fundación.
El detalle
Hospedaje. Unos 200 niños al mes, pacientes de Solca, se alojan en el edificio de Ronald Mc Donald. Allí hay cocina, sala y espacios de recreación.
Automaquillaje
Un taller para subir el ánimo
En la Sala de Juegos de Solca, la mañana de ayer 12 jóvenes entre los 15 y 20 años de edad, pacientes con cáncer, recibieron un taller de automaquillaje. El evento, que se desarrolló por tercer año consecutivo en Solca, fue impulsado por el programa internacional ‘Luzca bien, siéntase mejor’, que tiene como objetivo enseñar a las pacientes a disimular, a través del maquillaje, los efectos colaterales que producen los tratamientos de quimioterapia y radioterapia, como la caída de las pestañas, de cejas, oscurecimiento de la piel y manchas.
“El automaquillaje les permite tener la posibilidad de lucir bien para que su autoestima suba”, manifestó María Fernanda León, coordinadora del programa.
“Quiero verme bien, no dar una imagen de tristeza y así mostrar que sí puedo con el cáncer”, dijo Jenniffer López, de 19 años, una de las asistentes.
Mañana la sesión se replicará a las pacientes que son madres.
Voces
Carolina Guerra, madre de un paciente
Siempre conversamos de los tratamientos y de sus procesos para nuestros hijos. Ahora, en cambio, disfrutamos de este momento hecho para nosotras y eso nos hace felices.
Giselle Díaz, madre de un paciente
Hace una semana llegamos de Huaquillas y hasta ahora no me había sentido animada. He pasado muy bien porque es un tiempo para compartir con las amigas que he hecho.